Fin de la era Isinbayeva
La estadounidense Suhr se impone en la p¨¦rtiga, donde la rusa, doble campeona ol¨ªmpica, solo pudo lograr la medalla de bronce
Mientras F¨¦lix S¨¢nchez mezclaba sus l¨¢grimas con la lluvia al ritmo del himno dominicano que le reconoc¨ªa como nuevo campe¨®n ol¨ªmpico, como campe¨®n recuperado pues ya lo fue en Atenas 2004, mientras el p¨²blico intentaba arroparle con su aplauso aunque eso supusiera interrumpir la m¨²sica solemne, el reinado de la rusa Yelena Isinbayeva tocaba a su fin. Cuando acab¨® la ceremonia y los mejores vallistas dejaron el foco se consum¨® la derrota de la estrella, incapaz de superar los 4,75m, ella que un d¨ªa vol¨® sobre los cinco metros, que rompi¨® una y otra vez su propia plusmarca mundial, que subi¨® a lo m¨¢s alto en los dos ¨²ltimos Juegos Ol¨ªmpicos, que se convirti¨® en una aut¨¦ntica estrella del deporte, se qued¨® en el bronce y dej¨® la lucha para la cubana Silva y la estadounidense Suhr con el list¨®n a 4,80m. Ninguna pas¨®, pero gan¨® Suhr, con una trayectoria m¨¢s limpia.
La derrota de Isinbayeva no es, obviamente la primera, pero si supone el primer fracaso ol¨ªmpico de la rusa, que se impuso en Atenas 2004 y renov¨® el t¨ªtulo cuatro a?os despu¨¦s en Pek¨ªn. Isinbayeva, que ya tiene 30 a?os, ha dominado su disciplina durante casi una d¨¦cada, con la excepci¨®n de ese respir¨® que se tom¨®, extenuada de la alta competici¨®n dijo, hace un par de a?os.
¡°Esta medalla es como un oro para m¨ª. He atravesado muchos problemas en los ¨²ltimos tres a?os¡±, dijo luego; ¡°el bronce me da fuerzas para seguir. Es como si me dijera: `no te retires¡¯ porque ten¨ªa planeado hacerlo despu¨¦s de los Juegos¡±.
La atleta rusa, que ya tiene 30 a?os, ha dominado su disciplina durante casi una d¨¦cada
Stuhr es la segunda estadounidense que logra el t¨ªtulo ol¨ªmpico en p¨¦rtiga
Su sucesora no es nueva, es la misma Stuczynski que fue plata en Pek¨ªn, pero que ahora ha tomado el apellido de su marido y entrenador Rick Suhr, que fue quien la convenci¨® de cambiar la p¨¦rtiga por el baloncesto y con el que mantiene animadas discusiones mientras compite. Los Stuhr se casaron en 2010 y un a?o despu¨¦s la saltadora, que tambi¨¦n tiene 30 a?os, fue diagnosticada como celiaca (al¨¦rgica al gluten) tras tener que retirarse de un par de competiciones al sentirse muy d¨¦bil, cuentan algunos medios estadounidenses.
El Estadio Ol¨ªmpico no fue una excepci¨®n en la animada relaci¨®n que mantienen los Stuhr. En el duelo que mantuvo con la cubana, de f¨ªsico m¨¢s poderoso y apariencia m¨¢s tranquila, la estadounidense pareci¨® por momentos perder la calma. Y eso que part¨ªa con la ventaja de saber que en caso de fallar ambas, como al final sucedi¨®, aquel nulo de Silva sobre los 4,45m la hac¨ªan campeona. Silva igual¨® el r¨¦cord cubano, que ella misma ten¨ªa.
El duelo psicol¨®gico estaba en los detalles. En la forma en que la cubana se impregnaba las manos con magnesia y lentamente agarraba la p¨¦rtiga o en c¨®mo se escond¨ªa bajo una capucha la americana. Pero al final la reina segu¨ªa siendo Isinbayeva, incapaz de dejar de ser el centro de atenci¨®n. Cuando se acerc¨® a su entrenador, vestido de llamativo Bosco en la grada, llor¨®, o eso pareci¨®, y se abraz¨® a ¨¦l como una ni?a reclamando la atenci¨®n de las c¨¢maras del estadio y con ellas la de los 80.000 espectadores que, un d¨ªa m¨¢s, abarrotaron las tribunas.
Stuhr es la segunda estadounidense que logra el t¨ªtulo ol¨ªmpico en p¨¦rtiga. La primera fue Stacy Dragila, que estren¨® el podio ol¨ªmpico de la disciplina en Sidney 2000. Como cualquier campeona dio la vuelta de honor al estadio con una bandera, como manda la tradici¨®n. La acompa?aba Silva y, por supuesto, Isinbayeva, esta vez con la larga melena suelta, como diciendo: ¡°a¨²n no me he ido¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.