Mourinho castiga a Sergio Ramos
El t¨¦cnico concentra la responsabilidad de la crisis en el central, al que deja en el banquillo
Las dos fil¨ªpicas de Jos¨¦ Mourinho condenando a su equipo, en Getafe y en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, tuvieron un destinatario en particular. Fue Sergio Ramos, el segundo capit¨¢n del Madrid, acusado por el t¨¦cnico de no imponerse en Getafe a su marca personal, Alexis, en el 1-1, y de no cuidar su zona en el 1-0 del Sevilla, anotado por Trochowski a la salida de un c¨®rner. Esto es lo que interpretaron los jugadores en el vestuario tras la derrota del s¨¢bado pasado. Que el t¨¦cnico no se?alaba la culpabilidad de Di Mar¨ªa, emparejado en el c¨®rner con Trochowski, sino a los guardianes de la zona correspondiente al segundo palo, en donde se situaron de entrada Xabi y Ramos. La diatriba de Mourinho abri¨® un conflicto interno del que no cab¨ªa un saldo edificante. El perjudicado acab¨® resultando Ramos, removido ayer de la alineaci¨®n de un partido llamado a marcar la primera parte de la temporada y el camino hacia el t¨ªtulo m¨¢s a?orado por la afici¨®n. M¨¢s que un castigo, la decisi¨®n tuvo el tono de una sentencia p¨²blica. Eso s¨ª, como explic¨® Mourinho tras el partido contra el City, los antecedentes de hecho fueron puramente t¨¢cticos. ¡°La decisi¨®n de no darle la titularidad a Ramos ha sido absolutamente t¨¦cnica¡±, dijo el m¨¢nager. ¡°?Futbol¨ªstica! Sergio es una gran persona y un gran profesional y no hay nada disciplinario en lo que he hecho¡±.
Mourinho ha concentrado las responsabilidades por la crisis de juego del equipo en Ramos, al parecer, reo de haberse distra¨ªdo en dos jugadas a bal¨®n parado. Quitando al sevillano de la alineaci¨®n, el m¨¢nager env¨ªa un mensaje intimidatorio a la plantilla. Es su modo de ejercer la administraci¨®n deportiva y de gestionar el poder, circunstancias que le han elevado a una posici¨®n preeminente en el f¨²tbol mundial.
Si hay un futbolista que ha ejercido la capitan¨ªa al viejo estilo ese ha sido Ramos. Jugador bravo, feliz de mandar, frontal, incapaz de maniobrar por la v¨ªa diplom¨¢tica, recuerda a Fernando Hierro. El defensa ha sido el m¨¢s destacado en el grupo que ha cuestionado a Mourinho. A nadie en la plantilla le ha resultado agradable la discriminaci¨®n que ha hecho el entrenador entre los jugadores representados por Jorge Mendes, su agente, y los dem¨¢s. Nadie aprob¨® las cr¨ªticas p¨²blicas del t¨¦cnico a los futbolistas. Pero fue Ramos quien manifest¨® el malestar con m¨¢s vehemencia.
Quitando al sevillano, el m¨¢nager env¨ªa un mensaje intimidatorio al plantel
Mourinho, que alguna vez intent¨® seducir al andaluz, pronto comprob¨® que a Ramos no le interesaba hacer pol¨ªtica. La contienda result¨® desigual. El jugador se manifest¨®. El jefe, le tom¨® la matr¨ªcula. Esper¨®. Ayer, resolvi¨® actuar blandiendo argumentos t¨¦cnicos sin precisar. ¡°Ramos no ha jugado porque el entrenador ha decidi¨® que no jugara¡±, dijo. ¡°Estamos hablando de un titular fant¨¢stico. Aunque hay expertos en inventar historias, quiero dejar claro que los problemas entre Sergio y yo son cero. Pens¨¦ que en este momento Pepe y Varane estaban mejor preparados para jugar este partido¡±.
El discurso de Mourinho en la sala de prensa del S¨¢nchez Pizju¨¢n, evitando asumir responsabilidades en el gol en contra, fue interpretado por los jugadores, que leyeron entre l¨ªneas, como una exoneraci¨®n a Di Mar¨ªa y una acusaci¨®n a Xabi y a Ramos. ¡°La imagen del equipo es el primer minuto¡±, comenz¨® el m¨¢nager. ¡°No podemos trabajar m¨¢s y mejor los balones parados. No podemos. Cada jugador sabe su misi¨®n, su posici¨®n. Los que marcan al hombre saben qui¨¦n es su oponente y los que est¨¢n en zona saben qu¨¦ zonas tienen que ocupar. Tenemos gr¨¢ficos en el vestuario¡ Y el primer c¨®rner del partido¡ gol¡±.
El presidente no debi¨® de recibir con indiferencia la suplencia de su favorito
La importancia capital de Ramos en la consolidaci¨®n del equipo que conquist¨® la ¨²ltima Liga, la jerarqu¨ªa del central a la hora de brindarle una salida limpia al juego, y su proyecci¨®n, con 26 a?os, como el central m¨¢s completo de la ¨²ltima Eurocopa, no venci¨® el resentimiento de Mourinho. Su decisi¨®n de quitarle de la alineaci¨®n supone una humillaci¨®n para el jugador y un desaf¨ªo a la plantilla. Un aviso para quienes no est¨¦n dispuestos a plegarse en silencio.
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