El Lute del pelot¨®n
Javier Aramendia ha estado en todas las fugas, tan rom¨¢nticas como in¨²tiles, de la carrera
Entre el trabajo y el ¨¦xito media un abismo, que se llama publicidad, protagonismo, muestra de car¨¢cter, exhibici¨®n racional, ley de la oferta. En ese terreno se mueve como pez en el agua Javier Aramendia (Funes, Navarra; 1986), un fuguista profesional, escapado en todas las etapas permisibles. Poco le importa el tr¨¢mite de la condena. Sabe que generalmente, los grandiosos de la carrera le van a cazar, cuando la etapa es importante, y si no lo es est¨¢n los voraces espr¨ªnters, que no le van a permitir la osad¨ªa de comerles el postre. A Aramendia le da igual. Tiene un esp¨ªritu libre, no le gusta ir en grupo, con la grey, prefiere las andaduras en solitario o poco acompa?ado, aunque sepa que el final es siempre letal, ingrato. Ese momento en el que te pasan los coches de carrera que anuncian que tienes a la tropa a un minuto. Y ese momento en el que miras hacia atr¨¢s y ves al que tira del pelot¨®n con la mand¨ªbula desencajada, como si te quisiera arrollar, como si te dijera: ¡°?Ad¨®nde ibas, torpedo!¡±.
El pelot¨®n sabe que cuando el director d¨¦ el banderazo de salida les faltar¨¢ al menos uno
A ¨¦l le da igual. Su misi¨®n es fugarse, mantener el esp¨ªritu de El Lute, que le vean por la tele, que vean su maillot, que le vean los otros directores de equipo m¨¢s potentes y piensen que quiz¨¢s ser¨ªa un buen asistente y eso le elevar¨ªa el contrato del pr¨®ximo a?o. Aramendia sali¨® de Euskaltel y recal¨® en el Caja Rural, en el piso interior del edificio del ciclismo, pero no renuncia a coger el ascensor, si llega el caso. El pelot¨®n sabe que cuando el director d¨¦ el banderazo de salida les faltar¨¢ al menos uno, esta vez dos con Palomares, otro fuguista del otro equipo experto en fugas, el Andaluc¨ªa. Es su juego. Nunca llegar¨¢n a su destino. Bueno, llegar¨¢n, pero nunca el primero. Generalmente, llegar¨¢n de los ¨²ltimos cuando la caravana de la Vuelta los eche a la cuneta, los aparte para que pasen los torpedos de verdad, los supers¨®nicos. Pero Aramendia y sus compinches piensan: ¡°Que nos quiten lo bailao. Con lo bien que se va solo o con unos amigos¡¡±.
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