A gusto de Rodrigo
El delantero del Benfica firma cuatro goles que destrozan (5-0) a una Dinamarca incapaz de controlarle
Como si fuese uno de esos d¨ªas en los que a nada que se te ocurre, se produce al instante. Esa sensaci¨®n de que lo dif¨ªcil se viste de sencillo, y el gol, esquivo en mulitud de ocasiones, es hoy una tarea cotidiana, sin aristas. As¨ª debi¨® sentirse Rodrigo, delantero del Benfica y referente de la selecci¨®n sub-21, que destroz¨® a Dinamarca en el partido de ida de los playoffs que enfrentan a La Rojita en su camino al Europeo que se disputa el pr¨®ximo verano en Israel. Lo debi¨® sentir tras firmar cuatro instant¨¢neas enfocadas con su tobillo izquierdo. Un abanico de paisajes, cada uno con su marco, que complet¨® una colecci¨®n que aguarda la r¨²brica a falta del partido de vuelta en Dinamarca, el pr¨®ximo martes en Aalborg.
Y eso que el envite empez¨® espeso, con los daneses aguardando el momento para encontrar el fallo en la cadena de montaje de Espa?a. Concienciados de no caer en los vaivenes de La Rojita, Dinamarca manten¨ªa un cuarto de campo, el que llevaba hasta Ronnow, acuartelado. Mientras tanto La Rojita bailaba, mov¨ªa de izquierda a derecha el bal¨®n, pero no encontraba como afilar el rect¨¢ngulo. Sucedi¨® durante quince minutos, donde se impuso el empuje dan¨¦s al control permanente, culminado con tres disparos que desvi¨® De Gea, seguro en su porter¨ªa, que se desga?itaba, sin embargo, para corregir una l¨ªnea defensiva que variaba en ocasiones desacompasada.
Espa?a, 5 - Dinamarca, 0
Espa?a: ?De Gea; Montoya, Bartra, I?igo Mart¨ªnez, Planas; Illarramendi, Oriol Romeu; Muniain (Deulofeu, m. 85), Isco, Tello (Sarabia, m. 62) y Rodrigo (?lvaro V¨¢zquez, m. 74).
Dinamarca: Ronnow; Fenger, Vastergaard, Jorgensen, Kirkeskov; Albaek (Hoegh, m. 83), Delaney, Christiansen (Braithwalte, m. 64) , Kusk (Laudrup, m. 66); Emil Larsen y Helenius.
Goles: 1-0. M. 16. Rodrigo. 2-0. M. 18. Rodrigo. 3-0. M. 21. Rodrigo. 4-0. M. 66. Rodrigo. 5-0. M. 79. Isco, de penalti.
?rbitro: Bobby Madden. Amonest¨® a Rodrigo y Tello.
Estadio del Plant¨ªo (Burgos). Unos 8.500 espectadores.
Toda esa historia, un trozo de partido que estaba por desaparecer, suced¨ªa en un recuadro diferente al que se mov¨ªa Rodrigo. El delantero cabalgaba con la mirada puesta en lo que viene por detr¨¢s, consciente de que la porter¨ªa solo es la mitad del camino. As¨ª le encontr¨® primero Tello con un centro desde la banda izquierda que el ariete del Benfica control¨® con el pecho para fusilar con su pierna izquierda la porter¨ªa danesa. Dos movimientos que demostraban que algo acababa de desengrasarse. Con el bal¨®n dominado y encontrado el afluente en la delantera, Espa?a floreci¨®. No gracias a la lluvia que acompa?¨® todo el partido, sino a la constataci¨®n de que la encrucijada no era tal. As¨ª, cuando apenas hab¨ªan transcurrido ni dos minutos, de nuevo Rodrigo, esta vez tras una asociaci¨®n terrestre con Isco, driblaba con otro giro de tobillo a Ronnow y marca a placer el segundo.
El medio del M¨¢laga se movi¨® por el campo con la libertad de tener el tablero en la cabeza, y la inmunidad para entrelazar movimientos entre todas las parcelas. Con Muniain y Tello en las bandas, ambas porque se las intercambiaron en varias ocasiones, Isco viv¨ªa esperando el siguiente paso de la sombra de Rodrigo. No le bastar¨ªa probar con uno, o dos, sino que cuando no se hab¨ªan cumplido diez minutos del primer tanto, Muniain volvi¨® a conectar con el delantero del Benfica, que se deshizo de Jorgensen con un quiebro y volvi¨® a encontrar la porter¨ªa rival con un zapatazo a media altura. Debi¨® gustarles la combinaci¨®n a ambos, ya que de nuevo en la segundo mitad, el medio del Athletic volvi¨® a encontrarle con un centro a ras de c¨¦sped que el ¡°portugu¨¦s¡± acert¨® a embocar.
Solo hubo un gol que no llev¨® ese aroma. Lo marc¨® Isco de penalti, cuando el protagonista de la noche ya hab¨ªa abandonado el campo. Fue el premio para el medio del M¨¢laga, que volvi¨® a demostrar que sobre el nivel se asoma con una suficiencia decarada.
Pero el d¨ªa? era para Rodrigo, que con un repertorio sencillo en apariencia, cuaj¨® una actuaci¨®n soberbia en un partido que result¨® m¨¢s sencillo de lo esperado, y en el que sobresali¨® por encima de sus compa?eros. Y eso que a pesar de la altura, hay m¨¢s de uno que ya tiene su nombre varios escalones por encima de su edad.
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