Los jueces dan la nota
Se multiplican las controversias por las decisiones que adoptan los ¨¢rbitros en m¨²ltiples disciplinas en situaciones decisivas
El tremendo y controvertido impacto de una serie de decisiones arbitrales lleva camino de oscurecer a media docena de deportes. Los golpes de teatro se suceden en los pabellones del ¨¢rea ol¨ªmpica de Londres. El equipo de gimnasia de Jap¨®n logr¨® que los jueces rectificaran una penalizaci¨®n y gracias a ello se adjudic¨® la medalla de plata que Gran Breta?a ya cre¨ªa haberse anotado. Un yudoca, el surcoreano Cho Jun-ho, fue despose¨ªdo del triunfo ante el japon¨¦s Masahi Ebinuma en los cuartos de final despu¨¦s de que fuera modificada la primera decisi¨®n, un¨¢nime, de los tres ¨¢rbitros. En esgrima, la surcoreana Shim Lam permaneci¨® en la pista llorando de forma desconsolada durante una hora mientras su entrenador presentaba una reclamaci¨®n que no surti¨® efecto. La pol¨¦mica se extendi¨® a la piscina, en la que la selecci¨®n espa?ola de waterpolo reclam¨® contra la decisi¨®n del ¨¢rbitro de no dar gol en una acci¨®n en la que el bal¨®n entr¨® en la porter¨ªa de Croacia, tal y como pudo comprobarse en el v¨ªdeo. Faltaban tres segundos y el tanto habr¨ªa significado el empate.
La subjetividad y las decisiones dif¨ªciles de entender para los deportistas y el p¨²blico se producen especialmente en deportes individuales, como el boxeo, la lucha, el taekwondo, los saltos o la nataci¨®n sincronizada. La gimnasia es uno de los que tienen m¨¢s fama de subjetivos. Tal vez por episodios como el que se produjo en Atenas 2004. Un error al valorar la dificultad del ejercicio de paralelas del surcoreano Yang Tae-young convirti¨® en campe¨®n al estadounidense Paul Hamm por equivocaci¨®n. La federaci¨®n internacional reconoci¨® el error, pero mantuvo el resultado alegando que los surcoreanos no hab¨ªan reclamado correctamente.
Entre los jueces que erraron aquel d¨ªa en Pek¨ªn estuvo Benjam¨ªn Bango, suspendido junto a otros dos colegas durante un a?o. ¡°Fue hace mucho y ya lo tengo olvidado¡±, explica en Londres, donde est¨¢ como entrenador del equipo espa?ol y de su mejor gimnasta, Fabi¨¢n Gonz¨¢lez; ¡°somos personas. Cuando fallas, no te sienta bien. Pero las cosas han cambiado mucho. No hay tanto margen para la subjetividad como se piensa¡±.
Los jueces siguen de manera estricta un sistema de puntuaci¨®n y consideran que su labor no est¨¢ tan alejada de la de un ¨¢rbitro de f¨²tbol o baloncesto: ¡°Lo ¨²nico que se hace es apuntar todo lo que ves que hace el gimnasta, apuntarlo y sumarlo, pero la perspectiva cambia por el ¨¢ngulo¡±.
Casi todos los deportes buscan una mayor fiabilidad y cr¨¦dito en las decisiones de los jueces dot¨¢ndolos con m¨¢s recursos humanos y tecnol¨®gicos. ¡°Ahora hay m¨¢s control para verificar las notas¡±, afirma Bango. Los de gimnasia tienen a su disposici¨®n un sistema de v¨ªdeo informatizado llamado IRCOS que les permite revisar los ejercicios al instante. Lo que no pueden evitar todos estos avances en busca de la m¨¢xima objetividad es el politiqueo. Pero ni as¨ª se evitaron el lunes, en el O2 de Londres, el esc¨¢ndalo, el desconcierto y las protestas del p¨²blico tras ser reconsiderada la nota del japon¨¦s Kohei Uchimura.
Pablo Carriles es uno de los dos jueces que no contaron la salida de arcos de Uchimura y luego fueron corregidos: ¡°La gimnasia es tan subjetiva como el f¨²tbol, como todos los deportes que no dependen de un cron¨®metro. En Pek¨ªn nos dejaban consultar el v¨ªdeo, pero aqu¨ª no. Solo pueden utilizarlo los del tribunal de apelaci¨®n. A nadie le gusta que le corrijan, pero podr¨ªa ver esa salida un mill¨®n de veces y tomar¨ªa la misma decisi¨®n. Habr¨ªa sido peor al rev¨¦s, porque conmigo estaba el nip¨®n Takeuchi y estuvimos de acuerdo. Todo el mundo habr¨ªa pensado que favorec¨ªamos a Jap¨®n¡±.
¡°En el c¨®digo est¨¢ todo tasado: el tiempo que tienen que marcar los elementos, el ¨¢ngulo¡¡±, cuenta Carriles; ¡°pero luego es una cuesti¨®n de apreciaci¨®n y, sobre todo en ejecuci¨®n, depende mucho del ¨¢ngulo en el que est¨¦s. Y todo ocurre en d¨¦cimas de segundo. Aunque est¨¦s acostumbrado, puedes equivocarte. En todas las competiciones hay fallos, pero no con esta trascendencia. Aqu¨ª era el ¨²ltimo ejercicio y por una medalla¡±.
Yolanda Soler, medallista de bronce en Atlanta 1996 y ahora entrenadora del equipo espa?ol de yudo, admite: ¡°Es cierto que dependes de la interpretaci¨®n de los jueces. Pero no creo que debamos quejarnos. Creo en su honradez. Otra cosa es que puedan equivocarse¡±. El yudoca espa?ol Sugoi Uriarte, tras perder el combate que le habr¨ªa dado la medalla de bronce en la categor¨ªa de menos de 66 kilos, expres¨® su desacuerdo y, a la vez, su resignaci¨®n con la decisi¨®n de los ¨¢rbitros. ¡°Estaba convencido de que ganar¨ªa, pero los jueces vieron otro combate. Aunque tambi¨¦n fue un error m¨ªo. Si dejas que los jueces decidan, pueden pasar estas cosas. Tendr¨ªa que haber solucionado antes el duelo¡±.
Soler, que tambi¨¦n presenci¨® el combate en el que Cho Jun-ho fue despose¨ªdo del triunfo sobre Masahi Ebinuma, opina: ¡°Es la primera vez que los jueces cambian su decisi¨®n. No puede crear un precedente. La acci¨®n en cuesti¨®n no era tan clara y los tres hab¨ªan dado la victoria a Cho Jun-ho. Fue una sorpresa general¡±. Considera correcto que los entrenadores no puedan pedir la revisi¨®n de las acciones en v¨ªdeo y argumenta que, de lo contrario, las discusiones ser¨ªan interminables. Tanto, tal vez, como las controversias arbitrales que se est¨¢n sucediendo en Londres.
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