Un ave f¨¦nix con raqueta
Un a?o despu¨¦s de perder en las semifinales pese a tener dos puntos de partido, Federer vuelve a Nueva York tras lograr 9 t¨ªtulos de 15, sumar una plata ol¨ªmpica y recobrar el n¨²mero uno
Son 12 meses para retratar un ejercicio de funambulismo. Hace un a?o, el suizo Roger Federer se enfrenta a una situaci¨®n de consecuencias impredecibles: desaprovecha dos sets de ventaja y dos puntos de partido antes de caer ante el serbio Novak Djokovic en las semifinales del Abierto de Estados Unidos. El n¨²mero uno mundial queda muy lejos. Es la primera vez en m¨¢s de un lustro que el genio no conquista una cita del Grand Slam. Solo en una ocasi¨®n en 184 duelos previos hab¨ªa permitido que su oponente le remontara tras ir mandando por dos mangas a cero. A los 30 a?os, el ocaso parece inevitable. Nadie, ni el mismo Federer, podr¨ªa recuperarse de un golpe tan tremendo. Un a?o despu¨¦s, debuta esta noche contra el estadounidense Donald Young tras ganar nueve de los 15 torneos que siguieron a aquella derrota, recobrar el n¨²mero uno y engrandecer su incomparable curr¨ªculo: en Wimbledon firm¨® su 17? t¨ªtulo grande.
¡°El a?o pasado sent¨ª que a veces los partidos no depend¨ªan de mi raqueta¡±, explic¨® Federer en una conferencia de prensa en Nueva York. ¡°Ahora, sin embargo, siento que dicto qui¨¦n va a ganar y qui¨¦n va a perder, que mi rival va a tener que hacer algo muy especial para ganarme¡±, prosigui¨®. ¡°En 2011 [antes de llegar a la competici¨®n neoyorquina] perd¨ª contra Tsonga y Berdych, que estaban entre el cuatro y el diez del mundo. Si empiezas a perder con gente as¨ª, te empezar¨¢s a hacer trampas mentales, a pensar que no vas a ganar a los mejores, aunque, en realidad, no es algo que est¨¦ realmente relacionado¡±, a?adi¨®; ¡°quiz¨¢s llegu¨¦ a este torneo con unas pocas derrotas que me hab¨ªan estremecido. Han sido 12 meses fant¨¢sticos¡±.
Llegas a hacerte trampas mentales, a pensar que no vas a vencer a los mejores¡± Roger Federer
La derrota dej¨® a Federer pase¨¢ndose sobre el alambre. Obligado a un acto de fe a la altura de los mejores. Con un pu?ado de horas para digerir el disgusto y un mont¨®n de dudas en la cabeza, tuvo que subirse a un avi¨®n y viajar a la otra punta del mundo. Le esperaba la Copa Davis en Australia. Hierba a la vieja usanza: irregular, incontrolable, vertiginosa. Un contrario temible: Lleyton Hewitt. Con solo tres d¨ªas para adaptarse, inici¨® una racha de 25 victorias que le vio dominar con pu?o de hierro la temporada de torneos bajo techo, conquistar brillantemente la Copa de Maestros y sentar las bases para volver a ser el mejor tenista del planeta con 31 a?os.
¡°Nunca me rend¨ª¡±, afirm¨® Federer en Nueva York, donde se presenta como el m¨¢ximo favorito pese a su derrota en la final de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres frente al brit¨¢nico Andy Murray, cosechada nada m¨¢s imponerse al argentino Juan Mart¨ªn del Potro en el partido m¨¢s largo de la historia a tres sets (4h 26m). ¡°Mentalmente, siempre estuve dispuesto a hacer el trabajo necesario, a viajar y a intentarlo¡±, record¨® sobre su recuperaci¨®n para luchar por los t¨ªtulos m¨¢s prestigiosos en los grandes escenarios. ¡°Fui paciente¡±, concluy¨®.
Los datos estad¨ªsticos retratan d¨®nde ha estado la mejora de Federer. En 2012 es el tenista que m¨¢s aces suma y m¨¢s puntos gana con el primer saque (78%) de entre los diez mejores; el que m¨¢s puntos gana con el segundo servicio (60%). En consecuencia, no hay nadie que discuta con mayor facilidad sus juegos al saque: se impone en el 91%.
Federer, claro, no es solo estad¨ªsticas. Es imposible explicar con datos que un hombre de 31 a?os, padre de dos ni?as, se siga moviendo con la agilidad de un veintea?ero. Solo con datos no se puede dibujar la carrera de un tenista que brilla con luz propia en la sesi¨®n nocturna de Nueva York, supernova en la ciudad de las luces, estrella entre las estrellas.
Nada garantiza que Federer vuelva a conquistar el Abierto de Estados Unidos, que se imponga a Murray, Djokovic, Tsonga, Ferrer, Berdych... Algo, sin embargo, ha quedado demostrado. Es un hombre con un deseo incontenible. Un tenista con un hambre de t¨ªtulos como no ha habido ninguno. No hay que dejarse traicionar por sus gestos controlados, por su actitud contenida. Es un can¨ªbal competitivo. Un ave f¨¦nix capaz de renacer de sus cenizas de 2011 para volver a gobernar el tenis en 2012 con golpes de fuego.
Ferrer, contra la resaca de los Juegos
¡°Estar tan cerca y quedarte tan lejos te deja psicol¨®gicamente bastante destrozado¡±, dice ?lex Corretja, el seleccionador espa?ol de tenis, dos d¨ªas despu¨¦s de que David Ferrer y Feliciano L¨®pez pierdan tras tener cuatro puntos de partido para ganar un duelo que ten¨ªa una medalla ol¨ªmpica como premio.
Menos de un mes despu¨¦s, ese resultado seguramente aletea a¨²n en la cabeza del alicantino, el n¨²mero cinco mundial, que afronta al ¨²ltimo grande del a?o en una situaci¨®n parad¨®jica: pese a que la baja de Rafael Nadal por lesi¨®n deber¨ªa permitirle disfrutar de un cuadro m¨¢s asequible, ya que ha subido un puesto en el escalaf¨®n del sorteo, en la primera ronda le espera el peligroso sudafricano Anderson y, adem¨¢s, tiene el ¨¢nimo probablemente magullado por la experiencia en los Juegos.
Desde entonces, Ferrer, un ejemplo de perseverancia, superaci¨®n y ambici¨®n, pena. Como otros tenistas que alcanzaron las rondas finales en Londres, se dio de baja del torneo obligatorio de Toronto, que se jug¨® inmediatamente despu¨¦s, y perdi¨® luego a la primera en Cincinnati. Con ese escaso bagaje llega a Nueva York persiguiendo un sue?o: competir en su primera final en un torneo del Grand Slam justo en la cita que le vio disputar (2007) su primera semifinal en esa categor¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.