Visualizaci¨®n del terror
Mireia Belmonte se prepara con un psic¨®logo para controlar la angustia del primer d¨ªa de competici¨®n, un problema que siempre le ha condicionado
Dicen los psic¨®logos conductistas, la escuela americana predominante en el mundo del deporte, que solo es posible conseguir lo imaginable, y que lo imaginable se prefigura mediante la ¡°visualizaci¨®n¡±. Mireia Belmonte visualiza. Lleva a?os haci¨¦ndolo en sus dos horas semanales de entrenamiento mental. Cierra los ojos y se representa a Elizabeth Beisel, la lozana muchacha de Saunderstown, Rhode Island, pase¨¢ndose como un oso. Insiste, y en su imaginaci¨®n se compone la sonrisa amenazante de Stephanie Rice, poni¨¦ndose el gorro de l¨¢tex como quien se ajusta el yelmo. La sucesi¨®n de intimidantes figuras se sucede hasta la china Li Xuanxu, p¨¢lida como la porcelana, rapada al uno, oriunda de Hunan, como las guindillas, y como Mao. Son las mejores, sus adversarias, y Mireia, @miss_belmont, seg¨²n su cuenta de Twitter, est¨¢ atrapada con todas ellas en la c¨¢mara de salidas del Centro Acu¨¢tico de Londres. Esperan la llamada. No hay ventanas. El aire huele a sudor, a perfume y a linimento. El coraz¨®n le late con fuerza. Est¨¢ aterrada. Pero consigue dominarse eliminando de su mente a todas sus adversarias para concentrarse en s¨ª misma. Respira empujando hacia abajo con los m¨²sculos del diafragma para que el ox¨ªgeno la libere de la sensaci¨®n opresiva, como le ha ense?ado su entrenador. Se golpea los pectorales como un gorila y activa el sistema nervioso. Est¨¢ en la piscina de Londres a punto de disputar la final de 400 metros estilos. Imagina que dentro de cuatro minutos se habr¨¢ convertido en la primera nadadora espa?ola en conquistar un oro ol¨ªmpico.
El primer d¨ªa es hoy. Los precedentes se?alan que en casi todos los primeros d¨ªas de los grandes campeonatos que ha disputado, Mireia ha sufrido crisis de ansiedad que han condicionado su participaci¨®n. ¡°Si Mireia nada bien los 400 estilos [a partir de las 12.17], despu¨¦s har¨¢ cosas maravillosas¡±, advierte su entrenador, Fred Vergnoux, sobre la prueba que le espera en el debut. Para evitar sobresaltos, la muchacha lleva meses visualizando el momento con la ayuda de un psic¨®logo que le brinda instrumentos para combatir la ansiedad. ¡°Mireia trabaja con un preparador mental¡±, explica Vergnoux. ¡°Hoy tiene m¨¢s armas para afrontar estos momentos¡±.
Su t¨¦cnico, Vergnoux, le hizo probar antes en Londres la piscina de competici¨®n
Vergnoux, el responsable de la nataci¨®n de competici¨®n del Club Nataci¨®n Sabadell, es un t¨¦cnico detallista que ha preparado a la nadadora para que se libere de los fantasmas. ¡°Por esto fuimos al Open de Londres en abril¡±, dice, ¡°a nadar en la piscina ol¨ªmpica de calentamiento y competici¨®n, ir a las c¨¢maras de salida para tener m¨¢s informaci¨®n del terreno que pisaremos. Interiorizar lo que puede pasar. Y cuando pase, que ella est¨¦ preparada. Lo que no quiero yo es tener sorpresas. Cada vez que afrontas una situaci¨®n nueva sufres una forma de estr¨¦s. Intentamos quitar todo el estr¨¦s que podemos con estas estrategias. Competir, probar la piscina ol¨ªmpica, probar la c¨¢mara y nada m¨¢s. Despu¨¦s, una final ol¨ªmpica ocurre una vez cada cuatro a?os. Seguro que va a tener una forma de estr¨¦s. C¨®mo lo gestionas, c¨®mo lo utilizas para que te de energ¨ªa y no para que te hunda. Esa es la cuesti¨®n¡±.
Pablo del R¨ªo ha sido el psic¨®logo de la residencia Blume de Madrid durante treinta a?os. Sabe de visualizaciones. ¡°El entrenamiento en pr¨¢ctica imaginada es m¨¢s viejo que las tablas de Mois¨¦s¡±, dice. ¡°Se trata de imaginar situaciones adversas d¨¢ndoles una soluci¨®n. Con los nadadores anticipas las carreras y cuantos m¨¢s detalles imaginas mejor: los volteos, las salidas¡ Al ser un deporte sin oposici¨®n cada nadador depende de s¨ª mismo. El foco de atenci¨®n tiene que girar hacia s¨ª mismo: la t¨¦cnica, la brazada, la aceleraci¨®n¡ Hay que aprender a ignorar al rival¡±.
¡°Seguro que va a tener estr¨¦s. La cuesti¨®n es c¨®mo gestionarlo¡±, explica su entrenador
Vergnoux es el entrenador m¨¢s respetado por la federaci¨®n espa?ola. Dice que Mireia debe sacar su lado m¨¢s competitivo. ¡°Cuando ves competir a gente como Basel o Rice, son bastante agresivas¡±, se?ala el franc¨¦s. ¡°La competici¨®n empieza en la c¨¢mara de salida. Algunas parecen locas. Pero esa capacidad de elevar el nivel de adrenalina hace que las chicas se transformen en animales. Me encanta eso. Mireia en el Europeo de Polonia, detr¨¢s del poyete, sufri¨® esa transformaci¨®n. Exhibi¨® esa agresividad. Algunos movimientos de brazos toc¨¢ndose los m¨²sculos pectorales. ?Uahh! ?Vamos! Mireia necesita explotar m¨¢s estas emociones. No guard¨¢rselo. Hay ejercicios para esto. Es el trabajo que hacemos con el psic¨®logo. Ejercicios de respiraci¨®n para controlar las emociones. El diafragma es un m¨²sculo de la respiraci¨®n. Si tienes la capacidad de poner el diafragma bajo reduces los nervios. Con estr¨¦s este m¨²sculo se pone arriba y te contractura los pulmones y la respiraci¨®n se acelera. Este estr¨¦s no es positivo. Si pones el diafragma bajo controlas la fuerza¡±.
¡°El estr¨¦s es una energ¨ªa m¨¢s¡±, concluye Vergnoux. ¡°La necesitamos. El chico que no se siente bajo presi¨®n no existe a nivel ol¨ªmpico. La diferencia entre el campe¨®n y los dem¨¢s es esta. El chico o la chica que es capaz de transformar la tensi¨®n del momento en una energ¨ªa que pueda transferir al esfuerzo en la piscina es el que sabe competir. Cada vez que afrontas una final, los Juegos se comen a uno o dos chicos. Siempre. Y los mejores son aquellos que captan la energ¨ªa del entorno para sobrevivir. Si t¨² puedes captar la energ¨ªa de la chica que est¨¢ a tu lado, t¨² lo haces. ?Todo cuenta!¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.