Con el alem¨¢n ya no hay dudas

Una carrera bast¨® para disipar todas las dudas. Todos aquellos que se llenaban la boca afirmando que Sebastian Vettel era incapaz de soportar la presi¨®n, que no hab¨ªa ganado ninguna carrera partiendo desde la mitad de la parrilla, que no sab¨ªa adelantar, que solo era campe¨®n porque hab¨ªa contado con el mejor coche, tuvieron que callarse de golpe tras la carrera de Abu Dabi. Sancionado el s¨¢bado en la clasificaci¨®n por haber tenido que pararse antes de llegar al parque cerrado por no llevar la gasolina m¨ªnima exigida por la FIA, un litro, Vettel, de 25 a?os, parti¨® desde el pit lane, en la pen¨²ltima posici¨®n (De la Rosa tuvo un problema en la vuelta de calentamiento). Y acab¨® la carrera tercero, solo por detr¨¢s de Raikkonen y de Alonso. Una remontada sin precedentes que barri¨® de un escobazo a todos sus detractores.

El estallido de Vettel en la F-1 fue tan fulminante como las dudas que gener¨® su ascensi¨®n. El piloto alem¨¢n, admirado desde su etapa en los karts por el siete veces campe¨®n Michael Schumacher, entr¨® en la ¨¦lite de la F-1 con una victoria inesperada en el Gran Premio de Italia en 2008 con un coche que no era ni de largo el mejor, un Toro Rosso. Aquello le permiti¨® volar, dar un salto espectacular en su carrera y pasar a ser el piloto m¨¢s joven en pilotar un Red Bull. Era la culminaci¨®n del programa para j¨®venes pilotos de la escuder¨ªa dirigido con mano de hierro por el inflexible Helmut Marko.

Tal vez por ello, todo el equipo se volc¨® en Vettel cuando ¨¦ste estaba luchando por el t¨ªtulo en 2010, a pesar de que quien m¨¢s cerca estaba del l¨ªder del Mundial (Alonso) en la ¨²ltima carrera era su compa?ero en Red Bull, Mark Webber. Vettel fue campe¨®n sin que nadie se lo imaginara. Cuando comenz¨® el GP de Abu Dabi en 2010 ten¨ªa 231 puntos y estaba a siete de Webber y a 15 de Alonso. Ten¨ªa muy pocas opciones. Pero hizo la pole y se asegur¨® la victoria. Era lo ¨²nico que pod¨ªa hacer. Del resto se encargaron en los talleres: el de Red Bull, al realizar un cambio de neum¨¢ticos prematuro a Webber, y el de Ferrari que cometi¨® un error estrat¨¦gico de bulto cuando decidi¨® seguir la t¨¢ctica del australiano.

Era cierto que Vettel contaba aquel a?o con el mejor coche. Pero para ganar supo soportar muy bien la presi¨®n de la ¨²ltima carrera. Y tambi¨¦n lo es que para conquistar su segundo t¨ªtulo mundial en 2011, volvi¨® a tener el mejor coche gracias al invento de Adrian Newey de adaptar el mejor difusor soplado del paddock. El a?o pasado, Vettel no tuvo rival. Nadie, ni su compa?ero de equipo, le hizo sombra y se encaram¨® al liderato del Mundial de una forma natural, sin luchas ¨¦picas y sin una oposici¨®n dura. No tuvo que demostrar nada m¨¢s que ser un gran piloto: supo hacer las poles (15) y ganar las carreras (11) con el mejor coche.

La carrera de Abu Dabi le ha servido para minimizar los da?os en la clasificaci¨®n y para demostrar a todo el mundo que sabe gestionar la presi¨®n

Sin embargo, a pesar de sus dos t¨ªtulos mundiales las dudas persist¨ªan. La estad¨ªstica no le ayudaba. De las 26 victorias que atesora, 19 las logr¨® partiendo de la pole. Saliendo desde el segundo lugar de la parrilla hab¨ªa ganado cinco carreras; y partiendo tercero, solo dos. Nunca ha ganado una carrera saliendo de m¨¢s lejos. En cambio, Fernando Alonso conquist¨® 15 de sus 30 victorias saliendo desde la pole. Pero fue capaz de ganar tambi¨¦n partiendo del noveno puesto, el 11? e incluso el 15?, cuando las circunstancias meteorol¨®gicas y de carrera le favorecieron.

Ahora, sin embargo, Vettel se ha redimido. La carrera de Abu Dabi le ha servido no solo para minimizar los da?os en la clasificaci¨®n del Mundial, sino tambi¨¦n para demostrar a todo el mundo que sabe gestionar la presi¨®n, que es capaz de mantener la cabeza clara frente a las dificultades, que sabe adelantar, que es uno de los mejores pilotos del mundo. La diferencia ahora podr¨ªa ser grande para Alonso, si la l¨®gica se hubiera impuesto. Pero Vettel la rompi¨® y sigue l¨ªder con 10 puntos de ventaja. Quedan dos carreras. Y ya nadie duda de que si Vettel pierde el t¨ªtulo no ser¨¢ por sus propios errores.