El capit¨¢n t¨ªmido
A Lloris quiz¨¢ le falte car¨¢cter, pero es un portero espl¨¦ndido
El car¨¢cter asambleario de la Rep¨²blica Francesa se contagia a todas las asociaciones, formales e informales. Tambi¨¦n impregna a la selecci¨®n, en la que el capit¨¢n de los jugadores ha tenido hist¨®ricamente m¨¢s peso que el propio t¨¦cnico nacional. Con Laurent Blanc se ha interrumpido la tradici¨®n. Ejerce desde 2010 un papel equiparable a la presidencia. Ayer convoc¨® a la prensa antes del partido contra Espa?a, el m¨¢s importante que ha dirigido en su vida. Acudi¨® acompa?ado de su capit¨¢n, Hugo Lloris, rebajado a la condici¨®n de t¨ªmido primer ministro. El portero es un funcionario escrupuloso que vive a la sombra de Blanc. Por cierto, cuando ejerc¨ªa la capitan¨ªa Blanc mandaba tanto y empeque?ec¨ªa de tal modo a sus entrenadores que todos le conoc¨ªan como Le Pr¨¦sident.
Alguien malicioso pregunt¨® a Lloris si hab¨ªa tomado medidas punitivas contra los compa?eros que se hab¨ªan sublevado tras la derrota contra Suecia. Se rumorea que Ben Arfa se encar¨® con Blanc y que Nasri mantuvo un duelo dial¨¦ctico con M¡¯Vila en una noche de elevada temperatura parlamentaria. Blanc se ajust¨® las gafas al escuchar la pregunta y ejercit¨® su pose m¨¢s presidencialista. Gir¨¢ndose hacia el portero, le dijo con retranca: ¡°Es para ti, ?ufff!¡±.
Lloris, p¨¢lido a pesar del sol implacable de Ucrania, movi¨® sus fin¨ªsimos labios para dejar o¨ªr su voz aflautada: ¡°En nuestro vestuario hay diferentes personalidades, diferentes caracteres. Despu¨¦s de una derrota hay mucha decepci¨®n. En esa situaci¨®n es normal que se produzcan reacciones como las que ha habido. Ahora nuestro objetivo es ir lo m¨¢s lejos posible. Es importante superar ese mal rato. Nos hemos calmado y estamos todos disponibles para jugar el partido contra Espa?a, que es lo m¨¢s importante¡±.
Todos tomamos la palabra¡± Lloris sobre el meta de la terapia de grupo tras caer ante Suecia
El ¨²ltimo eslab¨®n en la capitan¨ªa que enlaza con Platini, Papin, Deschamps, Blanc, Desailly, Vieira y Zidane es un hombre con cara de susto. Sus ojillos negros brillan atentos, como dos ascuas, en la cara huesuda. Se hace dif¨ªcil imaginarle tomando la palabra en pleno vendaval asambleario, que es lo que ha venido sucediendo en la concentraci¨®n de Donetsk desde el mi¨¦rcoles pasado. ¡°Todo el mundo ha tomado la palabra¡±, dijo Loris; ¡°hemos tenido dificultades y todo el mundo ha tenido la necesidad de explicarse. Ha sido constructivo para focalizar la energ¨ªa sobre el partido contra Espa?a¡±.
La introversi¨®n que caracteriza al portero del Ly¨®n fuera del campo contrasta con sus dotes extraordinarias bajo el marco. Si con Lloris su selecci¨®n ha perdido un capit¨¢n autoritario, nadie en el equipo pone en duda que ha ganado un guardameta espl¨¦ndido. El mejor que se pone la camiseta azul en los ¨²ltimos 30 a?os. La figura imprescindible para evitar una humillaci¨®n mayor frente a Suecia. El partido acab¨® 0-2, pero Lloris hizo cinco paradas. Todas, respuestas a tiros lanzados desde dentro del ¨¢rea. Como si no hubiera defensa.
Ha sido algo constructivo para focalizar la energ¨ªa en el duelo con Espa?a¡±
Lloris se comporta como un portero experto a pesar de sus 25 a?os. Seguro con los pies, r¨¢pido de reflejos, atento a cada detalle del partido, maestro de la anticipaci¨®n por arriba y por abajo, el joven de Niza tiene todo el respeto de sus compa?eros. Aunque no ha conquistado la Liga, ha ganado tres veces el primer premio de la Asociaci¨®n de Futbolistas Profesionales de Francia.
Blanc tard¨® un a?o y medio en decidir sus capitanes. Para justificar sus dudas aleg¨® la juventud y la falta de carisma de los aspirantes. Cuando parec¨ªa que se decantar¨ªa por Abidal, sobrevino lo impensable. A Abidal le diagnosticaron un tumor. Entonces, el seleccionador endos¨® el brazalete a Lloris porque, con car¨¢cter para el mando o sin ¨¦l, ha sido, al fin y al cabo, uno de los pocos futbolistas del equipo que ha postergado sus intereses particulares para defender el bien del grupo.
La ausencia de un l¨ªder natural gener¨® confusi¨®n cuando las cosas se torcieron frente a Suecia. Al portero, por m¨¢s capit¨¢n que sea, le falt¨® madurez para saber mandar y Blanc, el verdadero pr¨¦sident, ya solo es un entrenador.
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