Nunca es tarde para Tiralongo

A falta de siete kil¨®metros, Stefano Pirazzi, se lavaba el casco con agua mientras el l¨ªquido le val¨ªa para recuperar pulsaciones. Distanciado, no tanto como ¨¦l pensaba, se debat¨ªa entre dar un golpe o guardarse las fuerzas para un desgaste no muy lejano. Calmado, solo en apariencia, rehidratado moment¨¢neamente, trataba de despegarse de Jos¨¦ Herrada. El conquense del Movistar, con un pedaleo limpio, conocedor del br¨ªo final, se manten¨ªa a distancia. Parec¨ªa que a falta de solo tres kil¨®metros, los 16 segundos de distancia respecto al pelot¨®n gobernado por el Astan¨¢ ser¨ªan suficientes. Es el problema de calcular metros con espacios, sin reparar en lo que viene por detr¨¢s. Quiz¨¢ por eso se despist¨® el italiano en una curva a falta de un kil¨®metro y dio v¨ªa libre a Herrada, que cogi¨® el descenso como una ba?era en la que perderse. Parec¨ªa clara la victoria del espa?ol, solo porque el retrovisor del corredor del Movistar no mostraba el revuelo trasero. Un enjambre descontrolado que ya miraba de cerca a la avanzadilla. Le sobr¨® un kil¨®metro, cuando le pillaron los sprinters.

Subido el pi?¨®n del pelot¨®n, se alborot¨® la cabeza de punta con un duelo al alba, aunque fuera por la tarde, entre Paolo Tiralongo y Michele Scarponi. Una especie de subasta sin martillo sobre una cadena que no se descubri¨® hasta los ¨²ltimos metros. Extasiado, el ciclista del Astan¨¢ cruz¨® la meta sin ning¨²n recurso extra en el interior. Con la bicicleta al margen, yac¨ªa sobre el suelo, a la caza de una bocanada de oxigeno m¨¢s sabrosa que la victoria. Brazos y piernas abiertos, como una figura rupestre, sosten¨ªan el suelo encorsetado de Rocca di Cambio [municipio donde terminaba la etapa]. A dos meses de cumplir 35 a?os, Tiralongo se peg¨® un gustazo.

Tras Scarponi, atrevido en la definici¨®n, cruz¨® la meta en tercer lugar Franck Schlek, mientras que el primer espa?ol fue el madrile?o del Katusha Daniel Moreno. La maglia rosa se la adjudic¨® el canadiense Ryder Hesjedal (Garmin-Barracuda) tras entreg¨¢rselo en bandeja su anterior propietario, Adriano Maloni, que decidi¨® aislarse de la carrera a falta de 15 kil¨®metros. Con su segunda victoria como profesional, Paolo Tiralongo, estampa delicada sobre el suelo de Rocca di Cambio, se reafirm¨® a s¨ª mismo que para vaciarse, nunca es tarde.