¡°Fui a tirar el penalti decisivo con el ch¨¢ndal¡±
Sarabia rememora su lanzamiento desde los 11 metros en la semifinal ganada a Dinamarca en 1984
Aunque la sangre le bull¨ªa por dentro, Manuel Sarabia fue siempre reconocido como uno de esos futbolistas t¨¦cnicos, capaces de transformar la frialdad en una virtud. Ante la espantada de algunos especialistas que miraron hacia otro lado, ¨¦l mismo, tras hablar con el seleccionador, Miguel Mu?oz, eligi¨® ser el ¨²ltimo lanzador de la tanda de penaltis que deb¨ªa decidir si Dinamarca o Espa?a se met¨ªan en la final de la Eurocopa de 1984. Mientras el fino delantero del Athletic caminaba hacia el ¨¢rea hecho un flan por la responsabilidad con la que hab¨ªa cargado, Mu?oz coment¨® en alto a los jugadores que se quedaron en el centro del campo: ¡°Menos mal que para este ¨²ltimo penalti va un jugador tranquilo y con buena t¨¦cnica¡±.
La realidad era otra muy distinta de la que supon¨ªa el socarr¨®n Mu?oz. ¡°Era una noche fresca. Estaba tan nervioso que fui caminando hacia el punto de penalti con la parte superior del ch¨¢ndal puesto. Fue el juez de l¨ªnea el que me avis¨® para que me la quitara. Con los nervios, ni me hab¨ªa dado cuenta de que la llevaba puesta¡±, relata Sarabia, al que tranquiliz¨® Arconada, pese a los intentos de Qvist, el portero dan¨¦s, de ponerle nervioso acerc¨¢ndosele y dirigi¨¦ndole un discurso incomprensible: ¡°Luis me dijo que lo iba a meter seguro y fue el que me calm¨®. Le dije a Qvist que s¨ª, que me iba a coger el bal¨®n, pero de dentro de la porter¨ªa¡±.
EL PASO A LA FINAL
Tras ganar a Alemania en el ¨²ltimo partido de la primera fase, Espa?a pas¨® a las semifinales.
ESPA?A, 1 - DINAMARCA, 1
Espa?a: Arconada; Se?or, Salva (Urquiaga, m. 102), Maceda, Camacho; V¨ªctor, Gallego, Julio Alberto (Sarabia, m. 60), Gordillo; Carrasco y Santillana.
Dinamarca: Qvist; Sivebaek, Morten Olsen (Brylle-Larsen, m. 113), Busk, Nielsen; Arnesen (Jesper Olsen, m. 68), Lerby, Bertelsen, Bergreen; Laudrup y Elkjaer Larsen.
Goles: 0-1. M. 7. Lerby. 1-1. M. 67. Maceda.
?rbitro: George Courtney (Inglaterra).
Unos 30.000 espectadores en el estadio Gerland, de Ly¨®n. Espa?a pas¨® a la final por penaltis. Marcaron Urquiaga, Santillana, V¨ªctor, Se?or y Sarabia. Brylle-Larsen, Lerby, Jesper Olsen y Laudrup lo hicieron por los daneses y Elkjaer Larsen fall¨®.
Aquel penalti, que meti¨® inesperadamente a Espa?a en una final de la Eurocopa 20 a?os despu¨¦s del t¨ªtulo conquistado en 1964, fue la culminaci¨®n de dos partidos en los que emergi¨® una figura imprescindible para recolocar al f¨²tbol espa?ol en la ¨¦lite. ¡°Sin las paradas de Arconada ante Alemania y Dinamarca nunca habr¨ªamos llegado hasta la final. Se fue muy injusto con ¨¦l¡±, opina Juan Se?or.
Tras empatar (1-1) ante Ruman¨ªa y Portugal en los dos primeros partidos de la primera fase, Espa?a se jug¨® el pase a las semifinales en el tercer partido ante Alemania. El coco. El rival que m¨¢s complejo de inferioridad hac¨ªa sentir al f¨²tbol espa?ol. La ma?ana previa a la trascendental cita con los alemanes, los espa?oles fueron vistos paseando de compras por Par¨ªs. Parte de la prensa interpret¨® la escapada como un signo de desconfianza en la clasificaci¨®n de una selecci¨®n perdedora y a¨²n estigmatizada, pese a la renovaci¨®n emprendida por Mu?oz, por el fiasco en el Mundial de 1982. ¡°Si hubi¨¦ramos perdido contra Alemania, se habr¨ªa dicho que fue porque nos fuimos de paseo¡±, dice Antonio Maceda, autor del hist¨®rico gol que posibilit¨® el pase a las semifinales. Antes de su cabezazo, Maceda no olvida que Arconada sufri¨® un acoso estresante por parte de los delanteros germanos: ¡°Nos crearon peligro en los saques de esquina, con tiros desde cerca, desde lejos, remataron dos veces al palo... Luis lo detuvo todo¡±. ¡°Hubo una parada a Rummenigge, a menos de un metro, y dos a Allofs que definen a Arconada: potencia de piernas y reflejos. Un gato¡±, rememora Se?or. ¡°La primera parada a Allofs fue un poco palomita, la segunda de reflejos y en la de Rummenigge ver al jugador y reaccionar¡±, recordaba Arconada en Informe Robinson.
No me acordaba de la parada a bocajarro en el ¨²ltimo minuto de la pr¨®rroga¡±, dice Arconada
¡°Jugamos con el resultado. El empate nos val¨ªa si Portugal no ganaba a Ruman¨ªa, pero marcaron faltando nueve minutos¡±, prosigue Maceda. El banquillo espa?ol no se hab¨ªa enterado y las instrucciones que a¨²n transmit¨ªa eran las de conservar el empate a cero. Fueron algunos enviados especiales de las radios los que alertaron de la necesidad de marcar. ¡°Faltaba un minuto y medio y Francisco sac¨® una falta r¨¢pidamente hacia la derecha para Se?or, que centr¨® muy bien y ah¨ª empezaron mis problemas porque tuve mucho tiempo para pensar y eso, a veces, no es bueno porque te puede hacer dudar. Pens¨¦ en que, al menos, el remate cogiera porter¨ªa y fuera lo m¨¢s lejos posible de Schumacher. Por c¨®mo remat¨®, picado y cruzado, a Xabi Alonso en su gol a Francia le debi¨® de pasar algo parecido¡±, conviene Maceda.
Derribado el mito alem¨¢n, primera vez que Espa?a ganaba a los teutones en una fase final, la semifinal contra Dinamarca fue otra odisea. ¡°No ten¨ªa tanto nombre, pero aquella Dinamarca fue la mejor de su historia. Morten Olsen era un l¨ªbero elegant¨ªsimo, Laudrup explot¨® en ese torneo, Lerby era un centrocampista con tanta fuerza como t¨¦cnica y a Elkjaer Larsen era al que m¨¢s tem¨ªamos. Era el delantero de moda en Europa por su potencia, su rapidez y su capacidad rematadora¡±, puntualiza Sarabia.
Se fue injusto con Luis [Arconada], sin ¨¦l no hubi¨¦ramos llegado a la final¡±, opina Se?or
¡°Fue un partido m¨¢s bonito y abierto que el de Alemania. Se adelantaron ellos y yo empat¨¦ al recoger un rechace tras una gran jugada de Sarabia. ¡°Le hice una bicicleta a Morten Olsen y, al salir del regate, chut¨¦ al poste. El rechace lo cogi¨® Gordillo, que centr¨® atr¨¢s y Maceda lo empal¨® muy bien¡±, prosigue Sarabia, al que Mu?oz utiliz¨® como reactivo en aquella Eurocopa: ¡°El m¨ªster me dec¨ªa que si estaba en la selecci¨®n era por lo que hac¨ªa en mi equipo. La bicicleta se la copi¨¦ a Leivinha, al que se la vi hacer ante Benito en un trofeo Carranza¡±.
Con empate a uno se lleg¨® a la pr¨®rroga y emergi¨® de nuevo la figura de Arconada. Primero, jug¨¢ndose la cabeza ante Larsen en una salida a ras de suelo y despu¨¦s sacando un remate a bocajarro tras un rechace en un lanzamiento de falta en el ¨²ltimo minuto. ¡°No me acordaba de esa ¨²ltima parada. Nunca hab¨ªa vuelto a ver esas im¨¢genes¡±, confes¨® el guardameta vasco a Michael Robinson. No blocar aquel raso y centrado lanzamiento de falta de Platini, que se le escap¨® por debajo del cuerpo y abri¨® el camino de la victoria francesa en la final, le marc¨® para siempre.
¡°Yo compart¨ªa habitaci¨®n con ¨¦l y no me habl¨® del gol hasta un par de partidos despu¨¦s, cuando volvimos del veraneo¡±, matiza Maceda. ¡°Arconada era un l¨ªder y no hac¨ªa falta que dijera nada. Con la mirada ya te dec¨ªa que ¨¦l era consciente de que hab¨ªa fallado, pero fue un accidente. No se lo merec¨ªa. Sin ¨¦l, no habr¨ªamos recuperado la ilusi¨®n por la selecci¨®n porque nos habr¨ªamos vuelto a casa tras la primera fase¡±, insiste Se?or.
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