Melancol¨ªa por un Bal¨®n de Oro
Ante el Valencia, Cristiano no remat¨® entre los tres palos por primera vez en el Bernab¨¦u
Dec¨ªan sus compa?eros que Cristiano Ronaldo andaba ausente durante la pretemporada. Que parec¨ªa triste. Melanc¨®lico. Alejado incluso de aquellos amigos que hace poco le acompa?aban continuamente, como Pepe. Atravesando uno de esos momentos de introspecci¨®n tan propios de la juventud. Como cantaba Jackson Browne, el hombre transitaba por ¡°esos d¨ªas¡±.
Cristiano no ha parado desde los 12 a?os, cuando dej¨® su casa para intentar hacerse profesional. Su vida ha constituido un continuo v¨¦rtigo competitivo. Un ejercicio cotidiano de autoexigencia y superaci¨®n. Cristiano, que cumplir¨¢ 28 a?os en febrero, no sabe hacer otra cosa que derribar barreras. La transformaci¨®n de su imagen en un fen¨®meno de masas es una circunstancia que impregna su vida cotidiana. Los jugadores del Madrid, cuando le observan, se integran inconscientemente en la audiencia mundial de la celebridad. La ¨²nica diferencia es que le ven en primera fila. Y le ven atribulado. Y especulan. Se preguntan si su aparente des¨¢nimo se debe a que cree que ha perdido posiciones irrecuperables en la carrera por alcanzar el Bal¨®n de Oro.
Su actuaci¨®n contra el Valencia, el domingo, contrast¨® con lo que los hinchas sab¨ªan de Cristiano despu¨¦s de contemplarle durante tres a?os. Dio la impresi¨®n de que se guardaba energ¨ªa. Bajaba a recibir de cara en lugar de correr a los espacios, tiraba menos diagonales y llegaba con una d¨¦cima de retraso al remate. No le ayud¨® el recurso excesivo de su equipo a jugar en largo. No le ayudaron los 38 grados que sofocaron la atm¨®sfera. No le ayud¨® el haberse incorporado a la pretemporada con el grupo de los rezagados de la Eurocopa, con diez d¨ªas de retraso, ni haber sufrido el marcaje f¨¦rreo de su compatriota Pereira, siempre auxiliado por Ricardo Costa, tambi¨¦n portugu¨¦s. Al cabo de la velada, la afici¨®n hab¨ªa asistido a un caso in¨¦dito: Cristiano no hab¨ªa tirado entre los tres palos. Lo nunca visto en Chamart¨ªn, en donde los hinchas se han acostumbrado a producciones extraordinarias.
¡°Todav¨ªa no estoy bien¡±, dijo antes de buscar la Supercopa el jueves ante el Bar?a
El Madrid convirti¨® 121 goles en el ¨²ltimo campeonato. El r¨¦cord se explica gracias a Cristiano, que dio once asistencias de gol y meti¨® 46 tantos (uno cada 75 minutos) en una sucesi¨®n de exhibiciones sin precedentes en la historia madridista. Sobrepas¨® n¨²meros que hasta entonces hab¨ªan pertenecido en exclusiva a Puskas, Di St¨¦fano y Hugo. Pero si en algo se diferenci¨® de los mitos fue en su actividad fren¨¦tica alrededor del ¨¢rea. El ejercicio no se mide mejor que contando los remates. Total: 161. Un disparo cada 13 minutos.
Hasta el domingo, Cristiano se hab¨ªa quedado sin probar al portero solo en tres partidos. El Osasuna-Madrid de la temporada 2009-2010, el Sporting-Madrid del curso 2010-2011, y el Racing-Madrid de hace un a?o. Siempre lejos del Bernab¨¦u. ¡°Todav¨ªa no estoy bien¡±, dijo, tras el empate (1-1) contra el Valencia. No perdi¨® la sonrisa ni cuando le preguntaron por el partido de ida de la Supercopa, el pr¨®ximo jueves, en el Camp Nou contra el Bar?a. ¡°Va a ser muy lindo¡±, replic¨®.
El regreso de Cristiano al Camp Nou obliga a recordar su gol al Bar?a en la jornada que resolvi¨® la ¨²ltima Liga a favor del Madrid. Fue su tanto m¨¢s importante desde que juega en Espa?a. Un mazazo que no solo asegur¨® el t¨ªtulo sino que le permiti¨® so?ar con recuperar el Bal¨®n de Oro. El premio que m¨¢s prestigia el talento individual ha sido la pieza m¨¢s ansiada por el atacante madridista desde 2009, cuando se lo arrebat¨® Messi. Si la Eurocopa le alej¨® de su anhelo, la Supercopa se presenta como el ¨²ltimo tren expreso.
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