Espect¨¢culo a tres puntas
El Athletic de Bielsa es contracultural y hasta ahora ha manejado sus tres competiciones casi sin rotaci¨®n de futbolistas
Antes de empezar la temporada hay equipos que optan por formar planteles largos, aun con los problemas que acarrea gestionar la abundancia, y otros que prefieren tener planteles cortos, aun con el riesgo de que en alg¨²n momento deban gestionar la escasez. Otros equipos no tienen elecci¨®n y no manejan la plantilla que querr¨ªan, sino aquella que se pueden permitir. A estas alturas del a?o, el Real Madrid lleva ventaja porque, si bien es imposible mantener a tantos jugadores contentos todo el tiempo, solo Mourinho puede permitirse algunos lujos como quitar a Coentr?o e Higua¨ªn y poner de recambio a Marcelo y Kak¨¢ o que en la Champions jueguen Khedira y Sahin y, tres d¨ªas despu¨¦s, en la Liga lo hagan Granero y Xabi Alonso mientras Altintop descansa y se espera la recuperaci¨®n de Lass y Di Mar¨ªa.
El Barcelona, que elige no lidiar con las dificultades de un plantel tan largo, tuvo el acierto de contratar a Mascherano, que le sirve de comod¨ªn, pero no va tan holgado cuando debe afrontar las rotaciones mientras sufre bajas como las de Abidal y Villa. En ese sentido, el Athletic de Bielsa es contracultural y hasta ahora ha manejado sus tres competiciones casi sin rotaci¨®n de futbolistas. Sin embargo, las piernas ponen sus l¨ªmites y el Athletic, a pesar de un gran esfuerzo, solo tir¨® una vez a puerta en el Camp Nou.
Hubo dos culpables de que el segundo asalto entre el Athletic de Bielsa y el Bar?a de Guardiola no colmara las expectativas. Uno de ellos es que el primero fue un partido para recordar y nunca es f¨¢cil estar a la altura de lo memorable. El otro se debi¨® a una traici¨®n del calendario.
El Madrid parece haberse dado cuenta de que su rival m¨¢s grande, a estas alturas, no es el Bar?a, sino ¨¦l mismo
Aquel encuentro de la primera vuelta era un punto de inflexi¨®n para un equipo al que ya le cab¨ªa el molde de su entrenador, pero todav¨ªa esperaba un duelo de m¨¢ximas alturas para terminar de convencerse. El Athletic obligaba al Bar?a a derramar hasta la ¨²ltima gota de sudor para defender su racha invicta. Si uno de los requisitos para ser un gran equipo es, en alg¨²n momento, mirarse en el espejo y reconocerse como tal, despu¨¦s de aquel empate con sabor a proeza, el Athletic culmin¨® su transformaci¨®n: de ser un conjunto aguerrido, rocoso y ordenado el a?o anterior a uno que sosten¨ªa las viejas virtudes y les agregaba desinhibici¨®n, valent¨ªa y audacia. La dosis inyectada por Bielsa para lograr un equipo efervescente y la habitual apertura con que juega el Bar?a nos regalaron un partido tan emocionante en San Mam¨¦s que dispar¨® las expectativas para la segunda ronda.
Esta vez el partido comenz¨® viciado. No fueron los ¨¢rbitros ni las estrategias, sino la inflexibilidad del calendario lo que escamote¨® al p¨²blico mayores emociones. No es que no fuera bueno, que lo fue, sino que pudo ser mucho mejor si el cuadro vasco hubiera tenido tiempo de lavarse los dientes entre el pitido final contra el Schalke y el de inicio en el Camp Nou.
Desde el primer minuto de juego, el Athletic fue todo lo que el cansancio le dej¨® ser: un ejercicio de voluntad para intentar reconocerse en cada jugada. Ese ejercicio dur¨® mientras Iraizoz hizo milagros y se acab¨® cuando Alexis recuper¨® un bal¨®n que el Athletic se demor¨® en circular un poco m¨¢s de lo debido. No le alcanzaron al partido las entradas de Muniain y Herrera en el entretiempo, 45 minutos m¨¢s descansados que sus compa?eros. El penalti intangible de Javi Mart¨ªnez sobre Tello puso fin a la esperanza de emociones justo cuando Bielsa terminaba de vaciarse los bolsillos con la entrada de Llorente.
Mas all¨¢ de la confuciana honradez deportiva de Bielsa, que roz¨® el Ren cuando anticip¨® que no se justificar¨ªa en el cansancio en caso de derrota, la realidad es que no solo se vieron mermadas las posibilidades del Athletic de ganar, sino tambi¨¦n las del espect¨¢culo, que no pudo ser lo que promet¨ªa. Afortunadamente, al p¨²blico todav¨ªa le queda el tercer round, el 25 de mayo, en el Calder¨®n.
Mientras tanto, ajeno a estas angustias, el puntero sigui¨® su camino como si jugara una Liga paralela y ofreci¨® su propio espect¨¢culo contra Osasuna. Despu¨¦s de las dudas ante el M¨¢laga y el Villarreal, el Madrid parece haberse dado cuenta de que su rival m¨¢s grande, a esta altura, no es el Bar?a, sino ¨¦l mismo. En el Reyno de Navarra, el equipo volvi¨® a jugar igual que con la Real Sociedad, sin mirar a los costados, como mejor le sale. Cuando lo hace, abre los partidos como si fueran regalos de cumplea?os y tacha sin apuro los d¨ªas que lo separan de volver a festejar a lo grande.
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