¡°Los milagros te tienen que encontrar trabajando¡±
Otto Rehhagel rememora la haza?a de Grecia de 2004, el campe¨®n m¨¢s inesperado y r¨¢cano, con solo siete goles
¡°Lo que sucedi¨® en 2004 fue un milagro. Un fen¨®meno inexplicable de esos que ocurren cada mil a?os. Pero para que esa loter¨ªa te toque a ti alguna vez en la vida te tiene que encontrar trabajando duro y creyendo profundamente en ese trabajo¡±. Cuando rememora la Eurocopa de Portugal de hace ocho a?os, Otto Rehhagel mezcla a partes iguales esoterismo y estoicismo. Quiz¨¢ solo as¨ª se pueda explicar uno de los triunfos m¨¢s inopinados de la historia del f¨²tbol.
Grecia lleg¨® al torneo en el 36? puesto del r¨¢nking FIFA. Su triunfo se pagaba 150 a 1 en las casas de apuestas, como el del resto de selecciones que part¨ªan como comparsas. Nadie pod¨ªa imaginar entonces que una selecci¨®n sin tradici¨®n futbol¨ªstica, que tan solo hab¨ªa disputado la primera fase en 1980, iba a entrar en el Olimpo d¨ªas despu¨¦s. Los propios griegos, m¨¢s acostumbrados a desatar sus pasiones por sus h¨¦roes baloncest¨ªsticos, asistieron con incredulidad a la haza?a de un grupo tan abnegado como irreductible.
En 2001, la federaci¨®n helena hab¨ªa dejado a su equipo en manos de Rehhagel, un alem¨¢n curtido en mil batallas, confiando en su pragm¨¢tico librillo. Su esp¨ªritu marcial cal¨® hondo en el grupo. ¡°Cuando llegu¨¦ encontr¨¦ jugadores con grandes cualidades pero que no obedec¨ªan ninguna regla. Les hice comprender que ese no era el camino. Pasaron de hacer lo que quer¨ªan a hacer todo lo que pod¨ªan sobre el c¨¦sped. Me dejaron trabajar con libertad en la federaci¨®n y funcion¨®. Siempre digo que soy un dictador democr¨¢tico que necesita que le crean y aquellos jugadores ten¨ªan tanta pasi¨®n y tanta fe que lograron convencerse de que pod¨ªan ganar aquel campeonato¡±, cuenta el t¨¦cnico, que se convirti¨® con 69 a?os y 10 meses en el preparador m¨¢s veterano en conquistar el torneo (hasta que en la edici¨®n de 2008 le quit¨® el r¨¦cord Luis Aragon¨¦s por un mes) y en el primero en hacerlo con una selecci¨®n que no fuera la de su pa¨ªs natal. Entre sus m¨¦ritos estuvo atajar el intervencionismo de los principales clubes del pa¨ªs, que pretend¨ªan fijar cupos en la convocatoria de la selecci¨®n.
En la fase de clasificaci¨®n, Grecia lider¨® su grupo, releg¨® a Espa?a a la repesca y mostr¨® sin tapujos sus se?as de identidad: defensa f¨¦rrea, voluntarismo, agresividad, contragolpe y punter¨ªa. Cerraron su expediente camino de Portugal con ocho goles a favor, los mismos que Armenia, y cuatro en contra, igual que Espa?a, con la que volvieron a encontrarse en la fase final.
La selecci¨®n griega se convirti¨® en un equipo indescifrable. Pocos repararon en su capacidad para combinar la marca individual y la reducci¨®n de espacios ni tampoco en sus contadas y efectivas llegadas a la porter¨ªa rival. La solvencia de Nikopolidis, el dique de Dellas, el despliegue de Seitaridis, el dominio esc¨¦nico de Zagorakis (elegido mejor jugador del torneo) y la ca?a de Charisteas configuraron un bloque sin fisuras. As¨ª fueron negando el juego de sus rivales y avanzando en el torneo. ¡°En el primer partido, Portugal nos subestim¨®. Eso nos benefici¨® y nos acab¨® de motivar¡±, repasa Rehhagel, que en sus charlas previas al partido destinaba tanto tiempo a ordenar a su tropa como a motivarla con mensajes marciales. ¡°Siempre les dec¨ªa: ¡®Miren a los ojos de sus rivales y se dar¨¢n cuenta de que son exactamente igual que ustedes. Salgan y demuestren valor¡±.
La campanada en el partido inaugural ante el anfitri¨®n (1-2) y el empate ante Espa?a (1-1) reforzaron la apuesta griega. Incluso su derrota frente a Rusia (2-1), la ¨²nica en el torneo, fue considerada como una victoria porque la diferencia de goles les permiti¨® acceder a los cuartos de final, en que tumbaron a Francia (0-1). En semifinales, prolongaron la agon¨ªa ante la Rep¨²blica Checa, pero el primer gol de plata de la historia les dio el pase a la final. Fue una Eurocopa capic¨²a y el Portugal-Grecia de apertura se repiti¨® en la clausura del torneo. Todo estaba preparado en Da Luz para que la noche tuviera un final de pel¨ªcula con el m¨ªtico Eusebio entregando la copa a Figo. Pero Grecia reedit¨® el maracanazo. Las filigranas de un imberbe Cristiano sucumbieron en la telara?a griega y Charisteas culmin¨® la epopeya. Grecia se convert¨ªa en el campe¨®n m¨¢s r¨¢cano de la historia. Siete goles, 49 remates totales y menos de un 40% de posesi¨®n media le bastaron para entrar en la enciclopedia. Nadie logr¨® m¨¢s con menos. ¡°La ¨²nica verdad est¨¢ en el campo y el que gana siempre tiene raz¨®n. Aquello fue grandioso¡±, se defiende Rehhagel.
Aquellos jugadores ten¨ªan tanta pasi¨®n y fe que se convencieron de que pod¨ªa ganar Otto Rehhagel
Extasiados por la haza?a, sus disc¨ªpulos no consiguieron clasificarse para el Mundial de Alemania 2006, se marcharon de la Eurocopa de Austria y Suiza 2008 como el peor equipo del torneo (sin puntos y con un solo gol a favor) y repitieron patinazo en Sud¨¢frica. Pero en la presente edici¨®n el equipo de Fernando Santos ha resucitado su esp¨ªritu competitivo. Chalkias, Katsouranis y Karagouinis conocen el camino. Espera Alemania. ¡°Tengo dos corazones en el pecho. Estuve mucho tiempo en Grecia, aunque por supuesto soy alem¨¢n de arriba a abajo. Espero que mis griegos jueguen bien. Esta selecci¨®n se parece a la m¨ªa de 2004. Pero no estar¨ªa decepcionado si gana Alemania¡±, cierra Rehhagel parafraseando a Goethe.
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