Y una monta?a en San Quint¨ªn
Nueva victoria de Greipel, el d¨ªa del c¨¢lculo ajustado: el ¨²ltimo fugado, Urtasun, cazado a 200 metros
La llanura del Somme, abierta a todas las invasiones y campo de todas las batallas. Abierta tambi¨¦n a las nubes, que no paran de descargar cuando les viene en gana, para alegr¨ªa de las tranquilas zanahorias y remolachas que crecen sobre los huesos de tantos muertos, para aprensi¨®n de los ciclistas que, calados hasta sus huesos, miran al cielo y maldicen. Donde la naturaleza no ofrece escenarios para el sobresalto reinan el ordenador y el pinganillo, el ciclismo de control y las fugas condenadas pero convenientemente publicitadas televisivamente (?por qu¨¦ el 99% de los fugados hasta ahora son de equipos franceses?). Un d¨ªa de Tour m¨¢s en el que el coraz¨®n solo se rinde a la taquicardia cuando se acercan los ¨²ltimos tres kil¨®metros en espera morbosa de la cotidiana ca¨ªda. Todo lo m¨¢s, y en el colmo de la generosidad, puede llegar un regalo de suspense, como ayer, 5 de julio, que deber¨ªa ser instituido como d¨ªa mundial del c¨¢lculo ajustado ¡ªcon sede en San Quint¨ªn¡ª dada la exactitud con la que el pelot¨®n hizo cumplir la ley inapelable y, pese a que millones soplar¨ªan seguramente en su contra desde sus casas hacia la tele, alcanz¨® al ¨²ltimo fugado, el frustrado Pablo Urtasun, en la ¨²ltima curva, ligera cuesta arriba, a 200 metros justos de alcanzar su objetivo, que no era otro que el de dar esperanzas a todos aquellos que creen cotidianamente que la utop¨ªa es posible.
Clasificaciones
5? etapa: Ru¨¢n - Saint-Quentin, 196,5 km.
1?. A. Greipel (Ale. / Lotto), 4h 41m 30s.
2?. M. Goss (Aus. / Orica), m.t.
3?. J. J. Haedo (Arg. / Saxo Bank), m.t.
4?. S. Dumoulin (Fra. / Cofidis), m.t.
5?. M. Cavendish (R. U. / Sky), m.t.
7?. O. Freire (Esp. / Katusha), m.t.
Clasificaci¨®n general
1?. F. Cancellara (Sui. / Radioshack), 24h 45m 32s
2?. B. Wiggins (R. U. / Sky), a 7s.
3?. S. Chavanel (Bel. / Quick Step), m.t.
19?. H. Zubeldia (Esp. / Radioshack), a 24s.
¡°Esto es inaguantable¡±, brama reci¨¦n llegado de la meta Thijs Zonneveld, quien, pese a su nombre no es un ciclista sino un periodista holand¨¦s que fue ciclista hace unos a?os. No lo dice por la ilusi¨®n rota del navarro Urtasun, el m¨¢s combativo de los Euskaltel en la semana, o un poco s¨ª, sino por lo que acaba de ver en la llegada: el sprinter de Seattle Tyler Farrar, uno del Oeste, el que cay¨® el primero a menos de tres kil¨®metros, corriendo a pie detr¨¢s del autob¨²s del Argos, amenazando con el pu?o y gritando en vano el nombre de Tom Veelers, el sprinter holand¨¦s a quien acusa de haber provocado su ca¨ªda (si esto debiera resolverse as¨ª, otros, como Sagan, deber¨ªan a su vez perseguir con el pu?o en alto a Farrar, pues tras su ca¨ªda, su bicicleta, como si fuera un caballo que derriba a su jinete ante un obst¨¢culo en el Grand National, le dej¨® de culo en el suelo y sigui¨® cabalgando entre el pelot¨®n hasta derribar al at¨®mico eslovaco de verde). O quiz¨¢s tampoco, de lo que se queja Thijs, quien pese a ser holand¨¦s no es rodador cul¨®n sino fino escalador y se hace todos los d¨ªas a bici los ¨²ltimos kil¨®metros de cada etapa, es de estas etapas cuyo desarrollo puede ser comprimido en un programa de ordenador. ¡°Qu¨¦ aburrimiento¡±, dice Thijs. ¡°Aqu¨ª, en medio de esta llanura, habr¨ªa venido bien mi monta?a¡±.
Ser holand¨¦s, el pa¨ªs m¨¢s plano que existe, ciclista y escalador es una combinaci¨®n perfecta para llegar a la depresi¨®n o a la locura. Thijs tir¨® por la segunda, te?ida de utop¨ªa, como corresponde a todo ciclista que sue?e. De regreso a Holanda del pasado Tour lanz¨® una idea a los cuatro vientos: ya que en Holanda no hay monta?as, por qu¨¦ no fabricamos una; nosotros que hemos ganado tierra al mar con nuestros diques, por qu¨¦ no podemos ganarle tierra al cielo.
El ¨¦xito de la idea fue fulgurante. Un a?o despu¨¦s, existe la fundaci¨®n Die Berg Komt Er (La monta?a es posible) con docenas de patrocinadores y un estudio de ingenier¨ªa proyectando en serio un proyecto que deber¨ªa empezar a tomar forma en cinco a?os.
El inicio ser¨¢ una pir¨¢mide ¡ªm¨¢s bien una concha de caracol en su forma¡ª, de 300 metros de altura a la que despu¨¦s se a?adir¨ªa otra de 600, otra de 900 y otra de 1.200 a lo largo de seis kil¨®metros de longitud. ¡°Ser¨¢n monta?as huecas, como invernaderos gigantescos atravesados por t¨²neles con turbinas para generar energ¨ªa e¨®lica que podr¨ªan iluminar a 30.000 hogares y en ellos se cultivar¨ªan plantas¡±, explica Thijs.
Hasta que el sue?o se haga hormig¨®n, acero y otros materiales, seguir¨¢ habiendo etapas ganadas, como la de ayer, de nuevo, por Bos¨®n Greipel, que se aprovech¨® de la impaciencia proverbial del australiano Goss, quien arranc¨® demasiado lejos y se qued¨® con el m¨ªnimo consuelo de ser el brazo ejecutor del pelot¨®n, el primero que adelant¨® al so?ador Urtasun.
Pr¨®logo: Las variaciones Cancellara
Primera etapa: Los domingos generosos
Segunda etapa: Contra la melancol¨ªa, Cavendish
Tercera etapa: La construcci¨®n del personaje Sagan
Cuarta etapa: ?Ser¨¢ Greipel el bos¨®n de Higgs?
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