Un triunfo artesanal
El oro mundial j¨²nior en triple salto de Ana Peleteiro es el resultado del trabajo de un club familiar del pueblo gallego de A Pobra do Carami?al
A Pobra do Carami?al es un pueblecito tur¨ªstico de la r¨ªa de Arousa conocido por sus mejillones. No llega a 10.000 habitantes. Entre los pinos y la r¨ªa se alza una pista de atletismo de cuatro calles ¡ªseis en la recta¡ª que es el empe?o de la familia Moure y que ya ha dado una campeona del mundo. Es Ana Peleteiro. Con solo 16 a?os esta ni?a gallega salt¨® el jueves en Barcelona m¨¢s que nadie y con una marca de adulta (14,17m, lo que la convierte en la tercera mejor triplista de la historia en Espa?a) se alz¨® con el t¨ªtulo j¨²nior.
Lo primero que salta a la vista en el caso de Peleteiro son sus condiciones. Es una chica espigada ¡ªmide 1,71m, ha crecido nueve este a?o y a¨²n lo har¨¢ m¨¢s¡ª, flexible y r¨¢pida. Pero adem¨¢s ¡°es muy buena t¨¦cnicamente, llega muy bien a la tabla, ha ganado velocidad y es muy competitiva¡±, resume Ram¨®n Cid, que fue triplista, hoy es responsable de saltos de la federaci¨®n espa?ola y califica de ¡°bombazo¡± la actuaci¨®n de la gallega. ¡°Tiene una tipolog¨ªa muy buena porque tiene el centro de gravedad muy alto y adem¨¢s es muy flexible y ajusta muy bien lo que le permite saltar hasta 40 cm m¨¢s que sus compa?eras¡±, a?ade Abelardo Moure, que gu¨ªa sus pasos desde que hace cuatro a?os la chica se puso en serio con el atletismo. El padre de Abelardo, Jos¨¦, un loco del atletismo, fundo la Asociaci¨®n Atl¨¦tica Barbanza ¡°con cuatro amigos¡± en 1984 y a¨²n lo preside.
La gallega es muy joven por lo que su margen de mejora es enorme, m¨¢s a¨²n en una prueba en la que no es raro ver saltadores por encima de la treintena (?se acuerdan del canoso Jonathan Edwards? El brit¨¢nico fue campe¨®n ol¨ªmpico en Sidney 2000 con los 34 cumplidos).
As¨ª que lo de Peleteiro tiene mucho que ver con el talento natural de la atleta, pero no solo. Porque junto a ella, en el Mundial de Montju?c, ha competido tambi¨¦n Lidia Parada, que se entrena con la campeona, aunque lo suyo es la jabalina. Ram¨®n Cid habla maravillas del grupo de Moure. ¡°La falta de medios, en comparaci¨®n con un centro de alto rendimiento, se suplen con el arraigo social de los atletas¡±, dice; ¡°a los que destacan les hacemos seguimiento, les invitamos a concentraciones... El m¨¦todo funciona¡±.
El 95% de los atletas de los Moure ¡ªen el club son unos 150 de todas las edades¡ª son del pueblo, aunque cada vez son m¨¢s los que vienen de otros de la zona. El grupo de la campeona se entrena cuatro d¨ªas a la semana ¡ªentre dos horas y dos horas y media, nada de dobles sesiones¡ª, pero dedica otros dos a ense?ar a los m¨¢s peque?os. ¡°As¨ª est¨¢n involucradas un 100% con el club¡±, dice el t¨¦cnico.
El 95% de los atletas de los Moure (150 de todas las edades) son del pueblo
?l mismo empez¨® a compaginar la competici¨®n (lo suyo era la jabalina y compiti¨® hasta el a?o pasado) con las labores de entrenador cuando solo ten¨ªa 16 a?os. ¡°La jabalina es de las pruebas m¨¢s t¨¦cnicas y yo aprend¨ª mucho de mi entrenador, que me puso en contacto con t¨¦cnicos italianos, franceses, portugueses¡±, recuerda; ¡°adem¨¢s yo soy muy perfeccionista y no paro de estudiar¡±. Ahora, con 33 a?os, ve los frutos, las medallas en los campeonatos de Espa?a, los r¨¦cords y, por supuesto, el t¨ªtulo mundial de Peleteiro. ¡°Lo que aprend¨ª como atleta trato de inculc¨¢rselo a mis deportistas y tengo una relaci¨®n muy especial con ellas. No soy solo un entrenador¡±, asegura.
El club se financia de las cuotas trimestrales que pagan los atletas
Todo ello, las marcas y los premios pero tambi¨¦n ese trato familiar, es el resultado de la pasi¨®n de los Moure. Al principio ofrec¨ªan todo tipo de actividades, desde pirag¨¹ismo a motocross, pero lo que m¨¢s ¨¦xito tuvo fue el atletismo. Fue el padre quien consigui¨® la pista, luego construyeron un peque?o gimnasio, lo equiparon y decoraron, hicieron cuestas artificiales... y ahora pelean por un m¨®dulo cubierto que aliviar¨ªa los d¨ªas de lluvia. Pero toda la familia est¨¢ involucrada. La hermana de Abelardo hace de secretaria y el hermano, que fue campe¨®n de marcha, es el encargado de organizar las actividades.
Ni padre ni hijo cobran del club, que se financia de las cuotas trimestrales que pagan los atletas y de las subvenciones p¨²blicas, del Ayuntamiento, de la Diputaci¨®n, de la Xunta. La crisis no ayuda. ¡°Este a?o no hemos podido comprar la equipaci¨®n porque no me ha llegado la subvenci¨®n y la temporada acaba ma?ana¡±, dice Abelardo Moure sin rastro de queja. ?l vive de vender piraguas. Su padre es decorador. Pero su pasi¨®n es el atletismo.
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