H¨¦roes y contaminaci¨®n
Mientras Phelps se ha convertido en una leyenda, la asombrosa china Shiwen vive en la diana por los recelos en Occidente
Una leyenda indiscutible, Michael Phelps, y quiz¨¢ una discutible hero¨ªna en ciernes, Ye Shiwen. El deporte tiene estos contrastes. Mientras el estadounidense se convirti¨® anoche en el hombre con m¨¢s medallas en la historia ol¨ªmpica ¡ªcon su plata en los 200 mariposa, y el oro en 4x200 libres¡ª hab¨ªa superado los 18 metales de la gimnasta sovi¨¦tica Larisa Latynina¡ª, la asombrosa nadadora china vive estos d¨ªas en la diana por los recelos que ha despertado principalmente en Occidente.
Batido por el sudafricano Chad le Clos en la brazada final, result¨® extra?o ver al gigante Phelps salir de la piscina no como una divinidad sino como alguien fundido, sin otra expresi¨®n en el rostro que la de la derrota y el vac¨ªo. En la cabeza de este competidor sublime no estaban las 19 medallas. Como todo genio insaciable, buscaba una ¨²ltima obra maestra. Al contrario que Phelps, ya en su despedida, Shiwen, una chiquilla de 16 a?os, ¡ªque ayer tambi¨¦n gan¨® los 200m estilos con r¨¦cord ol¨ªmpico¡ª rumia en el acuartelamiento chino el enredo en el que se ha visto involucrada. De momento, con total ligereza por parte de sus acusadores.
La china Ye Shiwen no tiene el amparo de la gran maquinaria propagand¨ªstica
El deporte no es capaz de sacudirse la contaminaci¨®n del dopaje, esa gran farsa que invalida a sus h¨¦roes, que lo son por sus gestas de carne y hueso, no por su paso por los laboratorios. El lastre es tal que hoy todo est¨¢ bajo sospecha, incluso con suspicacias interesadas. Por si no fueran ya bastante mancha los positivos que se confirman por los cauces oficiales, ahora, seg¨²n qui¨¦n sea y de d¨®nde sea el protagonista, la epopeya se acepta con todos los honores o se pone en duda.
El s¨¢bado, Ye Shiwen hizo algo m¨¢s que triturar el r¨¦cord mundial de 400 estilos. En los ¨²ltimos 50 metros mejor¨® incluso el registro de Ryan Lochte, un mocet¨®n estadounidense de 28 a?os. La carrera de Shiwen asombr¨® al mundo, una haza?a descomunal. De inmediato, lejos de aceptar la proeza, el estadounidense John Leonard, presidente de la asociaci¨®n de entrenadores, expres¨® su ¡°inquietud¡± y levant¨® los recelos. No ten¨ªa otro indicio que una marca sideral. La china no tiene el amparo de la gran maquinaria propagand¨ªstica de Estados Unidos, que, como China, tampoco es ajeno a la lacra del dopaje.
La delegaci¨®n china reaccion¨® de inmediato y subray¨® que nadie puso en jaque los prodigios de Phelps en Pek¨ªn. ¡°Shiwen ha seguido todos los protocolos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y est¨¢ limpia; fin de la historia¡±, terci¨® ayer lord Colin Moynihan, presidente de la Asociaci¨®n Ol¨ªmpica Brit¨¢nica. Pero Leonard consigui¨® su efecto, provocar desconfianza en el imaginario popular. La interminable lista de tramposos ha logrado que hoy no se pueda poner la mano en el fuego por nadie y, en este caso, la nataci¨®n china qued¨® fichada en los noventa, tras una cadena de positivos, lo que no ayuda a Shiwen. Pero si est¨¢ o no limpia es misi¨®n de la AMA. Leonard no tiene ninguna autoridad al respecto y s¨ª la responsabilidad de no enfangar antes de tiempo.
En el agua, tambi¨¦n Espa?a tuvo ayer su protagonismo. El pirag¨¹ista vasco Ander Elosegi fue cuarto, y Mireia Belmonte por fin irrumpi¨® en plenitud: finalista en los 200 mariposa.
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