Una exhibici¨®n para la eternidad
Espa?a golea a Italia (4-0) y sella por primera vez en la historia una triple corona tras una final que fue un monumento de la selecci¨®n de Del Bosque al buen f¨²tbol
La selecci¨®n que inici¨® su quijotesca aventura en Viena hace cuatro a?os y luego lleg¨® a la Luna en Johanesburgo descorch¨® en Kiev la triple corona, lo que parec¨ªa un viaje a Marte. Toda una haza?a para esta Espa?a que decidi¨® sublevarse contra la nomenclatura del f¨²tbol, que nunca imagin¨® semejante heterodoxia. Cuando la imaginaci¨®n confabulaba contra los resultados, dec¨ªan en algunas escuelas, la selecci¨®n apost¨® por un rasgo diferenciador que la ha llevado a la cima en los podios y al coraz¨®n universal de las hinchadas. Esta selecci¨®n civil, sin la caspa patri¨®tica de anta?o, ya no despierta escepticismo sino admiraci¨®n. Tambi¨¦n se la gan¨® en su tercera Eurocopa, conquistada ante Italia en un partido que subray¨® que este equipo juega y compite, con delanteros o sin ellos, pero siempre se las ingenian, porque tiene a un pu?ado de jugadores que son relojes con botas, unos caras p¨¢lidas que bajo esa apariencia fr¨¢gil compiten como fieras. Lo mismo que los que tienen m¨¢s p¨¦rtiga, de Casillas a Busquets, pasando por Alonso, Ramos o Piqu¨¦. A falta de arietes, dos gnomos,Silva y Jordi Alba, el primero, para alimentar a¨²n m¨¢s el misterio, encima de cabeza, iniciaron la reconquista y despacharon a un rival que resisti¨® cuanto pudo con nobleza y honor, aceptando el tremendo castigo en un ejercicio de hidalgu¨ªa.
ESPA?A, 4 ¨C ITALIA, 0
Espa?a: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqu¨¦, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva (Pedro, m. 59), Xavi, Iniesta (Mata, m. 86); y Cesc (Torres, m. 75).
Italia: Buffon; Abate, Barzagli, Bonucci, Chiellini (Balzaretti, m. 21); Marchisio, Pirlo, Montolivo (Motta, m. 56), De Rossi; Cassano (Di Natale, m. 46) y Balotelli.
Goles: 1-0. M. 15. Cesc centra al punto de penalti, donde cabecea Silva. 2-0. M. 41. Jordi Alba define un contragolpe. 3-0. M. 84. Torres, de contragolpe. 4-0. M. 88. Mata, tras un pase interior.
?rbitro: Pedro Proen?a (POR). Mostr¨® la cartulina amarilla a Piqu¨¦, Barzagli.
Estadio Ol¨ªmpico de Kiev.
Tan imprevisible es esta Espa?a que por no tener no tiene ni vedetismos. Nada de pavos reales y narcisos, la gloria se la han repartido por igual en los tres campeonatos que la han entronizado. Desde su primer paso hacia la gloria, uno ha sido once y once han sido uno, alejados del mundo espumoso de las celebridades porque el f¨²tbol es su objeto de pasi¨®n y lo comparten. Otros lo consumen, ellos lo disfrutan como enanos. Quiz¨¢ porque se saltan todos los manuales, como por ejemplo meter m¨¢s goles que en el Mundial de Sud¨¢frica y los mismos que en Austria mientras el personal se entretiene con el debate del nueve. Sin ¨¦l tambi¨¦n afront¨® la final y le bast¨® un tiempo con momentos sublimes de f¨²tbol, esa oda a la pelota con la que tanto disfrutan, para abatir a Italia. Y para los incr¨¦dulos: el equipo del tiquitaca defiende tan bien en rondo que ha recibido un gol en todo su periplo por Polonia y Ucrania.
Espa?a arranc¨® con m¨¢s ritmo del que sol¨ªa en este campeonato. Alonso, fant¨¢stico de principio a fin, con el bal¨®n y sin ¨¦l, tir¨® de cat¨¢logo en defensa y ataque, Xavi volvi¨® a ser el sat¨¦lite que acostumbra, Iniesta se alist¨® al Bolshoi y Cesc puso a todos en ¨®rbita con sus movimientos entre la zaga azzurra. Antes del cuarto de hora, Iniesta filtr¨® un pase al interior del ¨¢rea para Cesc, que lleg¨® como una lagartija, amag¨®, sac¨® de rueda a Chiellini y a su centro desde la l¨ªnea de fondo lleg¨® Silva, dos palmos de falso cabeceador, que con la coronilla bati¨® a Buffon. Uno de los muchos arcanos de este equipo.
El gol tuvo mal efecto para el grupo de Del Bosque. Italia, valiente como en todo el torneo, no especul¨®, lo que en otras ¨¦pocas hubiera sido lo suyo, por m¨¢s que fuera por detr¨¢s en el marcador, dio un paso al frente y Espa?a perdi¨® la posesi¨®n. Sin un delantero que ponga en fila al equipo, le cuesta jugar a campo abierto, porque sus ataques son de acorde¨®n, al pie, hilo a hilo. Casillas intervino en varios saques de esquina y en dos remates de Cassano y Sergio Ramos se creci¨® asalto a asalto con Balotelli, un tipo forrado de m¨²sculos. Espa?a recuper¨® el mando. Dentro del gran nivel de todos, la vuelta del mejor Xavi result¨® capital. Con la selecci¨®n a sus pies todo gravita mejor, m¨¢xime si da puntadas con gente como Alonso e Iniesta, que gobernaron el partido con excelencia.
La resistencia italiana se desvaneci¨® cuando al filo del descanso Xavi se lanz¨® solo a una contra. Le auxili¨® Jordi Alba, que esprint¨® desde su campo como un jamaicano y se infiltr¨® entre la tropa adversaria. Xavi le cit¨® con Buffon, mano a mano. Alba cerr¨® la jugada como si llevara una d¨¦cada en la pasarela internacional. El delirio espa?ol, un azote definitivo para Italia, que se vio por detr¨¢s en el marcador y en el juego sin que su portero y capit¨¢n hubiera hecho una parada. Enigmas de esta Espa?a. Una cruz para esta Italia de nuevo formato, encomiable todo el torneo, pero que se encontr¨® con un rival desatado, que vive en su nirvana particular. Sin los tres centrales, esta vez, como ocurri¨® en el primer partido de este campeonato, no hubo enredo para los espa?oles.
Esta selecci¨®n civil, sin la caspa patri¨®tica de anta?o, ya no despierta escepticismo sino admiraci¨®n
En el segundo acto se activ¨® la marabunta y todo fue una fiesta espa?ola. Todo le sali¨® a pedir de boca. La pelota era suya, se multiplicaban los espacios, las llegadas. Con Piqu¨¦, Ramos, Arbeloa, Busquets y Casillas de sost¨¦n, Espa?a se sinti¨® en el pasillo de casa. Lleg¨® el momento de Del Bosque, ese entrenador que interviene como entrenador y siempre de puntillas a ojos ajenos. S¨ª, ese t¨¦cnico que primero sue?a los cambios y luego los aplica con el mismo resultado que en sus desvelos. Apareci¨® Torres y tuvo su gol, un gol que evoc¨® al de Viena, y que le sit¨²a como el ¨²nico que ha marcado en dos finales de la Eurocopa, apareci¨® el comp¨¢s inigualable de Xavi, la zancada del madrile?o y la caricia a la pelota frente al portero. Todo apuntaba a que el ciclo se cerrar¨ªa con el mismo protagonista, pero a Del Bosque le quedaba Mata en la chistera, premiado con minutos por primera vez. Este entrenador bendice a los suplentes: gol de Mata. Un broche celestial para un equipo ya incunable, embriagador, ganador de dos Eurocopas y de tres grandes citas seguidas, y en el que nueve de sus futbolistas han repetido ¨¦xito de Viena a Kiev. En un pa¨ªs que vivi¨® un siglo del monocultivo de sus clubes, hoy no hay mejor club que esta Espa?a feliz.
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