Qu¨¦ tiempos aquellos
Hace 15 a?os, la magia de Seve tumb¨® al imperio de Tiger en la inolvidable edici¨®n de Valderrama
Por aquel entonces, el oto?o de 1997, Tiger Woods era ya el Tigre y Seve era a¨²n Seve. As¨ª se cruzaron en Valderrama, en la costa mediterr¨¢nea, en la raya de M¨¢laga y C¨¢diz. El Tigre ten¨ªa 21 a?os, una chaqueta verde y un padre que acababa de escribir un libro, ¡®Entrenar a un tigre¡¯, que se vend¨ªa como rosquillas. Ballesteros ten¨ªa 40 a?os, mucho pasado a sus espaldas, muchas batallas libradas y perdidas, y alguna ganada, muchas heridas abiertas y una misi¨®n. Seve era Europa, el equipo que hab¨ªa reinventado el golf y la rivalidad con Estados Unidos. El Tigre era el mejor jugador del mundo, el s¨ªmbolo del imperio, muy buenos golfistas, muy poco equipo, mucho miedo en sus miradas, o, como se dec¨ªa entonces, mucho culo prieto, mucho estre?imiento.
Gan¨® Europa. Gan¨® Seve. Detr¨¢s de las cuerdas, de pie o sentados en inc¨®modos taburetes de lona plegables, la esencia de la Ryder, los espectadores que por una vez cada dos a?os son forofos aut¨¦nticos de un equipo, chillones, provocadores, mezclados bajo la lluvia sin ning¨²n tipo de distinci¨®n. Una foto que circula por ah¨ª lo resume todo. En el green est¨¢ Olaz¨¢bal, que logra un birdie fenomenal e inesperado y levanta los brazos ext¨¢tico. En la segunda fila de los espectadores, entre europeos gozosos, destaca la figura de un hombre con el mismo gesto de felicidad en la mirada, con los brazos en alto en el mismo gesto de triunfo. Es Gaspar, el padre de Olaz¨¢bal, quien por una vez se atreve a seguir a su hijo en un campo junto a su mujer, Julia. Dos pasos m¨¢s all¨¢, rodeados de norteamericanos que no pueden disimular su frustraci¨®n, otra pareja reacciona al putt acertado de Olaz¨¢bal, son George y Barbara Bush, el expresidente de Estados Unidos y la ex primera dama, dos aficionados m¨¢s, dos forofos que sufren. Detr¨¢s de ellos, de pie en la ¨²ltima fila, sin necesidad de periscopio o banqueta, Michael Jordan fuma pensativo un habano protegido con una gorra.
Fue la primera vez que jugaron juntos Seve y Txema, la pareja que m¨¢s puntos ha logrado en los partidos de dobles en la historia de la Ryder (11 victorias de 15 partidos)
Y Ballesteros en todas partes, con su buggy, de green a green, la mirada inflamada.
Peleaba la pelea m¨¢s importante en la ¨²nica competici¨®n en la que los golfistas juegan sin un cent¨ªmetro de publicidad, en la que la recompensa no es una bolsa de dinero, sino la gloria, su liturgia, el elemento que da ox¨ªgeno al poder, b¨¢sico para su supervivencia.
¡°Me han criticado mucho porque estaba en todas partes, pero quienes me critican son unos ignorantes¡±, dec¨ªa Ballesteros hace cinco a?os, cuando se trataba de recordar con el capit¨¢n el d¨¦cimo aniversario de aquella Ryder de Valderrama, un empe?o que Ballesteros, siempre provocador, encontraba rid¨ªculo, pues no ve¨ªa sentido a celebrar todos los aniversarios de todo lo que hab¨ªa ganado, cada a?o un aniversario, dec¨ªa. ¡°Los que me criticaban en Valderrama¡±, continuaba, ¡°pensaban que hac¨ªa una funci¨®n no correcta, pero s¨ª lo fue. Se trataba de apoyar y motivar a los m¨ªos y meter presi¨®n, de asustar, a los otros. Y desde entonces todos los capitanes han intentado lo mismo¡±.
Y vaya si se asustaron los del Tigre del at¨®mico Seve, el hombre de las primeras veces. ¡°Fue la primera vez, Valderrama, en la que la Ryder se jugaba fuera o de Estados Unidos o de Gran Breta?a¡±, recordaba Seve. ¡°Y yo fui el primer europeo que la gan¨® como jugador y luego como capit¨¢n¡±. Y tambi¨¦n podr¨ªa haber a?adido que tambi¨¦n estaba ¨¦l en el equipo europeo que hace justo 25 a?os, en 1987 [la Ryder, bienal, se jugaba en a?os impares hasta que la edici¨®n de 2001, que deb¨ªa haberse celebrado justo tras los ataques del 11S se pospuso a 2002], se impuso por primera vez a Estados Unidos en su territorio, en Muirfield Village, en Ohio. Entre aquellos 12 europeos felices estaba tambi¨¦n un jovenc¨ªsimo Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, un rookie de 21 a?os, cuya imagen bailando desenfrenado en el green del 18 tras la victoria ante la mirada admirada de Nick Faldo, simboliz¨® como pocas aquella fecha.
Fue la victoria de ambos. Fue la primera vez que jugaron juntos Seve y Txema, la pareja que m¨¢s puntos ha conseguido en los partidos de dobles en la historia de la Ryder (11 victorias de 15 partidos), por lo que a nadie extra?a que sea Olaz¨¢bal, al que podr¨ªamos llamar el hombre de las segundas veces, el siguiente espa?ol capit¨¢n europeo de la Ryder. Ya lo dijo Ballesteros en 2007, recordando la Valderrama que no quer¨ªa recordar: ¡°Olaz¨¢bal jug¨® un papel fundamental. Es un gran amigo y un gran campe¨®n. Un se?or. Es mi mejor amigo, el ¨²nico que no me ha fallado".
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