Rosell, el entorno y los opositores
El anuncio del adi¨®s de Josep Guardiola a finales de abril agit¨® las aguas cul¨¦s m¨¢s r¨¢pidamente de lo previsto. El movimiento fue casi simult¨¢neo, como si su alejamiento hubiese desprendido la tapa que conten¨ªa, aprision¨¢ndolo, al entorno o, mejor, a los entornos, que son diversos, como demonios encadenados, y el barcelonismo se vio inmerso en un pim, pam, pum inesperado, pero familiar. Luego, se calm¨®, fuese por exagerado y extempor¨¢neo, fuese por la proximidad de la final de la Copa de Rey, aunque su rol debi¨® de jugar el propio Guardiola y su petici¨®n de ¡°a m¨ª, me dejen de lado¡±.
Todo result¨® un tanto grotesco. Hubo tres lecturas perversas, al menos. La primera fue sugerir, qu¨¦ digo, dar por supuesta la coordinaci¨®n de las reacciones. Los periodistas demandamos declaraciones, solicitamos entrevistas y escribimos art¨ªculos de opini¨®n y, luego, juntado todo, adivinamos una acci¨®n coordinada y perfectamente sincronizada. No veo yo pactando ni t¨¢cticas ni estrategias a Joan Laporta con Marc Ingla, por ejemplo, dos de los notables que salieron a la palestra.
La segunda perversidad consisti¨® en ignorar cuatro a?os de ruido ensordecedor. Guardiola se habr¨¢ llevado de manera excelente con los presidentes Laporta y Rosell, como el mismo asegur¨® por en¨¦sima vez en su ¨²ltima rueda de prensa. Sin embargo, cuatro temporadas han generado suficiente runr¨²n y han dejado un poso notable de maledicencias como para, llegado el momento, argumentar malestares a discreci¨®n.
Y la tercera perversidad se ejecuta cuando se pasa por alto el trecho que va del ¡°lo de Tito no es una decisi¨®n m¨ªa, sino de Zubizarreta; me he enterado hoy mismo de que mi sustituto era Tito¡± del d¨ªa de su adi¨®s, al ¡°fui yo quien avis¨® a Tito de que le propondr¨ªan entrenar al Bar?a tras la derrota con el Chelsea. Zubizarreta me lo advirti¨® en noviembre, cuando me lo propuso ante mi renuncia¡±. Si no hay contradicci¨®n, tampoco hay desmentido en las dos afirmaciones de Guardiola.
El adi¨®s del t¨¦cnico azulgrana ha generado una segunda lectura, no perversa esta sino ingenua. Se dice que sin Guardiola de chico para todo, a Sandro Rosell le tocar¨¢ ejercer de presidente de verdad y que el reto le desnudar¨¢ de una vez para siempre. Califico la lectura de ingenua porque, seg¨²n me parece, Rosell lleva desde 2003 dirigiendo al barcelonismo, ya sea en calidad de candidato, vicepresidente, opositor en la sombra, candidato y presidente; m¨¢s registros parecen dif¨ªciles de perge?ar.
Tambi¨¦n se ha dicho que la decisi¨®n de nombrar a Tito Vilanova sucesor de Guardiola es fruto del p¨¢nico. Lo dijo el expresidente Laporta. Ah¨ª creo que el calificativo m¨¢s adecuado es el de cr¨¦dulo (v¨¦ase Sobre la ilusi¨®n, de Enrique Lynch).
Analizar la ideolog¨ªa de Rosell requerir¨¢ de otro art¨ªculo
Como suced¨ªa con las perversidades, tambi¨¦n son tres las ilusiones barajadas por el sector contrario a Rosell. No sabr¨ªa si adjudicar ingenuidad o credulidad a la tercera, quiz¨¢ artificiosidad, puesto que pretende un punto de sofisticaci¨®n. Consiste en afirmar que el actual presidente del FC Barcelona va a quedar desnudo delante de los socios y aficionados puesto que se trata de un personaje ideol¨®gicamente vac¨ªo.
En primer lugar, cabe aplicar la m¨¢xima f¨ªsica seg¨²n la cual todo vac¨ªo ideol¨®gico tiende a ser ocupado por otra ideolog¨ªa, de manera que no es cierto que el actual gobierno azulgrana carezca de ella. Sucede que no es un pensamiento f¨¢cil de clasificar, pero ello es porque quienes pretenden encasillar a Rosell y sus directivos mantienen la vieja teor¨ªa de las dos almas azulgrana.
Analizar la ideolog¨ªa de Rosell requerir¨¢ de otro art¨ªculo. Baste por ahora apuntar una sola hip¨®tesis: partiendo de la tesis que el posmodernismo no llega a ser una ideolog¨ªa, sino una condici¨®n, Sandro Rosell ser¨ªa el primer presidente posmoderno de la historia del FC Barcelona.
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