El l¨ªmite soy yo
Kilian Jornet y Josef Ajram, ultramaratonianos, luchan ferozmente contra s¨ª mismos. Sus cerebros les han hecho continuar, en b¨²squeda de su propia superaci¨®n, en las carreras m¨¢s extremas y exigentes del planeta
Kilian Jornet ha visto c¨®mo su compa?ero de entrenamientos mor¨ªa en unos segundos, precipit¨¢ndose al vac¨ªo, engullido por la monta?a durante cientos de metros de fat¨ªdica ca¨ªda. Josef Ajram ha tenido que provocarse el v¨®mito, ahogado, mareado y trasladado al hospital mientras su pareja sufr¨ªa al observar esa mirada perdida, rota por el calor y la humedad de un d¨ªa de retos ag¨®nicos en la isla de La Gomera. Los dos siguen corriendo. Los dos siguen compitiendo. Los dos, pese a vivir separados por el cron¨®metro (Jornet rompe todos los r¨¦cords y Ajram compite con el horizonte de superarse a s¨ª mismo), siguen buscando sus l¨ªmites, embarcados en el mismo viaje de caza de endorfinas que guio la vida de Micah True, Caballo Blanco, el protagonista de Nacidos para correr. ?Por qu¨¦?
¡°Con el deporte he aprendido a saber qui¨¦n soy, a desposeerme de las m¨¢scaras que utilizo¡±, razona Jornet, que alterna el esqu¨ª de monta?a con las carreras de ultrafondo y que est¨¢ reconocido como deportista de alto nivel por el Consejo Superior de Deportes. ¡°He luchado para ser el mejor, para encontrar que somos muy poca cosa y que no hay que darse importancia. Hay que disfrutar de las emociones, de los momentos, pues son lo ¨²nico importante¡±, a?ade. ¡°En las situaciones extremas, en tormentas, en accidentes o en carreras de m¨¢s de 24 horas donde el dolor hace que tus fuerzas y tu concentraci¨®n se dediquen a dar un paso m¨¢s, no tienes fuerzas para disimular. Es un viaje peligroso, porque es m¨¢s f¨¢cil analizar a otro que mirarse con sinceridad a uno mismo¡±.
Si abadonas a la m¨ªnima, tambi¨¦n lo har¨¢s en tu vida profesional o personal" Josef Ajram
¡°Es que abandonar es muy f¨¢cil¡±, contin¨²a Ajram, que une en sus pruebas la nataci¨®n, la bicicleta y la carrera, especializado en el ironman, donde los hombres y las mujeres de acero recorren 3,86 kil¨®metros en el agua, 180 sobre ruedas y 42,2 a pie; y en el ultraman, todav¨ªa m¨¢s exigente. ¡°Lo que aprendes en estas cosas lo aplicas en la vida. Si vas a un Marat¨®n de Sables [251 kil¨®metros por el desierto del S¨¢hara divididos en seis d¨ªas] y a la m¨ªnima que est¨¢s cansado abandonas, lo har¨¢s a la m¨ªnima en cualquier situaci¨®n de tu vida profesional o personal¡±, razona. ¡°Es demasiado f¨¢cil¡±, sigue. ¡°Debe haber una causa de fuerza mayor, una enfermedad, algo m¨¢ximo. Lo que he descubierto de m¨ª en estas carreras es que lo que no haga de m¨ª en esta vida ser¨¢ porque realmente no me apetece. En 2004, la primera vez que hice un ironman, estuve 12h 30m sufriendo como en mi vida. Ah¨ª me di cuenta de que ser¨ªa capaz de hacer cualquier cosa que me propusiera. As¨ª ha sido. En esto hay algo que engancha, y vas a la caza constante de esa sensaci¨®n¡±.
En la b¨²squeda de esas emociones, los ultrafondistas se convierten en fil¨®sofos. Llegan a meta tras horas de sufrimientos, se sientan a esperar a los rezagados, a veces durante m¨¢s de un d¨ªa, y entonces se plantean si no ser¨¢n esos ¨²ltimos clasificados los que realmente ganaron la prueba, porque tuvieron m¨¢s dificultades, derribaron m¨¢s barreras interiores, se superaron m¨¢s, tuvieron que pelear con m¨¢s demonios. Del mismo modo, empiezan a sentir una conexi¨®n ¨ªntima con el paisaje y la naturaleza, se sienten uno con el mundo, porque los latidos de su coraz¨®n y los latigazos que sufren sus piernas dependen de cu¨¢nto apriete el sol, de cu¨¢nto suba o baje la humedad, y porque se alivian de tanto sufrimiento por los ojos, seg¨²n desfilan ante su mirada las rec¨®nditas monta?as y sus cumbres apenas holladas, o las dunas y sus arenas, el mejor espejismo en el que perder la cabeza para que se olvide de los pies. Unos, como Jornet, sue?an con correr desnudos bajo la lluvia, en la monta?a, cay¨¦ndose y levant¨¢ndose, volviendo al origen, como un hombre primitivo. Otros, como Ajram, se tat¨²an como los viejos guerreros: en un brazo, el n¨²mero pi, de infinitos decimales, el mejor resumen de que la progresi¨®n, en teor¨ªa, puede ser infinita; sobre el pecho, su vida en 12 palabras: ¡°No s¨¦ d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite, pero s¨ª s¨¦ donde no est¨¢¡±.
¡°En lo alto de una monta?a se encuentra la libertad. Porque para subir has tenido que luchar, has descubierto que somos ¨ªnfimos en comparaci¨®n con lo que nos rodea¡ y al sentir que no somos nada te das cuenta que puedes hacerlo todo¡±, razona Jornet, convertido a los 25 a?os en la gran sensaci¨®n, en el hombre que rompe todos los r¨¦cords de carrera y esqu¨ª de monta?a, en el que intenta las aventuras m¨¢s esforzadas: desde este a?o y hasta 2015 intentar¨¢ correr por las cumbres m¨¢s legendarias, como el Mont Blanc, el Everest o el Aconcagua, en su proyecto Summits of my life (Cumbres de mi vida). ¡°La naturaleza no habla, se siente, te dice si puedes ir, si es mejor volver. Te dice que escuches, que te pares o que contin¨²es¡±.
¡°Correr es meditar¡±, explica Ajram. ¡°Es una modalidad solitaria. A m¨ª me cuesta entrenarme con gente. Estoy tan acostumbrado a estar solo que quiero estar solo¡±, prosigue. ¡°Pienso mucho. Mi pareja, cuando vuelvo de entrenarme, me pregunta: ¡®?En qu¨¦ has pensado hoy?¡¯. Siempre tengo una idea. Tengo mi otra faceta, en la Bolsa [es day trader], y he tomado muchas decisiones haciendo deporte. A veces paro, llamo y hacemos una estrategia [de compraventa]. Ordeno mi vida gracias al deporte¡±.
En lo alto de una monta?a se encuentra la libertad. Porque para subir has tenido que luchar, has descubierto que somos ¨ªnfimos en comparaci¨®n con lo que nos rodea" Kilian Jornet
?Por qu¨¦ correr 100 kil¨®metros? ?Por qu¨¦ nadar arriesg¨¢ndose a recibir una patada del competidor m¨¢s pr¨®ximo, o a que el cuerpo sufra el rigor de las bajas temperaturas llegando a la hipotermia? ?Por qu¨¦ subirse a una bicicleta, echarse a la carretera, y sentir que los cu¨¢driceps se tensan, que los gemelos piden tregua, que queman los tendones y la espalda protesta? ?Es esto sadomasoquismo, narcisismo o pura ambici¨®n de mejora personal? ?Qu¨¦ hay en esas cabezas capaces de devorar kil¨®metros, condicionando su d¨ªa a d¨ªa profesional, personal y emocional a los entrenamientos, que se suelen convertir en el epicentro de la existencia del ultrafondista, por encima de la oficina, la pareja y los hijos? ?Qu¨¦ hace que esos corazones se calcen las zapatillas cuando saben que por ello sufren sus padres y sus hermanos, que piensan que quiz¨¢ de esa locura no vuelvan? ?C¨®mo puede estar eso de moda?.
¡°El deporte es una de las mejores terapias contra las dificultades de la vida, la depresi¨®n o el estr¨¦s¡±, explica Jos¨¦ Beir¨¢n, psic¨®logo deportivo, exjugador del Real Madrid de baloncesto y plata ol¨ªmpica con la selecci¨®n en los Juegos de 1984. ¡°El ultrafondo, los ironman y los ultramaratones no son como el baloncesto o el f¨²tbol, donde hay compa?eros de equipo. Aqu¨ª compites contra ti mismo: puedes llegar el ¨²ltimo, que si has mejorado tu tiempo, has ganado. Cada d¨ªa compites, no solo contra el cron¨®metro, sino contra las sensaciones, contra un entrenamiento acabado pese a que te sent¨ªas mal. Es la satisfacci¨®n de alcanzar retos, de exigirte algo que te cuesta, de cumplir objetivos¡±, recuerda. ¡°Provoca el bienestar de completar algo duro y dif¨ªcil: estos deportistas empiezan con la misma capacidad de sufrimiento que cualquier otro y acaban teni¨¦ndola mayor, porque se acostumbran a eso, a conocer su cuerpo, sus l¨ªmites y cu¨¢ndo sobrepasarlos¡±.
Quiz¨¢, sin que lo sepan, la vida de Jornet y de Asram, y de otros como ellos, est¨¢ en otro libro, De qu¨¦ hablo cuando hablo de correr, del escritor japon¨¦s Haruki Murakami, capaz de zamparse 100 kil¨®metros en 11h 42m 16s. ¡°Por supuesto, yo tambi¨¦n tengo mi pundonor y no me gusta perder [¡, pero] me interesa m¨¢s ver si soy o no capaz de superar los par¨¢metros que doy por buenos [¡]¡±, escribe. ¡°Si uno corre un marat¨®n, se da cuenta: a los corredores de fondo no les importa que otro corredor les supere o superar a otro [¡]. Aun suponiendo que no logren el tiempo que se han fijado, si al acabar sienten la satisfacci¨®n de haber hecho todo lo posible, si experimentan una reacci¨®n positiva que les vincule con la siguiente carrera, la sensaci¨®n de haber descubierto algo grande, tal vez ello suponga, en s¨ª mismo, un logro. En otras palabras, el orgullo (o algo parecido) de haber conseguido terminar la carrera es el criterio verdaderamente relevante para los corredores de fondo¡±.
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