El mal genio del ¡®viejo¡¯ Vettel
Sin la superioridad de Red Bull, el alem¨¢n exhibe su fuerte car¨¢cter en mitad del tr¨¢fico
El paseo militar que Red Bull y Sebastian Vettel se dieron el pasado Mundial (11 victorias y 15 poles en 19 grandes premios) ser¨¢ dif¨ªcil que se repita esta temporada. La prohibici¨®n de los difusores soplados ha actuado como kriptonita en el b¨®lido energ¨¦tico, ahora superado por el MP4-27 de McLaren. Este cambio de tercio ha tenido un impacto considerable en Vettel. Hace un a?o, el alem¨¢n afrontaba la tercera prueba con dos triunfos en el zurr¨®n y como l¨ªder indiscutible, con un margen de casi una carrera (24 puntos) sobre Button. Ahora llega a China en la sexta posici¨®n de la tabla tras haber puntuado en solo una de las paradas (en Australia, la primera, fue segundo), a 17 puntos de Fernando Alonso, primero.
Vettel, el corredor que ha sido capaz de relativizar las plusmarcas que previamente hab¨ªan conseguido Alonso y Hamilton, se enfrenta a un reto may¨²sculo: acallar a todos aquellos que consideran que no est¨¢ a la altura de los mejores de la parrilla porque a¨²n no ha demostrado ser capaz de ganar en igualdad de condiciones, esto es, sin tener la ventaja mec¨¢nica que le ofrec¨ªan el RB6 y el RB7, los dos prototipos con los que se ha coronado. Al volante del RB8, un coche ¡°m¨¢s l¨®gico¡±, como lo define Mark Webber, su compa?ero, Vettel afronta este curso en zona de peligro, sin el as en la manga que supone arrancar el primero la mayor parte de las veces. Eso ya le ha llevado a verse enfrascado en alg¨²n que otro galimat¨ªas y a sacar ese mal genio que no se le ve¨ªa desde hace un par de a?os, cuando se las tuvo tiesas con m¨¢s de uno por m¨¢s que terminara logrando el t¨ªtulo al final, en Abu Dabi.
El alem¨¢n tiene el reto de demostrar que puede ganar en igualdad de condiciones
Desde el ¨²ltimo Gran Premio de la India, el corredor de Heppenheim no muestra a las c¨¢maras el dedo ¨ªndice, el gesto con el que celebra todas sus victorias. En Malasia, hace 15 d¨ªas, cambi¨® de dedo a media carrera, cuando un choque con Narain Karthikeyan le provoc¨® un pinchazo que le llev¨® al garaje y a dedicarle una peineta al indio, una reacci¨®n que casi le cuesta una sanci¨®n por parte de la Federaci¨®n Internacional. Pocas vueltas despu¨¦s de reincorporarse a la pista, Guillaume Rocquelin, su ingeniero, le comunic¨® que deb¨ªa abandonar porque el rifirrafe con Karthikeyan hab¨ªa da?ado los conductos del freno, que estaba sobrecalent¨¢ndose peligrosamente. Vettel desoy¨® la orden, termin¨® la prueba y despu¨¦s argument¨® que no hab¨ªa o¨ªdo nada: ¡°Por supuesto que quiero conservar el coche. Pero tambi¨¦n quer¨ªa cruzar bajo la bandera de cuadros. Creo que debe ser as¨ª¡±.
?Para qu¨¦ mentir? Es verdad, soy un mal perdedor", reconoc¨ªa la semana pasada en 'Bild'
Aunque desde Red Bull hayan decidido pasar p¨¢gina al asunto, este temperamento tiene muchas similitudes con el del viejo Vettel, aquel que en 2010 le llev¨® a llevarse el t¨ªtulo in extremis a pesar de poseer el coche m¨¢s r¨¢pido y con diferencia. En Hungr¨ªa fue sancionado con un pase y siga por el carril de los talleres cuando lideraba la prueba por no respetar la distancia m¨¢xima con el coche de seguridad. Esa misma sanci¨®n le volvi¨® a caer en B¨¦lgica por embestir a Button, mientras que en Turqu¨ªa sus ansias de victoria le hicieron chocar con Webber y regalarle la victoria a Hamilton. En la memoria queda el gesto del alem¨¢n, llev¨¢ndose el ¨ªndice a la sien tildando de loco al australiano. ¡°?Para qu¨¦ mentir? Es verdad, soy un mal perdedor. Si cuando perdiera se me quedara una sonrisa en la cara, no estar¨ªa en la F-1¡±, declaraba Vettel la semana pasada en Bild. ¡°Solo llevamos dos carreras¡±, a?ad¨ªa ayer, desde Shangh¨¢i, ¡°y es evidente que el inicio no ha sido el mejor. Hay elementos del coche que, combinados, no funcionan perfectamente. El balance no es tan bueno como el del a?o pasado. Disfruto conduci¨¦ndolo, pero no es demasiado confortable; es muy nervioso y se mueve mucho¡±.
Baby Schumi se ve ahora metido entre el tr¨¢fico y eso le expone a situaciones de peligro que destapan toda su ambici¨®n y su rabia.
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