Aqu¨ª estoy yo, dijo Noya
El gallego logra entre los Brownlee la primera medalla ol¨ªmpica del triatl¨®n espa?ol
Al bajar del podio, con la medalla de plata, pesada, un medall¨®n m¨¢s bien ¡ª¡°es m¨¢s grande que la de los Mundiales, y m¨¢s sonora¡±, dijo su portador¡ª, dobl¨¢ndole el cuello, Javi G¨®mez Noya dio un paso atr¨¢s para no salir en la foto del d¨ªa, la de los herman¨ªsimos Brownlee, Alistair y Jonathan, ingleses de Leeds, oro y bronce en el triatl¨®n, abrazados con sus medallas al cuello al borde del Serpentine, el lago de Hyde Park, donde en invierno se ba?an los londinenses que buscan el vigor en sus aguas heladas. No necesitaba ya interferir m¨¢s entre los hermanos, los dos mejores triatletas del mundo: ya lo hab¨ªa hecho cuando importaba, cuando el golpe psicol¨®gico ten¨ªa sentido, en los 10.000 metros.
Llevaba siete a?os esperando este momento, pensando en este momento, y, cuando lleg¨®, G¨®mez Noya, de 29 a?os, no dud¨® en la ejecuci¨®n. ¡°Era mi momento¡±, dijo. ¡°En Pek¨ªn [fue cuarto], quiz¨¢s me faltaba experiencia y me sobraba presi¨®n, adem¨¢s, llegu¨¦ medio lesionado y tuve problemas digestivos¡±. La plata de Londres es un jal¨®n hermoso en la carrera individual de G¨®mez Noya (uno de los mejores triatletas mundiales de los ¨²ltimos a?os, dos veces campe¨®n mundial, tres europeo), una carrera de pelea y desaf¨ªo en la que tuvo que luchar en 2005 contra la prohibici¨®n de competir dictada por el Consejo Superior de Deportes (CSD), por problemas cardiacos.
¡°Las cosas del pasado son pasado¡±, dijo el medallista. ¡°Mi carrera deportiva no ha sido f¨¢cil en muchos aspectos, pero yo siempre miro adelante¡±. Tambi¨¦n es un premio inevitable para el triatl¨®n espa?ol, uno de los m¨¢s potentes del mundo tanto a nivel directivo (la presidenta de la federaci¨®n internacional es la espa?ola Marisol Casado) como deportivo, como se mostr¨® ya en los primeros Juegos en que fue deporte ol¨ªmpico, en Sidney, donde Iv¨¢n Ra?a, otro gallego, qued¨® quinto. Y as¨ª lo reconocieron Mario Mola y Josemi P¨¦rez, los otros dos espa?oles en Londres, quienes celebraron felices el ¨¦xito de ¡°un gran deportista y mejor persona¡±. ¡°Es un honor que ¨¦l sea el primer medallista del triatl¨®n espa?ol¡±, dijo P¨¦rez. ¡°Javi no tiene fallos ni puntos d¨¦biles¡±, dijo Mola.
La plata es bonita. Cruzas la l¨ªnea de meta y solo piensas que se ha acabado el sufrimiento
La nataci¨®n (1.500 metros) y el ciclismo (43 kil¨®metros) son habitualmente en el triatl¨®n fases de eliminaci¨®n, que minan las fuerzas, dejan fuera de juego a los m¨¢s d¨¦biles; la carrera a pie es la prueba de destrucci¨®n, la que proclama al m¨¢s fuerte. Sin embargo, para G¨®mez Noya, y para su entrenador desde 2008, Omar Gonz¨¢lez, pues juntos dise?aron la estrategia, las tres en Hyde Park deber¨ªan ser fases de afirmaci¨®n, la ¨²nica manera de minar psicol¨®gicamente la fortaleza de los hermanos, los dos m¨¢s fuertes del mundo f¨ªsicamente. ¡°Su actitud, que es lo que marca a un deportista en unos Juegos, ha sido de oro¡±, dijo el t¨¦cnico, que dedica las 24 horas del d¨ªa, los siete d¨ªas de la semana a preparar a G¨®mez Noya en Pontevedra.
¡°Decidimos que ten¨ªa que estar delante en todas las partes, aunque fuera un esfuerzo mayor. Por eso ya estuvo delante en la nataci¨®n, por eso en la bicicleta, donde los Brownlee contaron con tres gregarios, el eslovaco, el ruso y su compa?ero ingl¨¦s, tuvo que estar saliendo a todos los cortes. Por eso en la carrera a pie, en el momento clave, se puso entre ellos, aguant¨® sus primeros 2.000 metros y dio un golpe encima de la mesa y dijo: aqu¨ª estoy yo¡±. Dividi¨® y venci¨®, sabiendo que Alistair, de 24 a?os, dos m¨¢s que Jonathan, el m¨¢s ambicioso, no iba a esperar a su hermano peque?o, quien, adem¨¢s, deb¨ªa descontar una penalizaci¨®n de 15s.
Noya, que ha perdido con los a?os los coloretes en la mejilla que delataban su fogosidad y ha ganado patas de gallo y amagos de canas, lo narra con m¨¢s sencillez e igual decisi¨®n. ¡°En la nataci¨®n pude coger las piernas de Varga, el eslovaco, el mejor nadador, pues sab¨ªa que me iba a llevar delante¡±, dijo Noya, quien, como todos, dado que el agua se quedaba en 19,6 grados, debi¨® usar protecci¨®n de neopreno, lo que igual¨® la prueba pero no impidi¨® que los seis mejores marcaran la diferencia. ¡°Despu¨¦s, corriendo, me puse entre ellos para que el mayor, Alistair, el m¨¢s fuerte, no oyera las pisadas del peque?o, no supiera si se quedaba descolgado, no pudiera hacer t¨¢ctica com¨²n para descolgarme¡±.
Dio duro en los ¨²ltimos 2.000 metros Alistair, y solt¨® a Noya, pero no le hundi¨®. El gallego, terminada la prueba, se tir¨®, feliz, horizontal sobre el suelo. ¡°Vine a por el oro, pero la plata tambi¨¦n es muy bonita¡±, dijo. ¡°Es una recompensa reconfortante. Cruzas la l¨ªnea de meta y solo piensas en que se ha acabado el sufrimiento, y no solo la carrera, sino todo el sacrificio de los ¨²ltimos a?os¡±.
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