El barco que no exist¨ªa
Echegoyen, Toro y Pumariega, sin embarcaci¨®n al empezar su preparaci¨®n, pelean contra Rusia en semifinales de Match Race
La ISAF decidi¨® incluir una competici¨®n de Match race en los JJOO de Londres 2012 y despu¨¦s aclar¨® qu¨¦ barco competir¨ªa. Se decant¨® por modificar una embarcaci¨®n que ya exist¨ªa, en el que compet¨ªan cuatro mujeres; y en un astillero australiano ¨Cel ¨²nico homologado- se adapt¨® al peso de tres tripulantes: 204 kilos. Tamara Echegoyen hizo el resto: lo dej¨® todo, empe?ada en ser ol¨ªmpica, y busc¨® tripulaci¨®n porque no hab¨ªa nadie que regateara en esta modalidad, excepto los dos barcos de la RFEV. Un d¨ªa, llam¨® a Sof¨ªa Toro. Y al cabo de un tiempo, se ofreci¨® la asturiana ?ngela Pumariega. Y en esas, la federaci¨®n gallega les ech¨® un cable; les dej¨® el Centro de Alto Rendimiento de Villagarc¨ªa de Arousa y las puso en contacto con Jorge Otero, arquitecto en paro, exregatista y arbitro de match race, un tipo de regata, barco contra barco, muy t¨¢ctico, que las ayud¨®.
¡°No ten¨ªamos ni barco¡±, recuerdan las chicas del equipo. Trabajaban con un prototipo de Ingling adaptado para simular las maniobras sobre un tipo de embarcaci¨®n que no se comercializa. Cada federaci¨®n tiene un par asignados para entrenarse y en el CAR de la federaci¨®n ya hab¨ªa dos tripulaciones prepar¨¢ndose para Londres. Aun as¨ª, a base de trabajo, Echegoyen, Toro y Pumariega abordaron como piratas el campeonato de Espa?a del 2009 y hasta ma?ana, que en la bah¨ªa de Weymouth se juegan contra Rusia un sitio en la final.
Cada poco, les dan la voz: ¡°?Chicas, a comer!¡±. ¡°Les cuesta¡±, admiten en el equipo. ¡°?No tenemos hambre!¡± se justifican, cada vez mas delgadas
El Elliott 6.m es un barco r¨¢pido, noble, divertido y bien hecho. Es muy exigente para la tripulaci¨®n por lo que requiere en los 20 minutos de regata a veces 2000 maniobras. ¡°Es bonito de ver por t¨¢ctico y t¨¦cnico¡±, dice Otero, que explica que durante la regata se repiten situaciones de manual, casi 200 donde las respuestas ya van dadas y que la patrona, Echegoyen, las tiene en la cabeza y administra combin¨¢ndolas con el reglamento de regata, que condiciona todas las decisiones. ¡°Es como un juego de cartas¡±, dicen las tres chicas. Y avisan: ¡°Navegar en esta modalidad es divertido e intenso¡±. Es un barco con quilla lento al lado de 49, pero que se maneja bien, aunque sea muy exigente.
Echegoyen llevaba la mayor en el barco que patroneaba Margarita Camisell hasta que decidi¨® formar su equipo. Eran dos, ella y Sof¨ªa, la hermana de un amigo, hasta que apareci¨® la asturiana ?ngela Pumariega, de Gij¨®n, y se fue a vivir a Galicia. ¡°Al principio no ten¨ªamos otra tripulante y empezamos a ir a regatas un d¨ªa con una, otra con otra. Al medio a?o, se apunt¨® ?ngela y se vino a Galicia¡±, cuenta Tamara. Se ganaron el derecho de estar aqu¨ª durante tres a?os sobre el agua, aunque al menos un 40% del tiempo que invierten en el entrenamiento es en el aula, dibujando situaciones en la pizarra, mirando v¨ªdeos, como si fueran viejos marinos sobre la carta n¨¢utica. ¡°El control del manual del Match race te suele dar la victoria¡±, cuentan. Son muy distintas las tres y mezclan de manera at¨ªpica los pesos. Tamara ¨C¡°una luchadora, la tenacidad es lo que m¨¢s la define¡±, explica Otero- lleva el tim¨®n y dice la ¨²ltima palabra. Pero depende de la fuerza de sus compa?eras, que dominan las velas.
Se ganaron el derecho de estar aqu¨ª durante tres a?os sobre el agua, aunque al menos un 40% del tiempo que invierten en el entrenamiento es en el aula
El gran problema de esta tripulaci¨®n, conocida como Las Chiquitas desde que un regatista portugu¨¦s bautiz¨® a Tamara, es el desequilibrio de pesos y por eso, cinco veces al d¨ªa, aparece la doctora Val, el preparador f¨ªsico canario Diego Quintana o el fisioterapeuta del equipo, Luis Morales, y les dan la voz: ¡°?Chicas, a comer!¡±. ¡°Les cuesta¡±, admiten en el equipo. ¡°?Es que no tenemos hambre!¡± se justifican, cada vez mas delgadas. Sucede, adem¨¢s, que la patrona es la m¨¢s peque?a morfol¨®gicamente. Sof¨ªa es la mas joven, la tranquila, quien le pone m¨²sculo. ?ngela Pumariega va a proa y lleva el foque, y cuando se iza el spi, lleva el tang¨®n; Toro lleva la mayor y el spi. El de ambas, seg¨²n los expertos es ¡°un trabajo f¨ªsico dur¨ªsimo¡±. Sof¨ªa, la m¨¢s exigida, ¡°aunque parece peque?a, es pura fuerza¡±, dicen, as¨ª que han navegado a un nivel alt¨ªsimo durante las dos ¨²ltimas semanas porque se complementan de maravilla. Vienen de la nada y vuelan a por medalla. Con ellas nadie contaba, pero ah¨ª est¨¢n.
Hoy han preparando la regata contra Rusia a base de muchos v¨ªdeos, repasando el manual y tratando de que se les pasara el ¡°subid¨®n¡± con el que llegaron a puerto el mi¨¦rcoles, despu¨¦s de eliminar a las francesas. Y comiendo, claro, para subir peso, listas para las semifinales de esta modalidad que habr¨¢ tenido un paso ef¨ªmero por el olimpismo. Desaparece despu¨¦s de la regata de ma?ana por la medalla de oro, en la que Tamara, Sof¨ªa y ?ngela, las chicas del barco que no exist¨ªa, se han empe?ado en estar.
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