El Zaragoza sue?a, el Athletic duerme

Sin duda la supervivencia es m¨¢s ingeniosa que la abundancia. No es lo mismo luchar por evitar el descenso que pelear por, quiz¨¢s, conseguir una plaza en la Liga de Campeones. No es igual tener una cita con la vida que una cita con la historia. Y el Zaragoza se jugaba ayer la vida mientras el Athletic dejaba el traje de domingo en el armario y se pon¨ªa uno desconocido por primera vez en la temporada. El hambre en el f¨²tbol es una frontera. Y el Zaragoza hace varios partidos que, como Vivian Leigh en Lo que el viento se llev¨®, jur¨® no volver a pasar hambre. La conjura funcion¨® ayer por varias cosas. La primera porque Helder Postiga parec¨ªa el delantero que fue o el ni?o que llega con hambre al partido. Lo suyo fue un recital, un manual de como sacar de quicio y de sitio a su marcador, San Jos¨¦. El portugu¨¦s no marc¨®, pero fue el bombero m¨¢s experto del ¨¢rea contraria. Habr¨ªa que escarbar mucho para encontrarle alg¨²n defecto. Quiz¨¢s le ayud¨® que la defensa rojiblanca estaba improvisada. Bielsa respet¨® el centro del campo titular y modific¨® casi todo lo dem¨¢s. Tres de cuatro en defensa y tres de tres en ataque. Falta de apetito, quiz¨¢s pensando en el Madrid, el mi¨¦rcoles, en Bucarest, al otro mi¨¦rcoles, o lo que fuera

En ese marem¨¢gnum se encontr¨® un gol el Athletic en una ingenuidad defensiva, cuando Lafita se llev¨® a un central para dejarle el pasillo a Edu Oriol que tuvo tiempo de hablar consigo mismo, de llamar a casa, antes de disparar contra el poste que supuestamente guardaba Iraizoz. La respuesta del Athletic fue casi inmediata, cuando Pablo ?lvarez puso la cabeza para salvar sobre la l¨ªnea de gol un disparo a bocajarro de De Marcos en la ¨²nica aparici¨®n rojiblanca en el escenario de La Romareda. Fue el momento rojiblanco, salvo dos disparos que demostraron la envergadura y los reflejos de Ricardo, un guardameta que ha firmado una temporada inconmensurable. Iraizoz no puede decir lo mismo. Un libre directo de Apoyo, recto, raso, que roz¨® ligeramente en un defensa, pero sin desviar en exceso el bal¨®n, se lo trag¨® como un ni?o un pastel. Y ah¨ª muri¨® el Athletic y creci¨® el Zaragoza, a los gritos de ¡°S¨ª, se puede¡±, bien sujeto por Zuculini y Apo?o, y bien gestionado por Postiga, un tit¨¢n, y Edu Oriol.

El Athletic se desped¨ªa de la Champions, mientras el Zaragoza saludaba la permanencia, a¨²n complicada, con un ejercicio m¨¢s aseado que bello, m¨¢s eficaz que art¨ªstico, m¨¢s sensato que corajudo.