Un domingo cualquiera

En Argentina nos desayunamos lo extraordinario con dos cucharaditas de az¨²car. Eventos que en otras latitudes ser¨ªan considerados rarezas se suceden con fluidez interminable. Aqu¨ª, las noticias extravagantes de la ma?ana son tapadas por otras antes del almuerzo y lo mismo nos da que pase el cometa Halley 30 a?os antes de lo previsto o que un vicepresidente con 49 causas en la justicia federal nos aleccione desde un p¨²lpito sobre la moral de los pueblos en el D¨ªa de la Bandera. No es noticia. O s¨ª, lo es, pero solo hasta que cinco minutos despu¨¦s sucede la siguiente excepcionalidad.

No hablo de rarezas como haber visto todo el a?o a River Plate (ascendido) y Rosario Central en la Segunda Divisi¨®n y a Hurac¨¢n a punto de bajar otra categor¨ªa, ni de observar c¨®mo otro club grande como San Lorenzo se tambalea al borde del abismo del descenso. Tampoco me refiero a las campa?as de Arsenal y Tigre, dos equipos humildes que nunca ganaron un t¨ªtulo y que son los que m¨¢s posibilidades tienen de alzarlo hoy, antes de comenzar la ¨²ltima fecha. Despu¨¦s de todo, los argentinos ya vimos coronarse a 16 clubes diferentes a lo largo de la historia.

Me refiero a situaciones que hacen al realismo m¨¢gico de nuestra cotidianeidad, como que, hasta hace solo tres d¨ªas, Tigre pod¨ªa ser campe¨®n y no ser campe¨®n al mismo tiempo. Me explico: Tigre, tras una gran campa?a, tiene las mismas posibilidades que Arsenal de consagrarse hoy. Ambos equipos est¨¢n dos puntos por encima de Boca, pero Tigre se encuentra tambi¨¦n seriamente comprometido en el promedio del descenso. Por eso Tigre puede coronarse y, a la vez, descender; y ninguna parte del reglamento especifica qu¨¦ sucede en estos casos.

De acuerdo a los resultados de hoy, puede suceder que Tigre deba jugar un desempate por el t¨ªtulo contra Arsenal y tambi¨¦n un desempate por el descenso

Consultados por la situaci¨®n, tanto Meiszner (exsecretario de la AFA) como Steimber (encargado de prensa de la AFA) como Bialo (vocero de la AFA) opinaron desde una l¨®gica de la que el propio sistema carece: dijeron que un equipo que pierde la categor¨ªa (o sea, que ya esta en la B) no podr¨ªa ganar el t¨ªtulo y, dado el caso, deber¨ªa ser campe¨®n el segundo en la tabla. Por supuesto que, coherente en su inconsistencia, la decisi¨®n final del comit¨¦ fue la contraria a la de su vocero (al menos, hasta ahora mismo). Pero, claro, no todo es tan sencillo. De acuerdo a los resultados de hoy, puede suceder que Tigre deba jugar un desempate por el t¨ªtulo contra Arsenal (o incluso un triple desempate si ambos empatan y Boca gana) y tambi¨¦n un desempate por el descenso (si Rafaela y San Mart¨ªn de San Juan ganan sus respectivos partidos). La AFA decidi¨® finalmente que, en este caso, Tigre juegue primero el desempate por el t¨ªtulo y luego el del descenso, salvo que a la definici¨®n ingrese tambi¨¦n Boca, que debe disputar la final de la Copa Libertadores. En ese caso, Tigre jugar¨ªa primero el desempate por la promoci¨®n y luego el desempate por el campeonato. O sea, podr¨ªa estar en la B antes de ser campe¨®n de la A. Por si esto fuera poco, puede darse a¨²n otro caso: que Tigre deba jugar un desempate con Uni¨®n (si estos pierden con Estudiantes) para dilucidar qui¨¦n juega la promoci¨®n del descenso. Algo as¨ª como un desempate para poder acceder a otro desempate para no descender mientras espera o antes de (lo siento, aqu¨ª ya me perd¨ª) disputar un desempate para ser campe¨®n.

No se preocupe si no lo entiende. Nosotros, tampoco. No pasa nada. Ya veremos despu¨¦s. Lo arreglamos sobre la marcha. Eso de las reglas claras nos resulta un concepto sospechoso, unas cadenas que estrangulan nuestra maravillosa creatividad. Patrocinamos la improvisaci¨®n, total luego el estupor sobre sus consecuencias nos dura dos suspiros. Es as¨ª. No tenemos remedio. Nos hemos adaptado con naturalidad a lo inaudito y vivimos asilvestrados en la arbitrariedad.