Espa?a no fue Espa?a

De un partido abrochado de inicio y destartalado luego, Espa?a sufri¨® un desvelo en el ¨²ltimo segundo, una trama inesperada en su camino hacia Maracan¨¢ 2014 a la espera de su paso por Par¨ªs. Francia, sin chicha al comienzo, ofreci¨® mucha m¨¢s resistencia de la prevista y con Benzema a la corneta tuvo al tricampe¨®n en ascuas hasta que en la ¨²ltima jugada del choque empat¨® Giroud. No hubo saque de centro siquiera. Un premio para una Francia que en el segundo tiempo se sacudi¨® el polvo y tuvo decisi¨®n y arrestos. Espa?a solo fue Espa?a en el primer tiempo, cuando hizo sonar algunos violines. Luego se las apa?¨® como pudo, con Busquets sobreviviendo como central improvisado y Torres sin br¨²jula para sellar el partido. Por el camino, se lesionaron Silva y Arbeloa, como Benzema en el crep¨²sculo, Cesc fall¨® un penalti con 1-0 y un par de minutos antes se invalid¨® un tanto legal a Menez.

Nada hac¨ªa presagiar la intriga final vista la puesta en escena de Espa?a, con su molde m¨¢s reconocible, con ese formato innegociable. Su repertorio est¨¢ en la n¨®mina de jugadores, que han hecho del estilo una causa ganadora. Hasta que se agriet¨® tras el intermedio, tuvo esa paciencia infinita que le caracteriza, con poner la pelota en caza y captura para su adversario, que, como todos los oponentes espa?oles, no importa su rango, pas¨® un sinvivir detr¨¢s del bal¨®n. Espa?a es un desmentido constante, su juego es el enga?o permanente. Por ello, siendo un equipo de talla parvularia que acostumbra a despreciar los saques de esquina resulta que atrapa el gol en un c¨®rner. Esta vez, Xavi, cosa extra?a, pues suele salir de los c¨®rneres con un rondo con Iniesta o alguien semejante, hizo volar la pelota. Ramos, el ¨²nico que pod¨ªa volar, cabece¨® al poste. El rechace, para el m¨¢s pillo, Pedro, que centr¨® para que Lloris despejara y el bal¨®n llegara de nuevo al central, con el resto de franceses en la Luna. Gol y voltereta. As¨ª es esta Espa?a, capaz de cualquier simulacro, indetectable para la mayor¨ªa.

Despu¨¦s del descanso, los visitantes tuvieron decisi¨®n y arrestos. Se sacudieron el polvo

A su paso, pie a pie, Espa?a arranc¨® como suele, como si el f¨²tbol tuviera la cadencia del ballet. Se defiende con el bal¨®n anudado y la b¨²squeda del gol es una derivada del juego, no una obsesi¨®n por la directa. Tampoco es habitual que le alteren los contratiempos, como la lesi¨®n de Silva apenas a los 10 minutos, o la de Arbeloa de vuelta del descanso. El cesto es abundante, sobre todo en medio zona del campo, y Cazorla, como tantos otros, solo es un titular camuflado como reserva. Sin dictado alguno Francia hasta el segundo tiempo, un equipo sin liderazgos, que juega en silencio, en el que nadie tira de la pechera, a Espa?a le falt¨® un punto de variedad. Demasiado inclinada hacia el costado izquierdo, le ense?¨® a su oponente el pasillo. Jordi Alba, Cazorla e Iniesta provocaron una montonera en m¨¢s de una ocasi¨®n. Por el pasillo central, a Cesc le cuesta jugar de espaldas, ¨¦l es un llegador, y por la derecha Arbeloa defiende como no ataca. El cambio de orilla entre Cazorla y Pedro equilibr¨® el juego espa?ol.

Pedro, por verticalidad y vocaci¨®n por tirar diagonales, es un cuchillo para las defensas, ofrece una marcha que Espa?a no siempre tiene. Precisamente en una ruptura de Pedro lleg¨® un penalti para los de Del Bosque. Koscielny le atropell¨® de mala manera. Cesc, para sorpresa general ¡ªXabi Alonso, habitual lanzador sin Villa, ya marc¨® en esa suerte a los galos en la ¨²ltima Eurocopa¡ª lanz¨®. Lloris estuvo ¨¢gil y evit¨® que Espa?a cerrara el encuentro. El error de Cesc lleg¨® justo tras el primer aviso de Francia. Benzema remat¨® en el segundo palo una falta lateral y Menez, bajo el poste izquierdo de Casillas, certific¨® el gol. Solo uno de los asistentes alemanes vio algo extra?o en la jugada, nadie m¨¢s.

A los de Del Bosque les falt¨® variedad. Se inclinaron demasiado al costado izquierdo

La parada de Lloris, un consuelo tras el error arbitral, dej¨® el encuentro en vilo. Francia se vio en el combate y la partitura fue completamente otra. De un lado, Espa?a perdi¨® consistencia, se hizo un equipo largo, cosa inusual. Perdi¨® el control y los chicos de Deschamps dieron un paso al frente. La entrada de Valbuena, futbolista menudo y de trato delicado con la pelota, activ¨® a Benzema, que puso en m¨¢s de un trance a su compa?ero Casillas. Nada que ver con la p¨¢lida Francia del primer acto. Poco a poco, a Espa?a el duelo se le hizo cada vez m¨¢s largo, a la que le falt¨® un medio m¨¢s. Con Benzema al ataque se evidenci¨® el remiendo de Busquets como central, un jugador extraordinario en su puesto de pivote, donde es un escolta t¨¢ctico; la pr¨¢ctica de central le exige otras obligaciones, guardar m¨¢s la l¨ªnea de centrales, fijar una marca. Y Benzema no es un delantero cualquiera.

Vista la secuencia, con Espa?a especulando m¨¢s de la cuenta, con muchas cavilaciones, lo que no le distingue, Del Bosque ech¨® el lazo a Fernando Torres, con lo que tiene de simb¨®lico en el Manzanares, cuna que no pisaba desde hace m¨¢s de cinco a?os. M¨¢s que un gui?o a la afici¨®n ¡ªpara nada trat¨¢ndose de un partido oficial¡ª, el seleccionador busc¨® bajar la persiana a la carrera, con Francia con m¨¢s rendijas, un tablero ideal para aquel ni?o que emigr¨® a Liverpool. Hoy es otro y tampoco en casa encontr¨® la senda. Desnortada Espa?a, con mucho tajo para Casillas, Francia nunca se rindi¨®. Incluso sin Benzema, lastimado al final. Rib¨¦ry tom¨® el mando y tras un error de Juanfran asisti¨® a Giroud. Un punto merecido para los franceses. Un traspi¨¦ con remedio para Espa?a, a la que no le va lo de guardar el marcador. Los campeones tambi¨¦n aprenden. La Roja deber¨¢ demostrarlo tras meterse en un l¨ªo.