El Zaragoza anuda a Osasuna

Los partidos entre Osasuna y Zaragoza se disputan siempre en un territorio con mucho de por medio. No importa que como el de hoy, se re¨²nan en la quinta jornada, cuando aun restan multitud de cap¨ªtulos por descorchar. Es una reuni¨®n determinante para lo que resta de temporada. Distanciados por el trazado que marca el Ebro, desde cada orilla ambos conjuntos se observan con detenimiento. Algo que precisamente no suele producirse una vez que comienza el partido. En el ¨²ltimo cap¨ªtulo hasta el momento, el Zaragoza se visti¨® con un traje a medida, mientras un Osasuna sin firma en la chaqueta, trat¨® de hacer frente a un gesta en la que sali¨® con alg¨²n que otro agujero encima.

El primer descosido tard¨® poco en producirse. Postiga rasg¨® la porter¨ªa de Andr¨¦s con un disparo raso cuando apenas se hab¨ªan presentado las credenciales de rigor. Nada mejor que llegar a puerto cuando el mar no tiene buena pinta. El gol, un remate cruzado del delantero portugu¨¦s tras un buen pase de cabeza de V¨ªctor Rodr¨ªguez, aut¨¦ntico foco de la corriente que arrastr¨® a Osasuna durante todo el partido, ubic¨® al cuadro de Manolo Jim¨¦nez en el mapa. Sin embargo, no dio la sensaci¨®n de haberlo amarrado lo suficiente. Osasuna, remendado en defensa tras las bajas de Marc Bertr¨¢n y de Dami¨¢, no consegu¨ªa contener el juego por banda de los locales. Con Timor y Loe en el centro del campo, se atasc¨® en la creaci¨®n el cuadro navarro, y solo Cejudo y Sisi consegu¨ªan alterar esa apat¨ªa inicial. Seguro de sus posibilidades, el Zaragoza buscaba reducir el margen de error, concentrarse en mover el bal¨®n con rapidez y evitar cualquier falta en la que Osasuna pudiera encontrar la soluci¨®n a sus problemas.

Con esa mosca tras la oreja, cometi¨® el pecado de no salir al paso de una diagonal de Armenteros, desaparecido hasta el momento, quien conect¨® un disparo colocado al palo izquierdo de Roberto desde fuera del ¨¢rea que levant¨® el tap¨®n de un partido en el que no hac¨ªa pie. Solo tras el tanto del argentino se sinti¨® capaz de dominar la marea Osasuna y zarande¨® en varias ocasiones el amarre del Zaragoza. Sin embargo, la mala mar tiene estas cosas, un centro sin aparente peligro de V¨ªctor Rodr¨ªguez lo desvi¨® de cabeza Timor y se aloj¨® dentro de la porter¨ªa de un abatido Andr¨¦s. A partir del mazazo al filo del descanso, solo una reacci¨®n furiosa a falta de diez minutos para el final demostr¨® que Osasuna segu¨ªa en el partido. Curiosamente hizo falta que Apo?o trasformase un penalti cometido sobre Movilla, un jugador con br¨²jula permanente, para que se levantase de nuevo una peque?a marejada. No tuvo, sin embargo, la fuerza suficiente para volcar un resultado, ahora s¨ª, que se mantuvo anudado hasta el final.