Cuarenta a?os hacia atr¨¢s
Ye Shiwen parecer ser una gran figura. A este paso, estar¨¢ mucho tiempo por encima del resto del mundo
Los pa¨ªses autocr¨¢ticos han demostrado a lo largo del ¨²ltimo siglo que sus reg¨ªmenes ofrecen m¨¢s resquicios que las democracias para encubrir los experimentos con dopaje. A veces, hemos descubierto con el tiempo que lo que ocultaban no eran casos aislados de uso de drogas prohibidas, sino programas dirigidos desde sus propios Gobiernos. Uno de esos pa¨ªses ha sido China, cuya Administraci¨®n sigue caracteriz¨¢ndose por el ocultamiento de los asuntos p¨²blicos, entre ellos los relacionados con sus deportistas ol¨ªmpicos. Las mujeres siempre han estado m¨¢s expuestas que los hombres a su instrumentalizaci¨®n con sustancias prohibidas, como sucedi¨® con el esc¨¢ndalo de las nadadoras chinas hace 15 a?os. Estos precedentes no ayudan a Ye Shiwen. La china ha hecho la mayor proeza en lo que va de campeonato durante sus carreras de 400 y 200 metros estilos. Sin embargo, sus actuaciones, adem¨¢s de provocar perplejidad, han inspirado especulaciones p¨²blicas, sobre todo por parte de los entrenadores estadounidenses.
Los ¨²ltimos 100 metros y sobre todo los ¨²ltimos 50 de la final de 400 estilos del pasado s¨¢bado fueron insultantes. No solo bati¨® por un segundo el r¨¦cord mundial, que se hizo con el ba?ador de goma. Mejor¨® su marca personal en siete segundos y, con 16 a?os, pudo cubrir los dos largos en 58,68s. Lisbeth Basel, una nadadora fabulosa, solo pudo ser segunda, tres segundos despu¨¦s y a dos cuerpos de distancia. La proeza fue de tal calibre que para recordar una superioridad tan aplastante no basta con remontarse a Phelps o Thorpe, los mejores nadadores de las ¨²ltimas d¨¦cadas. La ¨²ltima vez que contempl¨¦ a un nadador sacando m¨¢s de un cuerpo de distancia a otro en una final ol¨ªmpica fue hace 40 a?os. La china Ye Shiwen no me record¨® a Phelps. Me record¨® a Mark Spitz y Roland Matthes.
El alem¨¢n Matthes hac¨ªa los 100 espalda en 56 segundos. Los dem¨¢s, en 58. Nadaba los 200 espalda en 2m 6s, tres segundos m¨¢s r¨¢pido que el resto. En cuanto a Spitz, conozco la desproporci¨®n que hab¨ªa entre ¨¦l y todos los dem¨¢s porque nos entrenamos juntos en la Universidad de Indiana.
Ye Shiwen no me recuerda a Phelps y Thorpe, los mejores de las ¨²ltimas d¨¦cadas, sino a Spitz y Matthes
Recuerdo que un d¨ªa de mayo de 1972, cuando estaban acabando las clases, Mark le dijo a nuestro entrenador, Doc Counsilman, que se quer¨ªa ir unos meses a California a trabajar con Sherman Shauvoor, el preparador de su club. ¡°Doc¡±, le dijo, ¡°quiero ir con Sherman a Mision Viejo¡±. Pas¨® el tiempo y un d¨ªa Doc llam¨® a Shauvoor: ¡°?C¨®mo anda Mark? ?Qu¨¦ est¨¢ haciendo?¡±. Shauvoor se qued¨® de piedra y Counsilman descubri¨® la verdad: Mark nunca hab¨ªa ido a Mision Viejo. Faltaban dos meses para los Juegos de M¨²nich y Mark estaba haciendo cualquier cosa menos entrenarse. Era un poco vago. No le gustaba entrenarse y supl¨ªa su falta de trabajo con calidad. Pero ese a?o, en M¨²nich, gan¨® siete medallas de oro porque era notablemente superior al resto.
Ye Shiwen puede ser un caso parecido. Por lo que he visto, dir¨ªa que nada francamente bien. No es el t¨ªpico caso de nadadora que marca las diferencias solo con potencia. Su libre es estupendo, pero incluso su t¨¦cnica de braza es muy buena y eso la ha ayudado especialmente. El largo de braza es clave para el cambio de ritmo al final. Ella llega un metro y medio antes a la pared para empezar el crol en el cambio m¨¢s complicado de la carrera. Si lo empiezas antes que los dem¨¢s, puedes hacer avances tremendos porque logras una distancia que te va a dar un est¨ªmulo psicol¨®gico al tiempo que va a deprimir a tus perseguidores.
Cuando vas l¨ªder, te sobra fuerza. Es una sensaci¨®n fant¨¢stica. Esto es lo que hizo Ye Shiwen, que parece ser una gran figura. A este paso, estar¨¢ cuatro a?os por encima del resto del mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.