Martins da la voltereta

El Levante dio otra vez en el clavo: Martins. El fichaje perfecto para sustituir a Kone, como este lo hab¨ªa sido para reemplazar a Caicedo. El delantero nigeriano re¨²ne todas las condiciones: velocidad, potencia y, sobre todo, ganas de reivindicarse. Ya era el nuevo ¨ªdolo del levantinismo cuando se palp¨® las mejillas. No pod¨ªa cre¨¦rselo. Acababa de llegar hace unos d¨ªas a Valencia despu¨¦s de varios meses tratando de desvincularse del Rubin Kazan. Acababa de conocer a sus compa?eros. Pero en el lenguaje universal del f¨²tbol, Martins marc¨® tres goles en la segunda parte, dos anulados por fuera de juego y el tercero inapelable: tras un env¨ªo largo de Ballesteros, el nigeriano le ech¨® una carrera a I?igo Mart¨ªnez. La sac¨® varias cabezas, le puso la espalda y coloc¨® con la diestra ante la salida de Bravo. JIM hab¨ªa vuelto a acertar de pleno en los cambios con la entrada de Martins, M¨ªchel y Pedro R¨ªos. El Levante volvi¨® a obrar la remontada. El Ciutat de Val¨¨ncia sigue muy enamorada de su equipo. Y la Real, tan pulcro en la primera parte, sucumbi¨® en la segunda cuando el cuadro granota entr¨® en ebullici¨®n.

Superada la anemia padecida en verano, Zurutuza envi¨® un cohete hacia el poste izquierdo de Mun¨²a. El bal¨®n golpe¨® muy seco en el palo de la meta granota. Ante el silencio del Ciutat de Val¨¨ncia, tuvo una magn¨ªfica ac¨²stica. El media punta vasco-franc¨¦s se hab¨ªa abierto un precioso espacio antes de llegar a la corona del ¨¢rea entre la mara?a defensiva azulgrana. Montanier hab¨ªa dispuesto de una l¨ªnea de tres media puntas (Vela, Zurutuza y Jos¨¦ ?ngel) para acompa?ar a su ¨²nico y faso delantero, Griezmann. El efecto fue el pretendido por el t¨¦cnico franc¨¦s: triangulaciones y llegadas desde la segunda l¨ªnea mientras los centrales granotas, sin una referencia a la que fijar, sufr¨ªan.

Alentado por su victoria en el debut en la Liga Europa, el Levante entr¨® muy convencido en el encuentro. Pero le falt¨® presencia en ataque. No fue suficiente la prometedora titularidad del joven Rub¨¦n, demasiado solo para buscarse la vida. En el minuto 41 ya estaba calentando Martins, acogido por la grada con entusiasmo. Limitado el cuadro de JIM en este primer tiempo a alguna internada por la izquierda del siempre incisivo Juanlu, repelido esta vez su disparo cruzado por la estirada de Bravo.

La Real sigui¨® tocando con criterio y paciencia, sin rifar ni un solo bal¨®n. Hasta que el Levante, de repente, entr¨® en acci¨®n. A partir de un gol anulado a Martins por fuera de juego, se encendi¨® y no hubo quien lo parara. Siempre explosivo en el ¨¢rea, tocando de primera al que ven¨ªa de cara, el delantero nigeriano se convirti¨® en una amenaza constante, secundada por la energ¨ªa de M¨ªchel desde la media punta. Juanlu, lesionado, se march¨® al extremo izquierdo a esperar el cambio, pero le cay¨® el bal¨®n en el pico del ¨¢rea y se invent¨® el centro del cojo. Al tratar de rematarlo, El Zhar sufri¨® la entrada de I?igo y el ¨¢rbitro decret¨® un penalti transformado por el exrealista Barkero. Al Levante le quedaba el toque definitivo. La id¨ªlica mezcla entre la tradici¨®n (Ballesteros) y la novedad (Martins). El pase largo y la galopada perfecta. La felicidad en el Ciutat de Val¨¨ncia.