¡°Xavi ya era igual hace 13 a?os¡±
Rub¨¦n que debut¨® en Primera con 31 a?os y lleva este curso ocho goles con el Levante, recuerda c¨®mo fue campe¨®n mundial juvenil con el medio azulgrana en 1999
A Rub¨¦n Su¨¢rez (Gij¨®n, 1979) le brillan los ojos al recordar el Mundial juvenil ganado por Espa?a en Nigeria 1999, el origen del renacimiento del f¨²tbol espa?ol. Aquella generaci¨®n acun¨® a dos jugadores trascendentes, Casillas y Xavi, y a otros muchos que se buscaron la vida como pudieron. Rub¨¦n, por ejemplo, debut¨® en Primera el curso pasado, a los 31 a?os, y en esta campa?a suma ocho goles con el Levante, tres de ellos de falta, en su peculiar belle ¨¦poque, pese a jugar menos de lo deseado. El Levante recibe esta noche al Barcelona (La Sexta, 22.00).
¡°Xavi era igual que ahora. Nos marcaba los ritmos, la velocidad y la pausa. Era un equipo a su medida. Mezclaba el control con pases verticales a Pablo Cou?ago [¨²nico punta de aquella selecci¨®n, dirigida por I?aki S¨¢ez]. Era un espect¨¢culo¡±. Rub¨¦n compet¨ªa en el interior zurdo con Barkero, compa?ero ahora en el Levante y otro que ha tardado mucho en instalarse en Primera. Aquel equipo, recuerda, se clasific¨® a ¨²ltima hora para esa Copa del Mundo gracias a un gol de Gerard L¨®pez, que despu¨¦s se rompi¨® un p¨®mulo y no pudo acudir a Nigeria.
Me ha llegado la oportunidad cuando ya no la esperaba. Por eso me agarro a ella¡±
Rub¨¦n se pas¨® un a?o en blanco, en el Elche, al quebrarse la rodilla derecha ¡ªligamento cruzado y menisco¡ª y deshacerse parte del tornillo colocado dentro, lo que le produjo una infecci¨®n. ¡°Me ha llegado la oportunidad cuando ya no la esperaba. Por eso te agarras a ella y la disfrutas como si tuvieras 20 a?os¡±, cuenta el asturiano, en manga corta pese a que chispea en Valencia, ense?ando los antebrazos tatuados con las fechas de nacimiento de sus dos hijos: Vania y Joel. ¡°Mi hijo es una ardilla, como yo¡±, sonr¨ªe. Y se acuerda de que en su familia son todos zurdos de pie: su padre, Cundi (exlateral internacional del Sporting), su madre y sus dos hijos.
?l entr¨® a los cinco a?os en la escuela de Mareo. Y desde ella hasta el primer equipo, en el que debut¨® en Segunda. Cundi, que conserva el bigote (¡°no conseguimos que se lo quite¡±) se pon¨ªa en una esquina para ver a su hijo y no dec¨ªa nada. Pero ahora le da consejos para sobrellevar la poca participaci¨®n que le da el entrenador, Juan Ignacio Mart¨ªnez. ¡°A veces me voy enfadado a casa, pero debo respetar a los que juegan y a los que juegan menos que yo¡±, apunta.
Rub¨¦n mide ¡°1,67 y medio, que no me quiten ese medio¡±, bromea, despu¨¦s de que delanteros como ¨¦l o su excompa?ero y amigo Villa acabaran con los prejucios contra los bajitos. ?l es un mediapunta de chispa y espacios cortos, con un magn¨ªfico golpeo del bal¨®n en las faltas: desde el perfil diestro, le pega plano y fuerte; desde el izquierdo, con rosca y por encima de la barrera. ¡°Cristiano dispara de modo distinto a todos: con el empeine estirado, dando al bal¨®n un efecto al rev¨¦s. Lo he probado en los entrenamientos y es muy dif¨ªcil¡±.
Al llegar al Levante, hace cuatro a?os, el club entr¨® en concurso de acreedores, pero a partir de ah¨ª todo sali¨® a pedir de boca. El ascenso, la consolidaci¨®n y, tal vez, Europa. ?La clave? ¡°El ambiente en el vestuario. Nunca conoc¨ª uno como este. Da gusto ir a entrenarse. En contra de su imagen, Ballesteros es muy divertido¡±.
?La clave del ¨¦xito? El ambiente del vestuario. Da gusto ir a entrenarse¡±
A la espera de la llamada del club para renovar el contrato, Rub¨¦n se mira en el espejo de su equipo, el m¨¢s veterano de Primera. ¡°Es imposible pensar que Javi Venta, Ballesteros y Juanfran est¨¢n en su ¨²ltimo a?o. Van como aviones. Respecto a cuando yo empec¨¦, la diferencia en los entrenamientos es brutal. Te tirabas 50 minutos corriendo y ahora todo son ejercicios espec¨ªficos para el f¨²tbol. La carrera se ha alargado much¨ªsimo¡±.
El Levante ya abati¨® a uno de los dos gigantes: gan¨® 1-0 al Madrid en la primera vuelta. ¡°Frente al Madrid, si te arropas atr¨¢s y le cortas las contras, tienes posibilidades¡±, explica; ¡°el Bar?a es diferente. Te desgasta, te hace correr mucho y, si llegas tarde a una ayuda, te mata. Nos defenderemos con ocho, con dos entre l¨ªneas y un punta. Debemos aguantar el bal¨®n porque, si no, te asfixian. Somos un rival inc¨®modo. Y duro en casa¡±. El c¨¦sped, adem¨¢s, estar¨¢ ¡°alto y seco¡±, una peque?a ventaja contra los azulgrana, que lo prefieren corto y muy h¨²medo. El ca?¨®n de Rub¨¦n est¨¢ preparado.
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