El Madrid y el v¨¦rtigo del juego en largo

El Westfalenstadion era un volc¨¢n cuando recibi¨® al Madrid hace dos semanas. Pero los gritos de Mourinho quej¨¢ndose de Luka Modric se elevaban por encima del estruendo. Alrededor del banquillo se escuchaban con nitidez las imprecaciones furibundas del entrenador madridista cuando se volv¨ªa a sus colaboradores, al obediente Karanka, o al leal Faria. ¡°?Pero es que no se da cuenta d¨®nde est¨¢? ?Es que acaso no sabe lo que nos estamos jugando?¡±, exclamaba el m¨¢nager cada vez que el croata intentaba pasar en corto, triangulando, administrando la pelota con un poco de pausa.

Aquella noche, mientras el Madrid ca¨ªa en Dortmund (2-1), los habitantes del banquillo recuerdan una de las broncas m¨¢s estridentes que ha dado Mourinho a un jugador desde que est¨¢ en el Madrid. Si las dolencias de Essien, esas rodillas maltrechas, o esos juanetes inflamados, le impiden jugar hoy el partido de vuelta (20.45 horas, La 1), Mourinho contar¨¢ con Modric a disgusto para librar un duelo que puede abrir las puertas de la clasificaci¨®n o entrecerrarlas.

La ¡°agresividad mental¡± es uno de los conceptos sagrados de Mourinho. El entrenador sabe que las grandes barreras del f¨²tbol suelen salvarse con entusiasmo. Que, a falta de calidad, de oficio, o de trabajo t¨¢ctico, la disposici¨®n de ¨¢nimo es un ingrediente decisivo. Mourinho es consciente de que a su equipo le falta algo y no deja de reclamar a sus jugadores esa cuota de energ¨ªa psicol¨®gica. Algunos, como Essien, Di Mar¨ªa, Khedira o Pepe, responden f¨¢cilmente porque el car¨¢cter los ayuda. Modric, como ?zil o Benzema, est¨¢n desconcertados.

A Mourinho le molestan dos cosas de Modric: su falta de fervor defensivo cuando el equipo pierde el bal¨®n y su falta de velocidad para jugar con los puntas cuando lo recupera. El m¨¢nager teme que estas vacilaciones provoquen p¨¦rdidas en el centro del campo. Est¨¢ convencido que ante el Borussia los errores en las entregas se convertir¨¢n en complicados contragolpes. Para evitarlos, adoctrina a sus jugadores desde el partido de Copa en Alcoy. Les pide que jueguen en largo salt¨¢ndose la primera l¨ªnea de presi¨®n del adversario y, de paso, ahorr¨¢ndose el peligroso tr¨¢nsito por el medio campo. En esas circunstancias, en el medio centro quiere a Xabi con Essien. Pero Essien tiene dolores.

¡°Primero, no s¨¦ si jugar¨¢ Modric¡±, dijo ayer Mourinho. ¡°Segundo, para no perder balones en el centro del campo a Modric le dir¨ªa lo mismo que le digo a Xabi Alonso o a ?zil¡±. El preparador portugu¨¦s, sin embargo, se encontr¨® con la baja de ¨²ltima hora de Benzema por un problema muscular.

Mourinho no quiso revelar la f¨®rmula para evitar que a su equipo le roben la pelota. Por lo visto ¨²ltimamente, los pelotazos son el instrumento m¨¢s tentador. La proyecci¨®n de Modric desde que comenz¨® a jugar en el Madrid indica que cada vez da menos pases. Contra el Granada o el Deportivo dio un pase cada minuto y poco. Contra el Borussia dio un pase cada minuto y medio. Contra el Zaragoza dio un pase cada dos minutos. Se?al de v¨¦rtigo.

Tras las pol¨¦micas de la semana pasada sobre la cantera, Mourinho asegur¨® que, pese a su cargo de m¨¢nager, solo se considera responsable de la planificaci¨®n deportiva ¡°del primer equipo¡±, y no de las categor¨ªas inferiores. El Madrid present¨® ayer unas nuevas instalaciones para el f¨²tbol base, pero Mourinho no acudi¨®