?zil evita un embrollo
Un gol postrero del alem¨¢n alivia a un Real Madrid angustiado ante un buen Borussia Dortmund
Un buen equipo, el Borussia Dortmund, puso en evidencia al Madrid, que las pas¨® canutas en el primer acto y solo un arre¨®n an¨ªmico le permiti¨® rescatar un punto en la ca¨ªda del tel¨®n. Un alivio para los blancos, que pasaron una noche en el trapecio ante un adversario que, especialmente al inicio, no le dio aliento. Lo remedi¨® ?zil al l¨ªmite, lo que tras el empate del City con el Ajax deja a los de Mourinho con menos agon¨ªas. El Borussia fue el hueso que se esperaba y al Madrid le falt¨® repertorio, no casta, su remiendo final. Solo desde la hidalgu¨ªa que le distingue evit¨® males mayores.
Para lo bueno y lo malo, el Madrid es un tiro. As¨ª lo quiere su t¨¦cnico, Jos¨¦ Mourinho, que es alguien con prisas, que aborta cualquier temeridad, lo que significa subyugar a los centrocampistas, sin derecho alguno a abanicarse con la pelota. No hay perd¨®n para el quite adversario en el medio, un sacrilegio. Precisamente en esa zona quiso el Borussia bajar la persiana a los madridistas, y bien que lo consigui¨® durante mucho trecho. Un azote para Modric, titular ayer como socio de Xabi Alonso. Un fracaso. El dogma de Mourinho supera con creces a un futbolista como el croata, al que no se le concede pausa alguna. Modric, a ojos del entrenador portugu¨¦s, debiera ser un incentivo para ?zil, pero las l¨¢stimas de Khedira y Essien, sus pretorianos, le dieron cancha al liviano exjugador del Tottenham. No le adivin¨® le Madrid, tan cegado, ni se encontr¨® el propio Modric. Un jugador extra?o en el sistema Mou, donde a¨²n no congenia. Un tiempo le dio Mourinho, que recurri¨® a Essien al descanso. Lo mismo que a Callej¨®n, pero por otro motivo. Sin Benzema en la partida, Higua¨ªn se acalambr¨® ya en el primer tramo. Entonces, Cristiano pas¨® a la posici¨®n m¨¢s aproximada a la de delantero centro, puesto a explorar para un jugador al que condiciones para ello no le faltan.
Enredado el Madrid, el Borussia concret¨® su amenaza. Ten¨ªa raz¨®n Mourinho, cada p¨¦rdida ante este equipo es un calvario. Obvi¨® el t¨¦cnico portugu¨¦s, como los de su escuela, que perder la pelota en la sala de m¨¢quinas siempre es un riesgo, claro, pero la precipitaci¨®n mucho m¨¢s. El v¨¦rtigo, hasta en equipos del rango de este Madrid, puede acabar siendo contraproducente. Llega la ansiedad, ese f¨²tbol a toda pastilla que obliga a una precisi¨®n absoluta. No la tuvo el Madrid, se lo impidi¨® el Borussia, un gran equipo, un equipo estudioso, bien cosido, letal en la faceta que m¨¢s le gusta al Madrid, la contra. Por esa v¨ªa llegaron sus dos goles. Ambos, de manual, un suspenso para los blancos. Bal¨®n a Lewandowski, descarga del ariete y llegada al asalto de los dos futbolistas de mayor talento, Reus, primero, G?tze, despu¨¦s. Entre medias, el tanto de Pepe result¨® epis¨®dico. Al mando estaba el grupo germ¨¢nico.
La entrada de Callej¨®n tras el intermedio dio br¨ªo al Madrid. En un parpadeo, el exjugador del Espanyol anot¨®. Lo invalid¨® el colegiado, por un fuera de juego m¨¢s que discutible. De inmediato, Callej¨®n se qued¨® a unos cent¨ªmetros del empate con un disparo raso y, a continuaci¨®n, un mano a mano improductivo ante Weidenfeller y un remate en el ¨¢rea peque?a que salv¨® un jugador del Dortmund con el larguero bajo techo.
Impulsos para el Madrid, que adivin¨® el mensaje con los cambios y las angustias: doble voltaje. Como cortocircuito, G?tze, la nueva perla alemana, que tir¨® de talento, que le sobra, para bajar el volumen a un partido que ya no le interesaba a los suyos. G?tze asumi¨® el papel que no tuvieron Modric u ?zil. Al Madrid solo le qued¨® la ¨¦pica, su her¨¢ldica. Y Kak¨¢ fue el ¨²ltimo recurso, pero no dej¨® pistas, como tampoco Cristiano, camuflado por la emboscada alemana cuando su equipo m¨¢s le necesitaba. De forma imprevista, apareci¨® ?zil, desaparecido en combate, al que Weidenfeller, como ya hizo en Dortmund, regal¨® un gol. Para nada m¨¢s le dio al Madrid, que se ha metido en un l¨ªo. No lo esperaba, y tendr¨¢ que remar cuando no contaba con ello. No es el primero de grupo, como ten¨ªa previsto, lo que si no lo remedia puede tener sus consecuencias ante los octavos de final.
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