El sinvivir de Cristiano
Apesadumbrado y desinflado, el delantero estuvo horroroso en el remate, una suerte que domina como nadie, y Portugal tuvo que ser rescatada por los meritorios ante una aguerrida Dinamarca
Varela convirti¨® una pifia de Cristiano Ronaldo en un gol de oro para Portugal. No fue precisamente el mejor partido de la figura del Madrid. La suya fue una tarde calamitosa, quiz¨¢ una de las peores con la selecci¨®n, redimido al final por los meritorios del equipo: el suplente Varela; el ariete H¨¦lder Postiga, seguramente el titular m¨¢s discutido del equipo de Paulo Bento, y el central Pepe, mejor rematando en el ¨¢rea de Dinamarca que defendiendo la suya. La jugada del ¨²ltimo gol de Varela expres¨® el abatimiento de Ronaldo, que no dio pie con bola, superado por el partido y los acontecimientos: Coentr?o entr¨® por la izquierda, le puso la pelota a tiro para al delantero blanco y a cambio le sali¨® una patada al aire, una media vuelta fallida que corrigi¨® de segundas Varela porque tampoco atin¨® a botepronto el extremo del Oporto.
DINAMARCA, 2 - PORTUGAL, 3
Dinamarca: Andersen; Jacobsen, Kjr, Agger, Simon Poulsen; Zimling (Jacob Poulsen, min. 16), Kvist; Rommedahl (Mikkelsen, min.60), Eriksen, Krohn-Dehli (Schone, min.90); y Bendtner.
Portugal: Rui Patr¨ªcio; Joao Pereira, Pepe, Bruno Alves y F¨¢bio Coentrao; Miguel Veloso, R¨¢ul Meireles (Silvestre Varela, min.84) y Joao Moutinho; Nani (Rolando, min.89), H¨¦lder Postiga (N¨¦lson Oliveira, min.63) y Cristiano Ronaldo.
Goles: 0-1. M. Pepe. 0-2: M. 36. Postiga. 1-2. M. 41. Bendtner. 2-2. M. 80. Bendtner. 3-2. M. 87. Varela.
?rbitro: Craig Thompson. Amonest¨® a Ra¨²l Meireles, Jacobsen, J. Poulsen.
Estadio: Arena de Lviv, unos 30.000 espectadores.
Apesadumbrado y desinflado, Cristiano Ronaldo estuvo horroroso en el remate, una suerte que domina como nadie por su excelente pegada. Chut¨® como un futbolista jubilado, siempre a colocar, jam¨¢s a resolver, nada que ver con su categor¨ªa y admirado cat¨¢logo. La famosa pierna de Ronaldo, larga, bella y dura, se afloj¨® de mala manera cuando m¨¢s la necesitaba Portugal. No supo remachar el partido, cuando lo ten¨ªa a su favor, ni tampoco lo supo ganar cuando se le ped¨ªa que ejerciera de figura. No hay noticia de los goles de Ronaldo sino de sus gestos. Un d¨ªa tira el brazalete y al otro escucha el himno con la cabeza gacha y no estirando el cuello y desga?it¨¢ndose como los dem¨¢s: ¡°?A las armas, a las armas¡±. El mayor de los guerreros parece haber perdido su fuerza, v¨ªctima de la melancol¨ªa, en fuera de juego.
Cristiano qued¨® retratado hasta en el primer gol de Dinamarca cuando quiso tapar el centro en posici¨®n de lateral izquierdo. Portugal se hab¨ªa manejado bastante bien hasta entonces, sobre todo por su efectividad y porque los daneses no sal¨ªan del bander¨ªn de c¨®rner y perd¨ªan a un futbolista en cada transici¨®n, rotos Zimling y Rommedahl. Pepe hab¨ªa cabeceado estupendamente un c¨®rner de Moutinho y Postiga puso excelentemente el pie a un buen centro de Postiga: 0-2. Nadie daba un duro por Dinamarca. As¨ª que se trataba sobre todo de poner en acci¨®n a Cristiano Ronaldo. Y no hubo manera: fue espectador privilegiado del 1-2 y se le vino el mundo encima con el 2-2. Los goles los meti¨® Bendtner, un martillo para Portugal, pues le ha marcado seis en cinco partidos.
Portugal, en cambio, se pas¨® el partido entero esperando el gol de Cristiano Ronaldo y al final no le qued¨® m¨¢s remedio que dar las gracias a Pepe, a Postiga y Varela. Los tres le dieron vida al equipo en un momento en que quedaba pr¨¢cticamente fuera del torneo y los tres permitir¨¢n que Ronaldo se pueda tomar la revancha despu¨¦s de los dos mano a mano fallidos ante Anderssen. Excesivo en sus gestos, ademanes y desplantes, el astro acab¨® desquiciado, con una tarjeta amarilla a cuestas, despu¨¦s que la hinchada coreara el nombre de ¡°?Messi, Messi?¡±. La selecci¨®n portuguesa necesita la mejor versi¨®n de su capit¨¢n y Ronaldo necesita reencontrarse con el gol para ganar el Bal¨®n de Oro. La mayor¨ªa de arietes van dejando su recuerdo en el torneo y, de momento, no hay rastro del 7 madridista.
Aunque discontinuo en el juego y falto de un futbolista referente en la medular, no tiene mal equipo Portugal. Le pueden, sin embargo, sus disfunciones. Hoy, por ejemplo, ning¨²n aficionado habr¨ªa asegurado que tiene muy buenos jugadores en las dos ¨¢reas. A Dinamarca le falt¨® al final la suerte que tuvo contra Holanda. Nunca tir¨® la toalla y se enganch¨® al partido sin lamentar su desdicha. Trabaj¨®, se asoci¨® y apel¨® al juego colectivo m¨¢s que a cualquier individualidad, excepci¨®n hecha de Eriksen, y a falta de diez minutos para la conclusi¨®n se situ¨® en una posici¨®n ¨®ptima para rematar su clasificaci¨®n. Apareci¨® entonces Varela y se acab¨® su dicha a pesar de que Schone dispuso de una pelota para el empate a tres en el ¨²ltimo minuto. Una suerte para Portugal y para Cristiano Ronaldo.
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