Una soberana derrota de Espa?a en Glasgow
La selecci¨®n de Milla cae ante Jap¨®n y da una p¨¦sima imagen en el estreno del torneo
La jerarqu¨ªa no cuenta en los Juegos Ol¨ªmpicos cuando se trata de deportes como el f¨²tbol. No valen los favoritismos ni siquiera con Brasil. El historial est¨¢ lleno de resultados sorprendentes y sobre todo de derrotas que sonrojan, marcadores que dejan huella, partidos que recuerdan espantosos rid¨ªculos m¨¢s que ¨¦picas victorias. A la lista de c¨¦lebres protagonistas hay que a?adir a Espa?a, se?alada como una de candidatas al t¨ªtulo en Londres, dispuesta a coronarse en Wembley, y ahora obligada a ganarse la continuidad contra Honduras y Marruecos despu¨¦s de perder con Jap¨®n. Ya se sabe que la crueldad de la derrota para el perdedor viene marcada por el calibre del ganador.
ESPA?A, 0 - JAP?N, 1
Jap¨®n: Gonda, Tokunaga, Yoshida, Suzuki, Sakai (Yamamura, m.85), Yamaguchi, Ogihara, Otsu (Saito, m.45), Higashi, Kiyotake, Nagai. No utilizados: Ando, Muramatsu, Sugimoto y Usami.
Espa?a: De Gea, Montoya, Dom¨ªnguez, ??igo Mart¨ªnez, Jordi Alba, Javi Mart¨ªnez, Koke (Tello, m. 80), Isco, Mata, Rodrigo, Adri¨¢n (Herrera, m. 56). No utilizados: Mari?o, Bot¨ªa, Azpilicueta y Muniain.
Gol: 0-1. M. 33. Otsu supera a Montoya y bate por bajo a De Gea.
?rbitro: Mark Gieger amonest¨® a Jordi Alba, Dom¨ªnguez y Saito. Expuls¨® con roja directa a I?igo Mart¨ªnez.
Estadio: Hampden Park, unos 45.000 espectadores.
El chasco fue monumental para Espa?a. Jug¨® rematadamente mal en un escenario solemne como el Hampden Park contra un rival menor como Jap¨®n. Los japoneses le perdonaron incluso la goleada, circunstancia que agrav¨® todav¨ªa m¨¢s el decepcionante debut de la Roja, un equipo ahora mismo indescifrable: imposible medir sus aspiraciones, impotente, angustiado y caricaturizado como qued¨® patente en Glagow. Nada funcion¨® en el grupo de Milla: ni la alineaci¨®n ni los cambios. No se recuerda en mucho tiempo un partido peor de una selecci¨®n espa?ola. Tampoco hab¨ªa habido antes tantas expectativas, y se desconoce si eran desmesuradas.
Ya se sabe que el espa?ol es un pa¨ªs extremista por naturaleza, y ahora las victorias se dan por descontadas, a todos los equipos y de carrerilla, sin atender a las circunstancias. Acostumbrada a levitar y a los delirios de grandeza, a Espa?a ahora le tocar¨¢ batirse en el fango, de manera que no se sabe muy bien cual puede ser su respuesta, por la novedad y por la dificultad de medir los inesperados episodios ante Jap¨®n. No parece ser solo un problema de un partido sino que la selecci¨®n espa?ola evidenci¨® tambi¨¦n problemas de organizaci¨®n, de onda, puesta a punto y de forma, de juego, sinton¨ªa y personalidad. La sintomatolog¨ªa no tiene muy buena pinta.
Ante Jap¨®n, por lo menos, fue incapaz de corregirse en un partido que se le fue complicando de forma irremediable, incluso fatalista. No se sabe muy buen d¨®nde est¨¢ el principio y el final de un equipo espa?ol desnortado y confundido. La referencia, en cualquier caso, ya no es el campe¨®n europeo sub-21. Las lesiones de jugadores como Thiago y Muniain le han lastrado tanto como el momento en que se celebra el torneo. Los Juegos no son la Eurocopa. Futbolistas individualmente reconocidos, referentes de sus clubes en la Liga, tres incluso presentes en el t¨ªtulo europeo alcanzado con la absoluta, se convirtieron en jugadores an¨®nimos.
El partido se le fue complicando a Espa?a de forma irremediable, incluso fatalista
Muy pendiente de acompa?ar a los centrales, Javi Mart¨ªnez qued¨® alejado del juego, sin influir en el partido, ni cuando acab¨® de delantero centro, s¨ªntoma de lo mal que fueron las cosas. Tampoco profundiz¨® por el lateral izquierdo Jordi Alba. Y, se?alado como armador del juego, Mata se qued¨® sin socios para suerte de Jap¨®n. Muy organizados y nada exigidos, jugaron tan c¨®modos los japoneses que se fueron estirando, ganando campo y bal¨®n, y por extensi¨®n tomaron el mando del partido y del marcador. Los espa?oles nunca le cogieron el hilo al partido para decepci¨®n del p¨²blico escoc¨¦s del Hampden Park. No apareci¨® la Roja ni la Rojita, ni siquiera una buena selecci¨®n, sino una empalagoso equipo vestido de azul celeste, desconocido, muy desnaturalizado.
El equipo fue empeorando con el tiempo. Al comienzo le cost¨® elaborar, m¨¢s tarde se vio que no llegaba a la porter¨ªa contraria y finalmente se advirti¨® que ten¨ªa serios problemas en su propia ¨¢rea. Las p¨¦rdidas de bal¨®n se suced¨ªan y cada cesi¨®n defensiva se convirti¨® en una oportunidad para Jap¨®n, aliviada por la salida por banda izquierda que le dio Nagai. Nerviosa, no cerraba bien la zaga, hipotecada por la alineaci¨®n de dos centrales zurdos, poco estable por el flanco derecho. Un saque de esquina y un error en un control de I?igo Mart¨ªnez que supuso su expulsi¨®n bastaron para que Espa?a se condenara y quedara retratada: si era imposible ganar con 11, ser¨ªa una quimera remontar con 10.
Ya se sabe que el espa?ol es un pa¨ªs extremista por naturaleza, y ahora las victorias se dan por descontadas
Las deficiencias se fueron agravando en la misma media que Jap¨®n contaba ocasiones ante De Gea. Falto de un referente, el equipo espa?ol no supo mezclar el juego y se entreg¨® a un ejercicio ins¨ªpido y est¨¦ril. No tuvo ritmo ni fluidez, nunca le dio velocidad al bal¨®n sino que jug¨® al pie, sin desborde, profundidad, ni agresividad, contemplativa ante un rival aplicado e intenso. Tiritaban los zagueros, se perd¨ªan los medios, no hab¨ªa delantero que tirara un desmarque o una rotura y se cuestionaron cuantas decisiones se tomaron desde el banquillo. No fue el d¨ªa de Koke, Isco, Rodrigo, Adr¨ªan, ni de los suplentes, ni de Milla.
Hasta los buenos se tornaron malos, v¨ªctimas de una jornada aciaga, protagonistas de una derrota soberana y doloros¨ªsima, porque Espa?a ya no solo aspira a ganar cada torneo que disputa sino que le est¨¢n prohibido rid¨ªculos como el de Glasgow. Jap¨®n le pint¨® la cara a Espa?a y el gatillazo dej¨® enmudecido al festivo Hampden Park.
Victoria con susto para Brasil
A punto estuvo Brasil de salir magullada en su estreno frente a Egipto. Demoledora en la primera media hora del envite, cuando soterr¨® a su rival con tres fogonazos de Rafael, Leandro y Neymar, la canarinha seste¨® durante el segundo acto y flirte¨® peligrosamente con el empate. No obtuvo recompensa el equipo africano, que guerre¨® hasta el final y puso entre la espada y la pared a su oponente, aliviado con el silbido del ¨¢rbitro y el 3-2 definitivo.
Bajo la batuta de ?scar, flamante fichaje del Chelsea, a la selecci¨®n brasile?a le bast¨® la profundidad de Rafael y la pegada de su ariete, Leandro, para noquear desde el inicio a Egipto. La magia brot¨® despu¨¦s, una velada m¨¢s, de las botas de Neymar, deseoso de agradar a la grada de Cardiff con sus bicicletas y sus cabriolas, pero que encontr¨® la red con su cresta y un testarazo a bocajarro.
Se durmi¨® la canarinha y reaccion¨® con bravura Egipto, que percuti¨® a su rival con m¨¢s garra que f¨²tbol hasta que logr¨® batir al meta Neto. Lo consigui¨® primero Aboutrika, pillo para aprovechar un desajuste de la zaga brasile?a, y aport¨® m¨¢s suspense Salah, que meti¨® el miedo en el cuerpo a los brasile?os con un disparo seco. Ah¨ª muri¨® la rebeli¨®n egipcia.
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