La leyenda comenz¨® en Lisboa
Iniesta reaparece en el estadio en el que empez¨® a sentirse importante en 2006


Iniesta regresa a tiempo de jugar con el Barcelona contra el Benfica en Lisboa. No es un escenario cualquiera para el volante, que ha estado dos semanas de baja, v¨ªctima de la lesi¨®n en el abductor derecho que sufri¨® en Tblisi con la selecci¨®n espa?ola. Asegura que la espera se le ha hecho ¡°eterna¡±, sobre todo porque ven¨ªa jugando muy bien, como qued¨® constatado en la ida de la Supercopa contra el Madrid. El marco de su reaparici¨®n, aunque sea por unos minutos, compensa de alguna manera la desesperaci¨®n vivida. Iniesta cuaj¨® una actuaci¨®n memorable en Da Luz el 28 de marzo de 2006 en la Liga de Campeones.
Acostumbrado a ser el futbolista n¨²mero 11 que completaba la alineaci¨®n, Iniesta ha ocupado distintas demarcaciones hasta que se ha quedado con el puesto de interior izquierdo, el que m¨¢s le gusta, como corresponde a un 10. Ya se sabe que los centrocampistas azulgrana van de un sitio a otro del campo a fin de completar su formaci¨®n. Iniesta ha sido muchas veces interior y unas cuantas extremo. Aquel d¨ªa, sin embargo, jug¨® de 4 ante el Benfica o ¡°de pivote¡±, como recuerda: ¡°Rob¨¦ muchos balones, me sent¨ª muy a gusto, fallamos varias ocasiones y hasta tuve un remate de gol que se me escap¨® por poco despu¨¦s de un eslalon¡±.
Iniesta jug¨® como sab¨ªa, respetuoso con sus caracter¨ªsticas, sin ninguna consigna por parte de Frank Rijkaard. La actuaci¨®n del manchego tuvo tanto impacto que se mantuvo como titular en la l¨ªnea medular en la eliminatoria posterior, contra el Milan. La ausencia por lesi¨®n de Xavi facilit¨® su reubicaci¨®n como 4 en unos tiempos en que se supon¨ªa que ambos eran incompatibles. La respuesta de Iniesta fue igualmente aplaudida por su equipo y por la cr¨ªtica period¨ªstica. A excepci¨®n de los t¨¦cnicos, nadie dudaba de su titularidad en la final de Par¨ªs.
Una lesi¨®n de Xavi facilit¨® su reubicaci¨®n como ¡®4¡¯ cuando se les cre¨ªa incompatibles
Aunque no se sabe muy bien si fue una decisi¨®n personal de Rijkaard o un consejo de su ayudante, Ten Cate, Iniesta calent¨® banquillo contra el Arsenal de Cesc, figura de los gunners y, por entonces, un excedente de la f¨¢brica de producir medios en la que se hab¨ªa convertido el Barcelona, algo que se constata diariamente con futbolistas como Arteta u Oriol Romeu. Jug¨® el Bar?a con Edmilson, Van Bommel y Deco. Alcanzado el descanso con desventaja, Rijkaard recurri¨® a Iniesta y el equipo dio la vuelta al marcador con Larsson y Belletti tambi¨¦n en el campo y Eto'o de delantero total.
Iniesta no ha digerido todav¨ªa aquella suplencia, de manera que su regreso a Lisboa tiene un valor simb¨®lico, consciente ahora de que es el mejor jugador de Europa, por delante de Cristiano Ronaldo y Messi. El azulgrana empez¨® a sentirse importante internacionalmente aquella noche de marzo en Lisboa a pesar de que el partido acab¨® 0-0, el mismo resultado que se dio en el anterior enfrentamiento entre ambos clubes, en la temporada 1991-1992, cuando el conjunto de Johan Cruyff exhibi¨® un rondo monumental alrededor de Ronald Koeman, el entrenador del Benfica en la noche de 2006 y armador del Barcelona el 11 de diciembre de 1991.
Koeman ejerci¨® m¨¢s de una vez de 4, al igual que Iniesta, Guardiola, Xavi, Edmilson. M¨¢rquez o Milla. El Barcelona ha dado muchas vueltas a una demarcaci¨®n espec¨ªfica hasta que Guardiola dio con Busquets. Sergio es la s¨ªntesis de cuantas virtudes se demandan ahora al medio centro y que anteriormente estaban repartidas entre futbolistas de distintas caracter¨ªsticas. Busquets da equilibrio al Bar?a por su sentido posicional y su interpretaci¨®n del juego. Hoy ser¨¢ titular en Lisboa, salvo que Tito Vilanova le reserve para el cl¨¢sico y apueste por Song en la l¨ªnea que jugaron en su d¨ªa Iniesta y Koeman.
Jugar contra el Benfica en la fase de clasificaci¨®n de la Champions siempre le ha dado suerte al Barcelona. Aunque fue incapaz de marcar en Da Luz despu¨¦s de dos partidos estupendos, acab¨® ganando la final de Wembley y la de Par¨ªs. Antes, sin embargo, sufri¨® en 1961 una de las derrotas m¨¢s dolorosas de su historia al perder por 3-2 despu¨¦s de que los palos escupieran cinco remates suyos en Berna. Aquel Benfica mereci¨® todos los honores hasta que despidieron a su entrenador. Todav¨ªa hoy pesa la maldici¨®n de B¨¦la Guttmann sobre el club de Las ?guilas: no volver¨¢ a ganar la Copa de Europa en 100 a?os.
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