Dios gana, el hockey pierde
Carlos Ballv¨¦, defensa de la selecci¨®n espa?ola, dejar¨¢ el deporte de alta competici¨®n tras el torneo de Londres para terminar sus estudios de seminarista en B¨¦lgica
![Carlos Ballvé juega con el 'stick' y la pelota en un entrenamiento de la selección española.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VBT2HTYGDFKASB4EMPZSWW3SQE.jpg?auth=7e014dbf8b6dd68d135024c565a308036fdb8d33c3d568d5d8a7100f0bf3284c&width=414)
En la mesa, durante la comida, o en alguno de los ratos muertos que deja la concentraci¨®n de la selecci¨®n espa?ola en la Villa Ol¨ªmpica, inevitablemente alguien en el equipo de hockey sobre hierba habla de chicas, en el tono irreverente que suelen emplear los j¨®venes. Y, tambi¨¦n de forma inevitable, al reparar en la presencia de Carlos Ballv¨¦ (Terrassa; 1985), cesa la sarta de burradas que acostumbran a acompa?ar al tema y alguien pregunta: ¡°Litus, si te molesta lo dices¡±. Y ¨¦l, que se r¨ªe, avisa: ¡°Soy seminarista, ?no un santo!¡±. Bien lo sabe: era un perla,tan bueno en la pista como indomable fuera, hasta el punto de ser expulsado de la selecci¨®n, siendo cadete, por mal comportamiento. De eso hace ya tanto tiempo que nadie lo dir¨ªa, vi¨¦ndole ahora rezar el rosario en la Villa Ol¨ªmpica de Londres.
Si el oro depende de la ayuda divina, dir¨ªase que la selecci¨®n espa?ola lleva ventaja. Ballv¨¦, que cogi¨® un stick a los cinco a?os, dejar¨¢ la competici¨®n de ¨¦lite al regreso de Londres. Renuncia a su carrera y se va a B¨¦lgica, donde bajar¨¢ un par de pelda?os para seguir jugando a hockey mientras atiende a la llamada del Se?or y termina sus estudios para cura. Ha elegido libremente: Dios gana, el hockey sobre hierba pierde.
Algo dentro de m¨ª me dijo: ¡®eres libre para hacer lo que quieras, pero as¨ª no eres feliz¡±
Litus tiene motivos de sobra para creer. Lleg¨® a tener tres cuartas partes de un pulm¨®n inutilizado, no ya para hacer deporte, sino para cualquier cosa. Pero logr¨® curarse. Puede que entonces, m¨¢s preocupado por divertirse, a ser posible con un stick en la mano, no le diera importancia y le preocupara m¨¢s llegar a unos Juegos que otra cosa. Cuando se le pregunta sobre el origen de su fe, reconoce que siempre crey¨® en la existencia de Dios y de la Virgen, pero no fue hasta 2005 cuando tom¨® conciencia de la importancia de Dios en su vida. En el verano de aquel a?o, todo empez¨® a cambiar dentro de ¨¦l, mientras compet¨ªa en el Mundial sub-21. ¡°Empezamos muy mal la competici¨®n. Iba tan mal que un domingo fui a misa y le ofrec¨ª un pacto a Dios: le dije que si ?l arreglaba ese Mundial, yo ir¨ªa a Medjugorje (pueblo de Bosnia-Hercegovina) con mi padre. Hicimos historia. Nunca antes una sub-21 hab¨ªa logrado una medalla y nosotros quedamos terceros¡±. Y cumpli¨® su promesa. Se fue al lugar donde, dicen, al atardecer el 24 de junio de 1981, a una ni?a del pueblo, Ivanka Ivankovic, se le apareci¨® la Virgen.
Cuando se le pregunta sobre el origen de su fe, Ballv¨¦ suele remitirse a Medjugorje. ¡°All¨ª entend¨ª que Dios es algo m¨¢s que un ideal, que est¨¢ contigo, que eres hijo suyo y que est¨¢ ah¨ª para todo, aunque t¨² no est¨¦s para nada¡±, relata.
![Carlos Ballv¨¦, durante un entrenamiento.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OP7XHXP5KPYB2HMN7DDTP2KKOY.jpg?auth=2caeec1d88f917329970b9cd0b4c7182a63f15eeaa69042548f4197149088504&width=414)
Reconoce Ballv¨¦ que a su regreso sigui¨® ¡°haciendo el capullo saliendo de fiesta, con chicas, derrochando dinero y con pocas o ninguna intenci¨®n de rezar¡¡±. Pero ya nada fue lo mismo. ¡°Algo dentro de m¨ª me dijo: ¡®Litus, eres libre y puedes hacer lo que quieras, pero as¨ª no eres feliz¡±, explica. Estaba en su mejor momento deportivo, acumulaba t¨ªtulos con el Terrassa y empez¨® a acudir a la selecci¨®n absoluta e incluso ten¨ªa un preacuerdo para irse a jugar a Alemania. Por aquel entonces, Litus march¨® por tercera vez a Medjugorje.
¡°Llegu¨¦ un s¨¢bado y por la noche fui a la adoraci¨®n. Aquella adoraci¨®n es incre¨ªble. La explanada estaba llena de gente, pero se estaba a gusto. Expusieron al Se?or y le dije: ¡®No s¨¦ qu¨¦ pasa, est¨¢n pasando cosas muy raras. Yo quiero jugar limpio contigo, as¨ª que aqu¨ª me tienes, haz lo que quieras¡¯. Ese viaje fue el cambio radical en mi vida. En todo. Empec¨¦ a rezar con calma, a meterme en Dios¡±, cuenta. El Se?or le llamaba y ¨¦l puso una condici¨®n: ¡°D¨¦jame cumplir mi sue?o¡±. Los Juegos.
Gracias a un pacto con el seminario de Barcelona y el Club Atl¨¦tico Terrassa, pudo compaginar la llamada de Dios para convertirse en cura con el deporte. Litus, al fin, ha alcanzado su sue?o: est¨¢ en Londres con la selecci¨®n espa?ola, que debuta ma?ana contra Pakist¨¢n. Ballv¨¦ reconoce estar viviendo ¡°una experiencia incre¨ªble, preciosa¡±, tratando de aportar ¡°un valor m¨¢s¡±: ¡°No solo el ganar, sino crecer en mi vivencia de la fe, compartiendo esto con gente de tantas partes del mundo¡±.
Ahora, eso s¨ª, le toca cumplir lo prometido. Lo dejar¨¢ al final de los Juegos. Dios le llama.
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