El sue?o que naci¨® en ¡®El teatro de los sue?os¡¯
El Athletic comprendi¨® en Old Trafford que el t¨ªtulo estaba a su alcance
¡°Jugar aqu¨ª es un sue?o, ganar es una realidad¡±, les dijo Marcelo Bielsa a sus futbolistas emocionados por enfrentarse al Manchester United en Old Trafford. Era una emoci¨®n compartida: unos 4.000 aficionados acompa?aron al equipo. El espect¨¢culo en la calle, en la grada y en el terreno de juego fue soberbio. Estaba claro que el mensaje de Marcelo Bielsa hab¨ªa sido bien recibido en todo el entorno. Probablemente, en el Teatro de los sue?os naci¨® el sue?o europeo del Athletic, el sue?o de la Liga Europa que hasta entonces hab¨ªa tenido mucha carga an¨ªmica, pero que seguramente en el coraz¨®n rojiblanco ocupaba un lugar secundario respecto a la competici¨®n hist¨®rica del club bilba¨ªno, la Copa del Rey.
El espect¨¢culo de Old Trafford (2-3), con el mejor f¨²tbol desarrollado por el Athletic en varias d¨¦cadas, no solo repuso al club bilba¨ªno en el mapa del f¨²tbol europeo, sino que signific¨® un auto de fe en la consecuci¨®n de un t¨ªtulo que no entraba en las previsiones iniciales. Conseguida la realidad de ganar y reclamar un elogio generalizado en el f¨²tbol de medio mundo, los futbolistas y la afici¨®n comprendieron que esa competici¨®n europea estaba a su alcance. Adem¨¢s, el nuevo formato de la Liga Europa inclu¨ªa a equipos de relumbr¨®n. La presencia de clubes como los dos Manchester, el United y el City, el Valencia, el Atl¨¦tico, el Sporting de Lisboa, el Ajax, el Schalke 04¡ otorgaba al campeonato un lustre que antiguamente no ten¨ªa.
Cuando el Athletic elimin¨® al United, el t¨ªtulo dej¨® de ser un sue?o para convertirse en la ambici¨®n de la realidad. La frontera se hab¨ªa traspasado ante el rival m¨¢s prestigioso de cuantos compet¨ªa en la Liga Europa, tras caer de la Champions. Atr¨¢s quedaba aquella fase de grupos donde el Athletic pas¨® con alguna holgura y alg¨²n sufrimiento ante el Salzburgo, un escollo salvado mediante dos penaltis transformados por Fernando Llorente. En dieciseisavos de final, el Lokomotiv fue un hueso duro de roer que puso a prueba la fortaleza an¨ªmica del equipo de Bielsa.
El sorteo que depar¨® el enfrentamiento contra el Manchester se antoj¨® inicialmente como el premio de jugar en una ciudad, un estadio y ante un rival de post¨ªn. Ah¨ª surgi¨® la ambici¨®n de Marcelo Bielsa y la apuesta definitiva por una competici¨®n que pod¨ªa llevar al Athletic a disputar dos finales en la misma temporada. El decaimiento en la Liga era el contrapeso a la fortaleza en Europa en un colectivo que apenas utilizaba 15 futbolistas.
Jugar aqu¨ª es un sue?o, ganar es una realidad¡±, les dijo Marcelo Bielsa a sus futbolistas
La frase de Bielsa se ha convertido en un emblema que no solo ha llevado al Athletic a la final del mi¨¦rcoles frente al Atl¨¦tico. La frase le sirve igual al argentino para explicar la actitud con la que hay que afrontar una final, quiz¨¢s inesperada, pero ahora m¨¢s deseada que nunca, tras la decepci¨®n de 1977, cuando el Juventus le birl¨® el t¨ªtulo al Athletic de Iribar, Rojo, Dani, Villar, Irureta y compa?¨ªa. Quiz¨¢s todo empez¨® en Manchester y acabar¨¢ en Bucarest. 33 vuelos fletados desde hoy hasta el mi¨¦rcoles han dejado incluso a aficionados con entrada en Bilbao. El aeropuerto de Bucarest no da abasto y previsiblemente San Mam¨¦s se llenar¨¢ para ver la final en dos pantallas gigantes. La locura ha comenzado.
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