Cavendish: alfombra roja
Tras examinar el recorrido, el equipo espa?ol cree que la carrera de fondo de ma?ana est¨¢ dise?ada para un ¡®sprint¡¯ del brit¨¢nico
Una mirada le¨ªda recorre el circuito de la carrera del s¨¢bado y, directa, sin escalas, acaba en un cuento de Dickens, ciudad y campo en contraste, Londres y la campi?a de Surrey, los setos de tejo, los cottages, los pubs y los bares de caviar y ostras junto a lugares en los que tipos con casaca roja y gorro negro sacados de carteles tur¨ªsticos montan guardia ante las cuadras reales. Un Dickens falso, por supuesto; sin aristas, pobres, miseria ni infelices, sino con chistosos ocupantes de mesas de pubs rurales y sus pintas; de alegres jugadores de golf en el enfermizo calor de colinas que ellos consideran un regalo del cielo y de sanos bebedores de vodka y champ¨¢n que nunca se emborrachan junto al Ritz. O de buc¨®licos ciclistas que, disfrazados con cascos, monopolizan, para espanto de los turistas ante las verjas del Palacio de Buckingham, el asfalto rojo y especial del Mall con chispas de caucho que parecen esquirlas de chocolate en un helado de vainilla para que no penen los cascos de los caballos. All¨ª, en poco m¨¢s de 300 metros, en el Londres m¨¢s pisado, terminar¨¢ el s¨¢bado la prueba de fondo.
¡°S¨ª, donde han puesto una alfombra roja para Cav [el brit¨¢nico Mark Cavendish]¡±, dice Fran Ventoso, uno de los cinco integrantes del equipo espa?ol. Aunque lean a Dickens o se alimenten de im¨¢genes y met¨¢foras, la mirada de un ciclista siempre es anal¨ªtica. No se deja despistar. No piensa viendo una peque?a estaci¨®n de tren que en ese momento podr¨ªa salir de ella el padre de Guillermo Brown volviendo a casa, sino en la curva cerrada a la izquierda que complica el veloz descenso de la colina, y viendo los prados verdes no divaga hacia el granjero Jenkins persiguiendo a los proscritos entre rebuznos de burro (as¨ª se llama, Donkey Green, un prado), sino que piensa en el viento que soplar¨¢ de cara al final del repecho y que ese puede ser el momento clave.
Los espa?oles y un coche atestado a su rueda manejado por el director t¨¦cnico, Jos¨¦ Luis de Santos, se pasaron medio jueves recorriendo varias veces el circuito de Box Hill, la colina del buz¨®n, la parte m¨¢s dura de los 240 kil¨®metros del s¨¢bado, un bucle de unos 15 al que dar¨¢n nueve vueltas. Lo que ven Alejandro Valverde, Jonathan Castroviejo, Luis Le¨®n S¨¢nchez, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Rojas y Ventoso no les entusiasma. ¡°La subida se puede hacer dura y seguro que se cortar¨¢ la carrera y que podr¨ªa salir de aqu¨ª un grupo de 10 con ventaja¡±, dice Luis Le¨®n, ¡°pero luego quedan 30 kil¨®metros hasta la meta por carreteras anchas en las que se pueden organizar muy bien los sprinters. Creo que ni con dos minutos llegar¨ªamos¡±. En su memoria guarda, recientes, las dos depresiones del Tour, cuando el tambi¨¦n brit¨¢nico Bradley Wiggins, punta de lanza amarilla de un pelot¨®n sin piedad, frustr¨® dos inminentes victorias suyas; pese a eso, m¨¢s persistente que nunca y en magn¨ªfica forma, el murciano de Mula logr¨® ganar una etapa finalmente. Ese mismo escenario, Wiggins, con el velocista Cavendish en el bolsillo, y sus compa?eros brit¨¢nicos Froome, Millar y Stannard y alg¨²n otro del Sky como Eisel, a sus espaldas hasta los ¨²ltimos kil¨®metros, destrozando las aspiraciones de cualquiera. As¨ª hicieron tambi¨¦n los brit¨¢nicos para que Cavendish ganara el maillot arco¨ªris en Copenhague. Justo cuando Luis Le¨®n est¨¢ en el uso de la palabra, una salva de aplausos de las gentes de la cuneta le interrumpe. Por la estrecha carretera pasan a buen ritmo los brit¨¢nicos con Wiggins a la cabeza.
Valverde abre un debate al ver el t¨ªtulo mundial m¨¢s importante que el ol¨ªmpico
Luis Le¨®n llega a los Juegos en mitad de una din¨¢mica de ¨¦xito quiz¨¢ transformadora y se niega a dejarse abatir por el realismo, pero, pese a haber ganado tambi¨¦n una buena etapa en el Tour, la moral de su paisano Valverde parece m¨¢s complicada. ¡°Descans¨¦ el lunes y el mi¨¦rcoles y vengo muy bien de forma¡±, dice el tambi¨¦n murciano, ¡°pero este circuito no parece muy bueno para m¨ª. Adem¨¢s, creo que para un ciclista es m¨¢s importante un Mundial que unos Juegos¡±. Esta afirmaci¨®n abre un r¨¢pido debate en que, mientras sus compa?eros parecen de acuerdo, los t¨¦cnicos y la gente veterana de alrededor, m¨¦dico, mec¨¢nico..., intentan la v¨ªa contraria y recuerdan c¨®mo le cambi¨® la vida el oro de Pek¨ªn a Samuel S¨¢nchez, ausente de Londres tras su ca¨ªda en el Tour. ¡°S¨ª¡±, dice Valverde, ¡°pero Samu sabe venderse muy bien¡±.
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