El conejo que enga?¨® al mejor gato del mundo
Maier, el portero alem¨¢n que sufri¨® el penalti de Panenka en 1976, brome¨®: ¡°Dej¨¦ pasar el bal¨®n para salvar su carrera¡±
Lo bueno de ser un magn¨ªfico portero, 96 veces internacional, de jugar 473 partidos en el Bayern de M¨²nich, de haber sido considerado durante muchos a?os el mejor portero del mundo, es que puedes disfrutar del anonimato en una jugada antol¨®gica en la historia del f¨²tbol. Sepp Maier (cuyo nombre de pila es Joseph-Dieter, nacido en Metten, Alemania, en 1948, y apodado El gato) tiene una historia gloriosa (16 t¨ªtulos nacionales, continentales y mundiales) que leer a sus nietos, pero hay un rengl¨®n que le persigue (como a Arconada el gol de Platini en la Eurocopa de 1984 o a Zubizarreta el de Nigeria en el Mundial de 1998) por debajo de sus grandes ¨¦xitos. Como los grandes m¨²sicos, siempre hay una canci¨®n de la que abominan, que retirar¨ªan de su cat¨¢logo. Al gato Maier, le sobra el hecho de haber sido el portero que encaj¨® el famoso gol de Panenka en la Eurocopa de 1976 cuando Alemania perdi¨® la final en la tanda de penaltis. Lo bueno es que se trata de un tipo con un acentuado sentido del humor: ¡°Si me hubiera quedado quieto lo habr¨ªa parado, pero decid¨ª hacerle el favor y dej¨¦ pasar el bal¨®n. Tirando as¨ª el penalti, si no lo mete toda Checoslovaquia le hubiera considerado un est¨²pido y habr¨ªa concluido su carrera deportiva¡±, dijo el portero alem¨¢n en un acto en la Fundaci¨®n Ebert en 2011.
Recordaba entonces Maier que hubo una cierta trampa psicol¨®gica en aquel partido. ¡°Los checoslovacos ya sab¨ªan d¨ªas antes que si la pr¨®rroga conclu¨ªa en empate, habr¨ªa penaltis por primera vez en una final de Eurocopa, y no partido de desempate¡±, seg¨²n dijo que le cont¨® Panenka. ¡°El presidente de la federaci¨®n, Hermann Neuberger, se lo dijo en la concentraci¨®n. ¡®?Ojo, muchachos, que si hay empate, hay penaltis!¡±, advirti¨®. ¡°No se preocupe presidente que no se dar¨¢ el caso, porque los vamos a barrer del campo¡±, dijeron los futbolistas. El vaticinio fue un fracaso y la final concluy¨® con un doble penalti. De un lado el que transform¨® Panenka, para sorpresa de Maier, y de otro, el que antes fall¨® Hoeness, que es el que se recuerda en Alemania. De hecho, cuando Sergio Ramos fall¨® el penalti en la Liga de Campeones con el Real Madrid frente al Bayern se compar¨® en v¨ªdeos con el que err¨® el centrocampista alem¨¢n. ¡°Llegados los penaltis, nos pregunt¨® el entrenador qui¨¦n quer¨ªa tirar y todos miraron para otro lado: ?qu¨¦ bonito es el estadio!, ?mira, un avi¨®n! Cuando faltaba por elegir el quinto lanzador, yo me ofrec¨ª voluntario y Beckenbauer me dijo: ¡®Anda imb¨¦cil, vete a la porter¨ªa y para el que te tiren¡¯. Entonces se oy¨® a Hoeness decir: ¡®Ya lo tiro yo¡¯. En ese momento supe que ¨ªbamos a tener un problema¡±, recordaba Maier, junto a Panenka en el acto de la Fundaci¨®n en 2011.
Panenka ha reconocido en muchas declaraciones que jam¨¢s pudo liberarse de su famoso penalti: ¡°Me persigui¨® toda la vida, como si solo hubiera hecho eso en toda mi carrera¡±. En Alemania, Maier, tan grande, deportivamente, y con ese porte que le hac¨ªa parecer m¨¢s insuperable por sus largos brazos, le traslad¨® el problema a Hoeness. Lo que en el resto del f¨²tbol fue el penalti de Panenka, en Alemania fue el penalti de Hoeness. Lo del delantero checoslovaco fue en Alemania tan solo ¡°la vaselina de Panenka¡±. Sin m¨¢s. Maier sali¨® indemne de aquella enorme sorpresa. ¡°Pero aprend¨ª a no lanzarme muy pronto, aunque en realidad segu¨ª sin parar muchos penaltis¡±. Siempre tuvo Maier fama de bromista. En aquella concentraci¨®n meti¨® un pato en el hotel y al m¨¦dico le solt¨® un conejo. Pero el que le sac¨® Panenka de la chistera fue el que pas¨® a la historia.
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