170 metros entre la rosa y la pena

Igual que uno no comienza a saber lo que vale una victoria hasta d¨ªas despu¨¦s de haberla conseguido, dicen, as¨ª con las derrotas. Cuentan que Laurent Fignon, que perdi¨® un Tour y un Giro en sendas contrarreloj finales, las derrotas no parecieron afectarle lo m¨¢s m¨ªnimo el domingo en que se produjeron, que celebr¨® y disfrut¨® las noches con sus compa?eros, pero que despu¨¦s, desde entonces, ni volvi¨® a hablarle a Francesco Moser, el italiano que le gan¨® un Giro, ni volvi¨® a pasear, ¨¦l, que era parisino, por los Campos El¨ªseos, el final del Tour en el que LeMond le dej¨® de piedra y a 8s. Purito, no. A Purito, el momento de alegr¨ªa tonta le dur¨® lo que las burbujas del champ¨¢n de la botella que descorch¨® en el podio, en el segundo escal¨®n del podio, lo que tard¨®, unos segundos, menos de 16 seguramente, en duchar con ella a sus compa?eros de honores, a Hesjedal, gigante emocionado y lloroso en el centro, a De Gendt, feliz tercero m¨¢s a la derecha. Despu¨¦s, con fuerza, lleg¨® la constataci¨®n de lo que hab¨ªa perdido, de la maglia rosa, y el culotterosa, que ya parec¨ªan su segunda piel de tantos d¨ªas como los llevaba, de la bicicleta con pegatinas rosas. Lleg¨® la tristeza.

?Hace un par de d¨ªas se le pregunt¨® que qu¨¦ sent¨ªa al pensar que su nombre podr¨ªa aparecer en el listado de ganadores del Giro junto a nombres como Coppi o Gimondi o Indurain o Contador, y ¨¦l respondi¨® que ni lo pensaba, que solo de pensarlo perder¨ªa el sue?o, que no quer¨ªa so?ar con lo que pod¨ªa ganar. Pero tambi¨¦n dijo que le dar¨ªa mucha pena perder el Giro en los ¨²ltimos d¨ªas, con lo que hab¨ªa dado para ganarlo.

Terminada la contrarreloj perdida de Mil¨¢n, pasado el podio, al que subi¨® dos veces ¡ªcomo segundo y como ganador de la maglia rossa (roja) de la regularidad¡ª, pasadas las burbujas, Purito mostr¨® su pena, la raz¨®n de su tristeza. ¡°Pues claro que cre¨ªa en el milagro¡±, dijo. ¡°De hecho, mira qu¨¦ cerquita he estado. Lo he perdido por solo 16s¡±. Y no le consolaban ni las palabras de Mark Cavendish, a quien priv¨® del triunfo a los puntos, que dijo: ¡°Me duele haberlo perdido ante Purito, pero m¨¢s le debe doler a ¨¦l haber perdido la rosa¡±.

El dolor: su nombre entr¨® en la lista en la que nadie quiere estar, en la de los derrotados por menos tiempo en la historia del Giro, una lista en la que al lado de ciclistas desconocidos como Ezio Cecchi, que perdi¨® el Giro de 1948 por 11s ante Magni, est¨¢n los del campionissimo Coppi (por 13s ante el mismo Magni en 1955), o el de Baronchelli (tambi¨¦n por 13s ante Merckx en el 74). Detr¨¢s de ellos, los 16s de Hesjedal.

No estar¨¢ el nombre de Joaquim Purito Rodr¨ªguez junto al de Indurain o el de Contador, los dos ¨²nicos espa?oles que han ganado el Giro (y ambos tambi¨¦n han ganado el Tour), dos para quienes la contrarreloj final de Mil¨¢n, que cerr¨® sus victorias, una vez la de Indurain, la de 1992, dos veces las de Contador, fue un recorrido de homenaje, pues las afrontaron con el Giro ya ganado. En cambio para Purito era la prueba del todo o nada contra uno que todos sab¨ªan, y ¨¦l tambi¨¦n, que era mejor.

Horas antes de que tomara la salida, a media ma?ana en el espl¨¦ndido parque del castillo Sforzesco ¡ªel mismo lugar al que 20 a?os antes entr¨® Indurain como una aspiradora despu¨¦s de haber doblado a Chiappucci, partido tres minutos antes que ¨¦l¡ª, el aire c¨¢lido anunciaba tormenta y las palabras que transportaba tambi¨¦n eran tormentosas. ¡°Tengo una noticia buena y una mala¡±, dijo, ligero de humor, su director, Valerio Piva. ¡°La buena es que hemos medido con GPS el recorrido y no son 30 kil¨®metros, sino 28,2, y eso son unos cuantos segundos menos que pueda perder Purito. La mala es que hemos hecho el recorrido y hemos comprobado que no es tan t¨¦cnico como cre¨ªamos, que las curvas se pueden dar a tope, que hay buenas rectas, de m¨¢s de un kil¨®metro, que benefician a la mayor potencia y caracter¨ªsticas de Hesjedal¡­¡±. Adem¨¢s, otro mal augurio, en el reconocimiento mismo Purito se sali¨® en una curva y se golpe¨® contra una valla. Adem¨¢s, los tiempos de los que salieron antes, indicaban que en efecto, que el circuito era m¨¢s r¨¢pido de lo que se pensaba, lo que tambi¨¦n iba en contra de las fuerzas de Purito, de su defensa, que ya parec¨ªa imposible entonces, de los 31s de ventaja sobre Hesjedal con que part¨ªa. El ganador, el especialista italiano Marco Pinotti, lo hab¨ªa hecho a 51,100 de media. Demasiado para el peque?o escalador catal¨¢n.

¡°Saldremos a tope y si logramos llegar igualados a los primeros 10 kil¨®metros, a lo mejor se pone nervioso Hesjedal y lo podemos aprovechar¡±, so?aba Piva. Purito sali¨® a tope, en efecto, pero a los 10 kil¨®metros ya hab¨ªa perdido 29s de los 31s; y a los 13, Hesjedal ya se supo maglia rosa final¡±. En cuanto le vi salir, c¨®mo cogi¨® enseguida el golpe de pedal, ya supe que har¨ªa una buena contrarreloj¡±, dijo Bingen Fern¨¢ndez, el director del canadiense. ¡°Llevo con ¨¦l dos a?os haciendo cronos y le conozco¡±. Por eso, porque le conoce, le oblig¨® a no arriesgar en las curvas finales. No lo necesita. Le sac¨® 47s a Purito en los 28,2 kil¨®metros; traducidos a metros seg¨²n la media final del Giro (38,3 kil¨®metros por hora, 170,4 metros, una gota de nada entre los 3.514,1 de longitud total de las 21 etapas, la distancia entre la rosa y la pena.