M¨¢s que un partido
La Espa?a de las grandes cumbres tiene hoy algo m¨¢s que un partido (20.45, Telecinco), un doble reto ante la exuberante Portugal de Cristiano, que tras un arranque algo narcisista ha explotado como el grandioso futbolista que es, como un tit¨¢n al frente de un buen equipo. CR representa como nadie justo lo que etiqueta al Real Madrid y le falta a la selecci¨®n de Vicente del Bosque: el mazo. Espa?a, con el molde del Bar?a, se sustenta de la pelota pero no tiene a Messi y tampoco a Villa, su punto final. Sin contundencia ofensiva, salvo ante Irlanda, el peor telonero del campeonato, Espa?a se ha buscado las habichuelas de forma m¨¢s administrativa de lo habitual, con un grupo que sabe bien c¨®mo gestionar los intr¨ªngulis del juego.
Como el Madrid de Jos¨¦ Mourinho, Portugal es una selecci¨®n de arrebatos, que se fortalece en las dos ¨¢reas y transita muy r¨¢pido, sin entretiempos. Por esa v¨ªa, Mourinho ha acabado esta temporada con el reinado azulgrana y ahora su otro equipo busca que Espa?a, que ya ha despertado recelos en algunos sectores, claudique con su f¨®rmula. La comparaci¨®n ser¨¢ inevitable y el f¨²tbol no siempre es refractario. M¨¢s all¨¢ de una supuesta derrota, lo peor que le podr¨ªa ocurrir al f¨²tbol espa?ol ser¨ªa replantearse su doctrina, la que la ha canonizado y la que se tributa en sus escuelas.
Con el transcurrir del torneo, Portugal ha desmentido ser Cristiano y nada m¨¢s. Alrededor de su icono, Paulo Bento ha tejido un grupo cohesionado, ya sea porque ha repetido la misma alineaci¨®n titular en los ¨²ltimos seis partidos oficiales, los dos de la repesca ante Bosnia y los cuatro de esta Eurocopa, o porque diez de esos titulares tienen un v¨ªnculo com¨²n, el mismo padrino: el superagente Jorge Mendes. Con la lesi¨®n de H¨¦lder Postiga, esta vez tendr¨¢ que variar el cuadro titular, al que se incorporar¨¢ Hugo Almeida como ariete. Sostenida en defensa por un buen portero como Rui Patricio, un central en alza como Bruno Alves y un Pepe fant¨¢stico en todos los sentidos, Portugal cuenta con dos laterales muy ofensivos, el nuevo valencianista, Jo?o Pereira, y el madridista Coentr?o, mucho m¨¢s suelto con su selecci¨®n que con su club. Veloso, Moutinho y Meireles son tres medios que no vacilan con el bal¨®n ni sin ¨¦l. A la otra orilla de CR, Nani es un tiro.
Espa?a, por supuesto, tambi¨¦n llega a la semifinal cargada de argumentos, con un ideario sazonado y un bloque muy enraizado. Tiene el respeto de todos sus adversarios y hasta la fecha ha afrontado todas las citas con una extraordinaria naturalidad. Como en partidos precedentes, todo apunta a que el ¨²nico cesto que puede mover Del Bosque sea el de la delantera, su quebradero de cabeza, m¨¢xime tras el mal rato de Fernando Torres ante Francia, muy inferior, por ejemplo, al rendimiento de Pedro casi en los mismos minutos. El azulgrana ya fue la gran sorpresa de Del Bosque en su semifinal anterior, la de Ciudad el Cabo ante Alemania. No ser¨ªa descartable que el canario auxilie a Arbeloa frente a Cristiano y Coentr?o. El seleccionador, tan atinado con los cambios, tambi¨¦n tendr¨¢ presente lo sucedido ante los lusos en los octavos de final de Sud¨¢frica, cuando la entrada de Llorente hizo vulnerable el ecosistema portugu¨¦s. Pero aquel d¨ªa, quien hizo pareja como central con Bruno Alves fue Carvalho. Pepe jug¨® en el medio.
Aunque ning¨²n t¨ªtulo le distingue, Portugal hace tiempo que bordea el ¨¦xito total. En deuda con su hinchada desde el batacazo ante Grecia en la final de Lisboa de 2004, ha llegado al menos a semifinales en tres de las ¨²ltimas cuatro Eurocopas. Ahora est¨¢ a dos pasos del bingo final, como Espa?a de ser el primer equipo de la historia en hacer triplete. Y lo que puede ser m¨¢s relevante, el doble desaf¨ªo al que se enfrentan los espa?oles, que tienen por delante mucho m¨¢s que un partido. Los marcadores, por adversos que puedan ser de forma puntual, se pueden corregir. El estilo lleva a?os. Un siglo le ha costado a Espa?a y la onda portuguesa, la de su selecci¨®n y principales predicadores, puede ser expansiva. Y no es que sea una influencia negativa, ni much¨ªsimo menos. El f¨²tbol no tiene un solo curso, pero a Espa?a, aunque hoy pierda, le va otro traje. Demostrado est¨¢.
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