El juego del 9
Espa?a pudo ganar con Fernando Torres como haber perdido antes sin ¨¦l y con Cesc
Fue por las bandas donde comenz¨® a filtrarse Italia para oxidar poco a poco el funcionamiento de La Roja en el primer tiempo. Porque es sabido que Espa?a no tiene problemas para dominar facetas del juego que para otros equipos ser¨ªan una pesadilla, como mantener el bal¨®n en su poder o hacerlo circular con velocidad; como tampoco los tiene para lograr, a trav¨¦s de ese dominio del elemento, el dominio de la posici¨®n en el campo. Pero, en cambio, s¨ª los tuvo para lograr que ese juego fluido que arrimaba el bal¨®n a los costados se plasmara por el centro, el lugar en el que se deciden los partidos. Porque la falta de una referencia fija le restaba a Espa?a en el ¨¢rea todo lo que le sumaba fuera de ella y le obligaba a reanudar ataques cuando ya estaban en posici¨®n de definirse.
Esa indefinici¨®n de Espa?a transformaba los repliegues con que formaba Italia la l¨ªnea de cinco hombres en el fondo r¨¢pidamente en una de tres, tras la ubicaci¨®n alta de los laterales cuando recuperaba el bal¨®n. Introduc¨ªan as¨ª la duda en los intentos de presi¨®n de Espa?a. Estrat¨¦gica result¨® para este fin la ubicaci¨®n de De Rossi en el centro de la defensa. Desde all¨ª, con la soltura para el lanzamiento del futbolista del Roma, gestionaba la altura de las salidas. Eran en corto cuando Arbeloa y Alba se ve¨ªan forzados a cuidar su retaguardia, sea por las frecuentes ca¨ªdas de Cassano a los ¨¢ngulos del campo o por las proyecciones de Maggio y Giaccherini. Eran en largo si Espa?a procuraba acercar sus l¨ªneas hasta el mediocampo. Otra grata sorpresa fue observar el atrevimiento para algunas triangulaciones centrales de los italianos, hist¨®ricamente reticentes a arriesgar el bal¨®n en esa zona. Para ello se aprovechaba Prandelli de los espacios que lograba su equipo al ensanchar la cancha con las subidas de los laterales, con el empuje central y los apoyos de Balotelli y con la precisi¨®n en el manejo de todas las dimensiones del campo que posee Pirlo.
Con todo esto, sumado a su cl¨¢sica agresividad para el acoso y la marca, Italia logr¨® en el primer tiempo no solo agrietar por los costados las l¨ªneas rivales sino tambi¨¦n, por rachas, igualarlo en su mejor registro: el juego con pelota. Tal es as¨ª que Espa?a no lograba detectar a Cassano, que estuvo a punto de marcar cortando desde izquierda como receptor de Pirlo a los 33 y, luego, como asistente de Marchisio a los 35, y de Motta, justo antes del descanso. Pero la presencia m¨¢s peligrosa del exjugador del Madrid se vio cuando Piqu¨¦ y Ramos le hicieron perder el equilibrio por cent¨ªmetros en el filo del offside, en una jugada similar a la que aprovechar¨ªa Di Natale a los 20 minutos de la reanulaci¨®n, para quebrar el equilibrio del partido tras una puntual asistencia de Pirlo.
Italia logr¨® en el primer tiempo igualar a su rival en su mejor registro: el juego con pelota.
Una segunda parte en la que Espa?a hab¨ªa salido decidida a acelerar el giro del bal¨®n y hab¨ªa logrado inquietar a la defensa con el toque y a Buffon con un remate de Iniesta y otro de F¨¤bregas. Fue este ¨²ltimo quien convirti¨® despu¨¦s de trazar una milim¨¦trica diagonal para aprovechar un espacio que el mismo desocup¨® todo el partido.
Tras el gol se movi¨® r¨¢pido Navas por Silva, para ganar profundidad por la derecha como lo hiciera en la final del Mundial, y un desborde suyo estuvo a punto de convertirlo en gol Iniesta. A esta altura la apuesta por la paciencia del plan inicial de Espa?a estaba dando resultados. Incluso para un equipo con variados recursos y de la experiencia de Italia se hace demasiado largo un partido en el que el rival tiene esa soltura natural para el manejo de la posesi¨®n. Y fue aqu¨ª donde Del Bosque, a menos de 20 minutos del final, jug¨® la ficha que se hab¨ªa guardado: Torres por Cesc. El nueve verdadero por el nueve falso.
Espa?a gener¨® mas peligro con la presencia de Torres que con la ausencia de Cesc como 9. En realidad sus funciones y sus posiciones fueron tambi¨¦n parte del manejo de los tiempos del partido: uno jug¨® para desgastar y el otro entr¨® para romper, y F¨¤bregas ya hab¨ªa cumplido su cometido antes de salir. Espa?a pudo ganar el partido sobre el final con Torres como pudo perderlo al principio sin ¨¦l. Sin embargo, lo empat¨® un gol de Cesc con un pique exacto a la ausencia de 9. As¨ª es el f¨²tbol. Un gran partido en el que, al final, Del Bosque casi se sale otra vez con la suya.
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