Nadal, por s¨¦ptima vez

Por s¨¦ptima vez inscribi¨® Rafael Nadal su nombre en el historial del Open Banc Sabadell. La pista central del RCT Barcelona se ha habituado a verle levantar los brazos y mostrar su alegr¨ªa tras derrotar a su rival en la final. El mallorqu¨ªn, de 25 a?os, no tiene igual. Lleg¨® a Barcelona despu¨¦s de ganar su octavo t¨ªtulo seguido en Montecarlo y a la semana alcanz¨® otro r¨¦cord dif¨ªcilmente superable: la s¨¦ptima corona en el Trofeo God¨®. Nada que decir, nada que cuestionar. Su superioridad en tierra batida es tan brutal que no admite discusi¨®n. David Ferrer fue un dign¨ªsimo adversario, el m¨¢s duro que se ha encontrado esta temporada sobre arena. Pero no logr¨® m¨¢s que llevarle a un desempate y mantenerle dos horas y 40 minutos en la pista para acabar perdiendo por 6-7 (1) y 5-7.

¡°Lo siento por ¨¦l¡±, atin¨® a comentar Nadal cuando le entrevistaron en el centro de la cancha ante 8.400 espectadores que le segu¨ªan aclamando, ¡°pero estoy muy contento por esta nueva victoria¡±. Nadal cumple 10 a?os como tenista profesional y sus cifras son incre¨ªbles: 10 t¨ªtulos del Grand Slam y 20 masters 1.000, superando en este ¨²ltimo apartado al suizo Roger Federer. Su superioridad en tierra batida es impresionante. Posee el r¨¦cord de victorias sucesivas en esta superficie, convirtiendo en rid¨ªcula la marca anterior de Guillermo Vilas (53): logr¨® 81 seguidas entre 2005 y 2007. Otro dato escalofriante es que desde que gan¨® su primer torneo de Barcelona en 2005 ha sufrido solo seis derrotas en tierra: dos ante Federer, otras dos frente a Novak Djokovic y una ante Robin Soderling y Juan Carlos Ferrero.

Es el mejor de la historia en tierra¡±, se ratific¨® Ferrer al final del partido: ¡°Es lo que pod¨ªa esperarme¡±.

Tal vez por todo ello a Ferrer no le pes¨® tanto perder su cuarta final del Open Banc Sabadell frente a Nadal. No sab¨ªa lo que pod¨ªa ocurrir, pero se lo imaginaba. El s¨¢bado, tras las semifinales, ya coment¨® que incluso jugando a su mejor nivel, incluso dando el ciento por ciento, pod¨ªa acabar perdiendo. ¡°Es el mejor de la historia en tierra¡±, se ratific¨® al final del partido; ¡°por tanto, eso es lo que pod¨ªa esperarme¡±. Perdi¨®, pero no tiene nada que reprocharse.

Ferrer, de 30 a?os, luch¨® hasta la extenuaci¨®n, busc¨® con ah¨ªnco la victoria, dispuso incluso de cinco bolas para ganar la primera manga al campe¨®n y sac¨® para el set con 5-4 en el segundo. Jug¨® a un nivel alt¨ªsimo. Es probable que hubiese ganado el t¨ªtulo si enfrente no hubiera tenido a Nadal. Cualquier otro jugador dif¨ªcilmente habr¨ªa podido resistir el ritmo que mantuvo el de X¨¤via, que buscaba su primera corona en Barcelona, adonde hab¨ªa acudido de peque?o, acompa?ado por su padre, para ver a las grandes estrellas. ¡°Es uno de los torneos que m¨¢s ilusi¨®n me har¨ªa ganar¡±, confiesa cada vez que se lo preguntan; ¡°guardo recuerdos maravillosos y me siento orgulloso de haber disputado cuatro finales. Pero me falta la guinda¡±.

La batalla respondi¨® a las expectativas que hab¨ªan generado dos de los mejores jugadores del mundo en tierra batida

La final tuvo momentos exquisitos. La belleza de ver a dos estrategas elaborando la construcci¨®n de un punto, cambiando la correlaci¨®n de fuerzas, pasando de dominador a dominado hasta alcanzar una conclusi¨®n brillante. Era una batalla en cada punto, una idea en cada golpe, un sufrimiento en cada juego. Hasta que, al final, la intensidad de Nadal (se not¨® especialmente en el desempate del primer set) acababa marcando la m¨ªnima diferencia que iba a decidir la suerte del partido.

Nadal fue mejor. Y Ferrer lo acept¨®. Pero la batalla respondi¨® a las expectativas que hab¨ªan generado los que son dos de los mejores jugadores del mundo en tierra batida. Por eso Nadal es el n¨²mero dos mundial, ha ganado seis t¨ªtulos de Roland Garros y parece encaminarse hacia el s¨¦ptimo. Si Djokovic no le fren¨® en Montecarlo y Ferrer no lo ha logrado en Barcelona, es dif¨ªcil imaginar qui¨¦n podr¨¢ pararle en Par¨ªs.