Feliciano y Ferrer dicen basta

La cabeza tiene un l¨ªmite, el coraz¨®n necesita tiempo para recuperarse. A la lucha por la medalla de bronce, que finalmente pierden 7-6 y 6-2 contra los franceses Benneteau y Gasquet, llegan Feliciano L¨®pez y David Ferrer tras una noche largu¨ªsima: dif¨ªcil dormir cuando se desaprovechan cuatro puntos de partido tras 3h29m y en una semifinal ol¨ªmpica en la que la victoria asegura medalla. Con ese peso sobre los hombros, agrandado por los remordimientos (no pusieron ninguna de esas cuatro bolas en juego), llegan los espa?oles a pelear por el bronce. Con esas dudas en la cabeza, llena de preguntas traicioneras, se enfrentan al punto de inflexi¨®n del duelo (5-5 y 15-40, oportunidad perdida para sacar por el primer set). Finalmente, con la mala experiencia de la v¨ªspera todav¨ªa acuchill¨¢ndoles por dentro, pierden y queda rota la impecable racha del tenis espa?ol en los Juegos; desde Se¨²l 1988, cuando entr¨® en el programa ol¨ªmpico,? siempre se hab¨ªa ganado al menos una medalla en los Juegos, para un total de 11.

Frente a las malas sensaciones de los espa?oles, que no supieron digerir la derrota del viernes, y en consecuencia se diluyeron ante las dificultades del s¨¢bado, los franceses firmaron un fant¨¢stico partido. Su lectura de las necesidades del duelo fue excelente. Con Feliciano al resto, castigaron el rev¨¦s del toledano. Con Ferrer al servicio, atacaron, conscientes de que el alicantino era el peor sacador de los cuatro.

Inteligentes, los franceses atacaron siempre al rev¨¦s de Feliciano y al servicio de Ferrer

La pareja de espa?oles radiografi¨® de una manera parecida el encuentro. Con Benneteau se?alado como el mejor especialista del partido y Gasquet precedido por la fama de su mala cabeza, atacaron el rev¨¦s del segundo y pusieron tambi¨¦n la diana en su servicio. Feliciano y Ferrer llegaron hasta semifinales restando, poniendo pelotas en juego, tapando su falta de sincron¨ªa con coraz¨®n y fuego. Las dos cosas faltaron hoy. Los espa?oles ganaron solo 14 puntos al resto, un p¨ªrrico 23% de los disputados. Ante las dificultades, les falt¨® convencimiento, dolidos como estaban por la derrota en semifinales contra Llodra y Tsonga. Finalmente, se inclinaron, mientras Benneteau y Gasquet celebraban el bronce alborozados. Hac¨ªa tiempo que Ferrer y Feliciano hab¨ªan dicho basta.