¡°No hubo manera de convencerle¡±
Nadie en el club pudo hacer que Guardiola se volviese atr¨¢s de su decisi¨®n
Marc¨® Torres para el Chelsea en el Camp Nou, el martes, casi a la medianoche, y el Bar?a qued¨® eliminado de la Champions.Pep Guardiola asumi¨® entonces que iba siendo hora de hacer p¨²blica su decisi¨®n de irse. As¨ª que despu¨¦s de la conferencia de prensa se cit¨® con el presidente, Sandro Rosell, para desayunar en su casa a la ma?ana siguiente, pronto, muy pronto. A partir de ah¨ª todo se desencaden¨® r¨¢pidamente... en apariencia. Tal vez el guion estaba escrito hac¨ªa tiempo en el ordenador de Andoni Zubizarreta, ese director deportivo que Guardiola impuso a Rosell en 2010, ese que ha terminado por buscarle un sustituto.
Zubizarreta siempre fue un portero discreto y eficiente, con fama de atacar el bal¨®n por alto y de no parar penaltis. Tan discreto que no da un titular por muchas cosas interesantes que pueda llegar a decir. Fue ¨¦l quien puso el nombre de Tito Vilanova en la mesa de Guardiola el mi¨¦rcoles por la ma?ana. No improvis¨®. Lleva meses dando vueltas al tema.
No es casual, estando Zubizarreta de por medio, que, cuando Rosell anunci¨® el nombre de Vilanova como sustituto de Guardiola, el resto de sus compa?eros en el cuerpo t¨¦cnico y los jugadores del primer equipo celebraran la decisi¨®n con sorpresa y alegr¨ªa, tan descolocados como un parado al que le toca el Gordo de Navidad. Sab¨ªan que Pep se iba, pero no qui¨¦n ven¨ªa.
¡°Sab¨ªamos que dir¨ªan el sustituto enseguida, pero no tan pronto¡±, reconoce un jugador
Guardiola dijo en el oto?o pasado que se iba y sucedi¨® como en el cuento: lo hab¨ªa dicho tantas veces que no le creyeron. ¡°Otros a?os tambi¨¦n lo dec¨ªa y, al final, encontraba la motivaci¨®n suficiente¡±, explican en su entorno. Pero en Navidad insisti¨® de verdad. No pod¨ªa m¨¢s. Lo iba a dejar. Esta vez estaba vac¨ªo. Lo hab¨ªa dado todo y ya no encontr¨® fuerzas ni alicientes para seguir al frente. En ese desgaste seguramente influy¨® tanto la soledad a la que le someti¨® la enfermedad de Vilanova como la situaci¨®n de Abidal o la evidencia de que para motivar al equipo, 25 egos tan grandes como los 25 futbolistas de la plantilla, ya no ten¨ªa fuerzas.
De nada sirvi¨® que los m¨¢s ¨ªntimos amigos de Pep, incluido el mism¨ªsimo Vilanova cuando Zubizarreta ya le hab¨ªa ofrecido el cargo, intentaran hasta la madrugada de ayer viernes que continuara al frente del equipo.
¡°La noche fue larga, pero no hubo manera de convencerle¡±, cuentan los que han vivido de cerca lo acontecido en los ¨²ltimos tres d¨ªas. El jueves por la noche, Guardiola telefone¨® a su padre. Por eso hasta ayer mismo, festividad de la Virgen de Montserrat, Vilanova no dio el s¨ª definitivo a Zubizarreta. La junta directiva aprob¨® el nombramiento "v¨ªa telef¨®nica", ya que algunos de sus miembros se encontraban de viaje.
En la reuni¨®n con los jugadores, Rosell avis¨® de que anunciar¨ªa ayer mismo el nombre del sustituto. Vilanova sigui¨® desde el despacho de la ciudad deportiva el adi¨®s de su amigo.
El frenes¨ª del relevo dur¨® tres d¨ªas, pero el guion estaba escrito mucho antes. Desde que Zubizarreta intuy¨® que esta vez nadie lograr¨ªa convencer a Guardiola de que siguiera.
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