Una carrera de pel¨ªcula en el Derby de Kentucky
El caballo ¡®I?ll have another¡¯ se impone en los ¨²ltimos 100 metros
I'll have another (Me pedir¨ªa otro, en su traducci¨®n en espa?ol) se convirti¨® este s¨¢bado en el nuevo caballo ganador del Derby de Kentucky, el evento deportivo m¨¢s antiguo de Estados Unidos y la joya m¨¢s preciada de las tres carreras que integran la m¨ªtica Triple Corona. El potro de tres a?os, montado por el mexicano Mario Guti¨¦rrez, se impuso en los ¨²ltimos 100 metros a Bodemeister, que hab¨ªa estado en cabeza desde la salida del caj¨®n.
Desde que fuera inaugurado en 1875, el ¨®valo de tierra de dos kil¨®metros del hip¨®dromo de Churchill Downs en Lousiana (Kentucky) ha sido el escenario de carreras emblem¨¢ticas que han pasado a los anales de la historia de la h¨ªpica. La que ayer protagonizaron I'll have another y su jockey merece un lugar all¨ª ya que reuni¨® la m¨ªtica, la emoci¨®n y la sorpresa de lo inesperado de las que est¨¢n tejidas las grandes gestas deportivas. Pocos apostaban por el caballo casta?o, pese a llegar a la competici¨®n avalado por su victoria a mediados del pasado mes de abril -tambi¨¦n contra todo pron¨®stico-, en el Derby de Santa Anita (California), la ¨²ltima carrera antes de la de Kentucky. El hecho de que Guiti¨¦rrez, de 25 a?os, no hubiera corrido antes el Derby y de que el potro saliera desde el pen¨²ltimo caj¨®n de salida (19), casi en el extremo ¨²ltimo de la pista, no eran presagios muy alentadores para los buenos pron¨®sticos. Las apuestas se pagaban 15 a 1.
El hecho de que Guiti¨¦rrez no hubiera corrido antes el Derby y de que el potro saliera desde el pen¨²ltimo caj¨®n de salida no eran presagios muy alentadores?
Pasadas las 6.30 de la tarde, la campana dio la se?al de comienzo de la carrera. Bodemeister, uno de los favoritos, sali¨® como un rel¨¢mpago desde el sexto caj¨®n para ganar inmediatamente la primera posici¨®n. Se trata de un potro muy veloz pero tambi¨¦n muy consistente, acostumbrado a estar siempre en cabeza. Montado por el veterano Mike Smith, que ya gan¨® el Derby en 2005, Bodemeister cumpli¨® fielmente con el gui¨®n que hab¨ªa fijado su entrenador, Bob Raffert, vencedor tambi¨¦n en tres ocasiones de esta carrera: mantener un ritmo alto y dejar atr¨¢s al resto de contendientes. En los primeros 500 metros solo Trinniberg, otro ejemplar casta?o y muy r¨¢pido, y Hansen, una bala de plata en medio de 20 potros casta?os, le segu¨ªan el ritmo, aunque sin inquietar a Smith. Por detr¨¢s, Guiti¨¦rrez med¨ªa su propia carrera.
El jockey mexicano supo aprovechar la buena reacci¨®n inicial de I'll have another y convirti¨® en ventaja la que a priori era su mayor debilidad, el orden de salida. Desde el extremo, espole¨® al caballo que, casi desapercibido, emergi¨® del polvo levantado por sus rivales para situarse en la s¨¦ptima posici¨®n justo antes de encarar la primera curva de la pista. A partir de ah¨ª, con un ritmo constante y conforme la carrera se iba haciendo menos compacta, Guiti¨¦rrez aprovech¨® los huecos que se iban abriendo entre las cabalgaduras para ir adelantando posiciones.
'I?ll have another' realiz¨® los 'Dos minutos m¨¢s intensos del deporte', como tambi¨¦n se conoce al Derby de Kentucky, en 0.83 segundos m¨¢s
A la salida de la ¨²ltima curva, cuando la carrera parec¨ªa decantada a favor de Bodemeister, Guiti¨¦rrez acarici¨® la crin de su montura y se alz¨® sobre la grupa, con su cuerpo menudo pr¨¢cticamente rozando el cuello del animal. Era la se?al para cambiar el ritmo. Con sus patas delanteras empapadas en barro y sudor, los ollares dilatados, las bridas tensas en su boca, I'll have another fue sobrepasando rivales. A 300 metros de la l¨ªnea de llegada, se coloc¨® segundo a tres cuerpos de distancia de Bodemeister.
Guti¨¦rrez fustig¨® al potro para hacer aflorar los ¨²ltimos vestigios de velocidad que le quedaban en los cascos. A menos de un hect¨®metro para el final, Smith, con su casaca azul y amarilla pr¨¢cticamente impoluta, vio c¨®mo le adelantaba Guiti¨¦rrez, embadurnado en el lodo de la pista, para ganar la carrera con un cuerpo y medio de diferencia. Bodemeister consigui¨® retener la segunda plaza, apenas una cabeza por delante de Dullahan, un potro acostumbrado en competir en hierba sint¨¦tica.
Leyenda y tradici¨®n
I'll have another realiz¨® los Dos minutos m¨¢s intensos del deporte, como tambi¨¦n se conoce al Derby de Kentucky, en 0.83 segundos m¨¢s. Dos minutos para los que los 20 caballos que ayer protagonizaron la carrera llevan prepar¨¢ndose desde que nacieron. Tres a?os destinados a recorrer los dos kil¨®metros de la pista, el equivalente a una marat¨®n para los equinos, y hacer que su due?o se embolse los dos millones de d¨®lares en los que consiste el premio.
El hip¨®dromo Churchill Downs demostr¨® ser adem¨¢s la coctelera perfecta donde mezclar un evento deportivo de alto nivel con un acontecimiento social?
Aunque I'll have another no hubiera protagonizado una carrera de pel¨ªcula o aunque no se hubiera tratado de la primera vez que su entrenador, Doug O'Neill ¨Cque tampoco cre¨ªa en la victoria, seg¨²n reconoci¨® despu¨¦s-, o su jockey ganaban el Derby ¨Ceste ¨²ltimo en la jornada en la que se celebra el Cinco de Mayo en EE UU y en M¨¦xico-, el hecho de haber sido coronados con la alfombra de 558 rosas rojas, con la que se honra al ganador de esta carrera, ya les ha garantizado a aqu¨¦llos, al caballo y a su due?o, J. Paul Reddam, un hueco en el selecto club de las glorias de la h¨ªpica y de la historia del deporte. Es la recompensa que lleva aparejado participar en un acontecimiento de la talla del Derby de Kentucky, al que las haza?as y fatalidades protagonizadas por la indefectible uni¨®n de la pujanza del animal y la pericia de quien lo monta, han encumbrado a la categor¨ªa de legendario.
El hip¨®dromo Churchill Downs, como cada primer s¨¢bado de mayo desde hace 138 a?os, demostr¨® ser adem¨¢s la coctelera perfecta donde mezclar un evento deportivo de alto nivel con un acontecimiento social que, adem¨¢s de famosos, logra atraer cada a?o a Louisville cientos de miles de millones de d¨®lares (solo la industria equina de Kentucky genera tres mil millones de d¨®lares anuales). Todo ello aderezado con las dosis de tradici¨®n propia de toda gran carrera de caballos que se precie. En el caso del Derby, a los tocados imposibles de las damas y a la obligada pajarita de los caballeros, se suman la entonaci¨®n de My Old Kentucky Home ¨Cuna especie de himno estatal-, el julepe de menta ¨Cbourbon, menta y az¨²car- y el burgoo ¨Cun guiso de ternera, pollo, cerdo y verduras t¨ªpico del Estado.
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