Maider Unda, bronce

La primera medalla ol¨ªmpica espa?ola de la lucha libre es de Maider Unda, la deportista y pastora vitoriana que se ha colgado la und¨¦cima presea espa?ola en estos Juegos. Maider, que en la semifinal no pudo con la subcampeona en Pek¨ªn, cinco veces campeona del Mundo y tres de Europa, la b¨²lgara Stanka Zlateva Hristova, lleg¨® a la repesca. All¨ª se enfrent¨® a la bielorrusa Vasilisa Marzalyuk, eliminada en la ronda de clasificaci¨®n por la finalista b¨²lgara. Venci¨® el combate por el bronce. Fue el m¨¢s disputado, Maider acab¨® sangrando por la nariz. No pararon las luchadoras de entrecruzarse los dedos, de unir con fuerzas las cabezas. Al acabar la tensi¨®n, cuando el segundo asalto, al igual que el primero, Maider venci¨® por un punto, alz¨® los brazos, grit¨® de rabia y salt¨®. Saltitos sobre el tapiz, hasta que subi¨® su entrenador Luis Crespo, y se la carg¨® al hombro.

En las semifinales Maider, de 35 a?os, quinta en Pek¨ªn, 12 veces campeona de Espa?a en diferentes pesos, no encontr¨® la forma de hacerle un solo punto a Hristova, que venci¨® en dos asaltos por dos a cero, consiguiendo cogerle la espalda a la vitoriana en varias ocasiones. M¨¢s t¨¦cnica, neutraliz¨® cada ataque de Maider. Ni siquiera la ¨²ltima reclamaci¨®n del seleccionador, Francisco Barcia, que oblig¨® a los ¨¢rbitros a comprobar el v¨ªdeo, sirvi¨®. Se cortaba as¨ª la progresi¨®n de la de Vitoria hacia la final, ante una rival, la favorita para el oro, que se mostr¨® superior.

En el primer combate, en octavos, Maider hab¨ªa arrollado con comodidad a la colombiana Ana Talia Betancur (2-0). En cuartos sufri¨® para imponerse (2-1) a la mongola Burmaa Ochirbat. Maider remont¨® el primer asalto a dos segundos del final. El segundo se dej¨® culebrear por la mongola. Pero en el tercero la sac¨® del tapiz para conseguir un punto, un asalto y un combate que la llevaba a la lucha por las medallas.

Una medalla, ahora de bronce, buscada y entrenada en un caser¨ªo de Olaeta, en Vitoria. All¨ª vive con sus padres, una hermana, una sobrina y las 300 ovejas a las que orde?a cada ma?ana que no est¨¢ fuera compitiendo, con cuya leche elabora un queso con denominaci¨®n de origen. Por las tardes conduce media hora hasta Vitoria, donde su entrenador, Luis Crespo, un electricista que pidi¨® una reducci¨®n de jornada para preparar a la luchadora en este ciclo ol¨ªmpico que ha tenido recompensa.