Un Wimbledon de dos velocidades
Mientras un techo que cost¨® unos 110 millones de euros protege de la lluvia a los mejores en la central, el resto de tenistas se enfrenta a varios d¨ªas de juego seguidos por las suspensiones
Sale la italiana Sara Errani, finalista de Roland Garros, con la mente, las piernas y los brazos puestos en un ¨²nico punto, solitaria pelota de partido. La v¨ªspera, entre las chispas de lluvia y la falta de luz, su duelo contra la estadounidense Vandeweghe fue suspendido con 6-1, 5-3 y ventaja. Es una noche entera pensando qu¨¦ hacer, lo mismo que le pasa antes de firmar su victoria al canadiense Raonic (triple 6-4 al colombiano Giraldo), obligados ahora los dos a jugar tres d¨ªas seguidos. Eso dif¨ªcilmente podr¨ªa pasarle al suizo Roger Federer, que arroll¨® hoy al italiano Fognini (6-1, 6-3 y 6-2); al serbio Novak Djokovic, que espera al estadounidense Harrison; o a Rafael Nadal, que salvo las raras ocasiones en las que compiten en la pista uno son siempre programados en la central, la ¨²nica cancha de Wimbledon que dispone de techo contra la lluvia. La estructura, que cost¨® m¨¢s de 110 millones de euros, asegura que los mejores jueguen y descansen, mientras el resto de tenistas se enfrentan a las inclemencias del tiempo.
¡°Los beneficiados y los perjudicados son siempre los mismos, pero no solo pasa en el tenis, sino tambi¨¦n en la vida¡±, razona Verdasco
¡°Est¨¢ claro que los que est¨¢n arriba tienen privilegios¡±, resume Nicol¨¢s Almagro, que ayer derrot¨® a Rochus y hoy, sin descanso, juega con Rufin, porque su partido anterior fue suspendido por la falta de luz. ¡°Ellos se lo han ganado. En la central juegan los elegidos, no todos podemos estar en las centrales¡±.
Ning¨²n otro torneo establece una diferencia tan clara entre los tenistas. En el Abierto de Estados Unidos y Roland Garros, todos se ahogan por igual, porque ninguna pista tiene techo. En el Abierto de Australia, hay dos canchas con posibilidad de ser cubiertas, por lo que se protege al doble de tenistas. En el Abierto de Madrid, finalmente, hay tres pistas con esas circunstancias, lo que asegura un normal funcionamiento del torneo en caso de aguacero.
¡°Est¨¢ claro que eso les da ventaja a los que juegan en la central¡±, razona Fernando Verdasco. ¡°Aqu¨ª, los beneficiados y los perjudicados son siempre los mismos, pero no solo pasa en el tenis, sino tambi¨¦n en la vida¡±.
¡°El techo ayuda¡±, contin¨²a Anabel Medina; ¡°pero ayuda a los que lo tienen¡±. ¡°Si el d¨ªa que llueve no se sacan todos los partidos adelante, no es justo, y m¨¢s entre los hombres, que compiten a cinco sets y se pueden encontrar con un partido al d¨ªa siguiente despu¨¦s de esa paliza¡±.
Es Wimbledon, dos torneos: el de los tenistas que miran al cielo, esos que llegan al club presionados por la posibilidad de que no les de tiempo de terminar el encuentro; y el de aquellos jugadores que solo se concentran en lo suyo, raqueta, pelota y piernas, porque si llueve el agua repiquetear¨¢ sobre sus cabezas, frenada por un techo.
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