Tal como le gustaba a Seve
Olaz¨¢bal sigue los pasos del c¨¢ntabro al frente de un equipo que le homenajea en sus bolsas
¡°Como siempre, los favoritos son ellos; como siempre, ganaremos nosotros¡±. En dos frases, el italiano Francesco Molinari capta la esencia de la Ryder Cup, la competici¨®n bienal y at¨ªpica que enfrenta durante tres d¨ªas a los mejores golfistas de Estados Unidos y Europa.
La 39? edici¨®n comienza ma?ana (Canal+ Golf y Canal+ Deporte 2, hasta el domingo) en el campo tres de Medinah, en las afueras de Chicago, y no ser¨¢ Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, el capit¨¢n europeo, quien lleve la contraria a Molinari, pues sobre el vasco recae la responsabilidad de que Europa conserve la copa conquistada hace dos a?os en el Celtic Manor Resort, en Gales. ¡°La Ryder la ganan los jugadores y la pierde el capit¨¢n¡±, resume Olaz¨¢bal, quien ha jugado siete Ryders y tiene uno de los mejores registros, gracias tambi¨¦n a su emparejamiento habitual con Severiano Ballesteros: 18 victorias, ocho derrotas, cinco empates.
Ol¨¢zabal es, despu¨¦s de Ballesteros, el segundo espa?ol que capitanea el equipo europeo, y ¡ªcomo no pod¨ªa ser de otra manera para una persona que podr¨ªa parafrasear al publicista y decir que todo lo que sabe de la Ryder lo aprendi¨® de Seve¡ª las lecciones del golfista c¨¢ntabro fallecido hace a?o y medio gu¨ªan su hacer. Los 12 jugadores europeos jugar¨¢n el domingo los partidos individuales de azul y blanco, ¡°como le gustaba a Seve¡±, y la silueta m¨¢s conocida del jugador de Pedre?a, pu?o en alto tras un putt acertado, figura en todas sus bolsas de palos.
Bajo el lema tan ballesterista de ¡°no se trata tanto de motivar a las tropas propias como de asustar a las rivales¡±, y mientras su hom¨®nimo estadounidense Davis Love III, el sentimental hombre sin hombros, monta torneos de ping-pong para soldar a su docena, Olaz¨¢bal organiz¨® el martes por la noche un concurso de baile entre sus chicos, ante quienes antes actu¨® un grupo profesional de danza. No se trataba tanto de medir la flexibilidad de sus caderas o su sentido del ritmo ¡ªbastante avanzados de por s¨ª, pues el swing y el tempo son b¨¢sicos compa?eros del buen jugador de golf¡ª, como de relajar el ambiente y, sobre todo, de ensayar la celebraci¨®n de sus victorias con unos pasos de cha-cha-cha.
¡°Sabemos que as¨ª les tocaremos las narices extraordinariamente a los aficionados locales, que pasan por ser vocingleros y apasionados¡±, dijo el ingl¨¦s Ian Poulter, encantado de jugar a la provocaci¨®n, pura encarnaci¨®n del esp¨ªritu Ryder. ¡°Vivo en Estados Unidos y soy amigo de la mayor¨ªa de los jugadores rivales, pero durante la Ryder ser¨¢n puramente enemigos: mi ¨²nico deseo ser¨¢ matarlos en el campo¡±.
Como profesor de qu¨ªmica tambi¨¦n ¡ªla qu¨ªmica, la buena relaci¨®n entre las parejas de jugadores es fundamental para los 16 puntos en juego en foursomes y fourballs¡ª, la principal decisi¨®n de Olaz¨¢bal ha sido dise?ar sus d¨²os para el primer foursome (parejas en golpes alternos con la misma bola), y se ha decidido por Graeme McDowell y Rory McIlroy. Si los entrenamientos del mi¨¦rcoles son una gu¨ªa, se perfilan los habituales McIlroy-McDowell, Donald-Sergio Garc¨ªa, Poulter-Rose y quedar¨ªa por resolver la duda de la pareja de Westwood.
Como capit¨¢n del equipo de casa, Davis Love ha ejercido su derecho a elegir primero. Ha tomado para los suyos el mejor vestuario de la se?orial casa-club, lo que no ha sorprendido a nadie, y ha decidido cortar el rough alrededor de calles y green, lo que ha extra?ado a todo el mundo, ya que el rough, la hierba alta e intratable, es la caracter¨ªstica m¨¢s definitoria de los campos de Estados Unidos. Se calcula que Love, un gran pegador, busca favorecer ese tipo de juego, al igual que se piensa que la presencia constante de Michael Jordan alrededor del equipo, se debe tanto a la cercan¨ªa de Chicago, como a la necesidad de Tiger Woods de tener cerca a uno que comprende las presiones de ser el n¨²mero uno.
A quien todo el mundo ha echado de menos en el hoyo 16 de Medinah es al roble que hizo grande al Sergio Garc¨ªa juvenil de 19 a?os en el PGA de 1999. Fue el golpe tras el ¨¢rbol que dio la vuelta al mundo y se convirti¨® en desaf¨ªo para todos los buenos aficionados. Tantos fueron los que intentaron repetir el golpe ballesteresco del castellonense, que golpe tras golpe secaron sus ra¨ªces, por lo que debi¨® ser talado. Aquel grande, Garc¨ªa termin¨® segundo, a un golpe de Tiger Woods. Nunca ha vuelto a estar tan cerca de ganar un grande.
Emparejamientos
- Snedeker y Furyk (EE UU) contra McDowell y McIlroy (Europa)
- Mickelson y Bradley (EE UU) contra Sergio Garc¨ªa y Donald (Europa)
- Johnson y Dufner (EE UU) contra. Westwood y Molinari (Europa)
- Woods y Stricker (EE UU) contra Poulter y Rose (Europa)
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